pamplona. Siempre que se sumerge en el arte, el proceso es para Azucena Vieites algo tan importante o más que el resultado final. Y buena muestra de ello es la exposición Coloring Book, con la que la artista de Hernani inaugura la nueva temporada de la Galería Moisés Pérez de Albéniz. Una muestra "cerrada pero no acabada" en la que conviven varios proyectos concebidos en Valparaíso (Chile), Vitoria/Gasteiz, Santander y San Sebastián, y en la que se apuntan futuras maneras de trabajar el arte. Todos los proyectos comparten elementos como el interés de la autora por los modos de hacer propios de la infancia y las técnicas del fanzine, aunque en cada uno laten experiencias únicas, que parten de la plástica para vincularse a dinámicas de la vida cotidiana.

Precisamente de su vida cotidiana, de la naturaleza que le rodea, parte Vieites cuando crea sus dibujos, que son la base de la muestra que exhibe al público la galería pamplonesa. Imágenes de revistas, periódicos o portadas de discos inspiran sus creaciones, con las que la artista reflexiona "sobre el arte y la cultura contemporánea, sobre la sociedad en que estamos inmersos", dice. "El dibujo es para mí una forma de experimentación y de conocimiento del entorno que me rodea", añade la artista nacida en Hernani pero afincada en Madrid. Aesa experimentación, desde hace dos años ha incorporado la colaboración del espectador. En este caso, "espectador pequeño", dice, aludiendo a la edad de los niños/as que colaboran en varios de los trabajos de Coloring Book. Y más que nunca, espectador activo.

Invitada en 2010 a participar de un proyecto artístico en Valparaíso (Chile), Azucena Vieites propuso realizar un taller infantil donde niñas y niños de allí podrían colorear sus dibujos con total libertad, sin ninguna pauta dictada. Aquel proyecto, que quedó interrumpido por el dramático terremoto que asoló Chile, decidió continuarlo la artista en el Centro Cultural Montehermoso, con la misma propuesta pero esta vez con niños/as de Vitoria. En ambos casos, la premisa de Vieites consistió en dar la vuelta a la mecánica habitual de los talleres didácticos. "Más que el hecho de que ellos aprendieran, me interesaba aprender yo de ellos", dice de los niños/as participantes, de entre 3 y 7 años de edad, cuyos modos de hacer le interesan "porque hay en ellos una voluntad de construir lenguaje, una falta de convención y una curiosidad muy grande, aspectos a los que debería mirar y que debería incorporar la práctica artística".

Esa mirada a la infancia convive en el proceso de creación de Coloring Book con un interés por las técnicas del fanzine, "una manera de producir publicaciones independiente y autogestionada, con medios modestos y accesibles", dice Vieites, que casa con sus premisas como dibujante: la agilidad, la inmediatez, la idea de construir sin necesidad de grandes infraestructuras, con lo barato y lo cercano. Del natural. Premisas que se materializan en la exposición en un cuaderno autoeditable que la autora realizó para la revista Zehar de Arteleku, "simulando los libros de colorear para críos", y que se muestra desplegado en una de las paredes de la galería, como un llamamiento al hazlo tú mismo, invitando a experimentar, por lo tanto a vivir, y a documentar esa representación de lo experimentado y vivido.

Los modos de hacer de la infancia están presentes en ese autoeditable desplegado, como las ideas de acumulación y de asociación entre imágenes, que se hacen también patentes en el "siguiente capítulo" del proceso creador de Coloring Book, que se gestó en Santander, donde Azucena Vieites participó en una exposición colectiva en Villa Iris, producida por la Fundación Botín. "Empecé a trabajar no sólo con el dibujo como técnica, sino sirviéndome de las imágenes a partir de las cuales dibujo", cuenta. Esas de revistas, periódicos, portadas de discos u otros elementos de su entorno natural, que acaban siendo en este caso serigrafías en las que está presente la técnica del collage. En esas piezas grandes de serigrafía, de las que se exhiben varias en la Galería Moisés Pérez de Albéniz, se ve la artista de Hernani trabajando en un futuro, aunque no sabe muy bien hacia dónde. "En el arte, muchas veces es mejor no saber el final antes de empezar", afirma Azucena Vieites, quien coincide con Jon Mikel Euba, artista de su generación, en que cuando trabaja no lo hace "porque quiera contar o decir algo en términos narrativos, sino porque quiero ver algo".