De Nao Albet y Marcel Borràs es una antología de la obra artística pasada, presente y futura de los actores catalanes Nao Albet y Marcel Borràs, que sirve como marco para narrar la historia de su amistad y el trágico final de su relación. A finales de 2055, Nao y Marcel se reencuentran después de veinte años sin verse. Marcel está ingresado en un hospital. Le han diagnosticado una extraña tipología de cáncer hasta hace poco desconocida: cáncer de ego. La metástasis se ha expandido por todo su cuerpo y la muerte parece inevitable. El encuentro entre los viejos amigos desencadena una revisión de su trayectoria artística, un viaje introspectivo de autoconocimiento que busca desentrañar la esencia del ego de manera cómica, a la vez que explora los límites de la autoficción y deconstruye el desgastado subgénero con el fin de encontrar un lenguaje propio.

La obra fue estrenada en 2023 en el Festival de Otoño de Madrid, donde tuvo un éxito abrumador, y el Festival de Teatro de Olite la acogerá el 19 de julio a las 22.00 en el escenario de La Cava.

Los jóvenes autores se conocieron a los 14 años, época en la que se hicieron inseparables, y a los 16 escribieron su primera obra de teatro. En 2007, crearon su propia compañía teatral y, desde entonces, han dirigido más de media docena de obras, tres de las cuales —Falsestuff, Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach y Mammón— han sido galardonadas con premios de gran prestigio.

Aunque Albet y Borràs han destacado en el mundo del cine, terminaron decantándose por el teatro como forma de expresión desde una edad muy temprana, ya que esta disciplina les permite un mayor grado de abstracción y libertad artística: “El teatro ha ido más allá que el cine por el hecho de que te permite ir a unos imaginarios o a unas lógicas menos costumbristas, menos verosímiles”, explica Nao Albet.

Una obra arriesgada

“Queremos que se nos vea aquí retratados de nuestra forma más sencilla, sin artificio ni contención”, anuncia el teaser de la obra. A diferencia de sus creaciones anteriores, los actores pretenden mostrarse tal y como realmente son. Tal y como señala Albet: “En los últimos años estábamos haciendo teatro de gran formato y, de repente, queríamos ir a la contra y hacer algo que fuera mucho más íntimo y prospectivo, despojado de cualquier artefacto”.

Según los autores, el teatro nace de la idea del riesgo y, en esta función, no solo arriesgan su modus operandi, sino que también ponen en juego su integridad emocional e interpersonal: “Nuestra relación personal la ponemos en jaque cada noche, porque es un experimento casi performático, donde combatimos y sacamos nuestras mierdas”.

En el teaser de la obra se desaconseja al espectador “malgastar su tiempo en algo tan frívolo”. No obstante, De Nao Albet y Marcel Borràs ha sido una de las obras de la temporada en Madrid. Entre las razones de su éxito se encuentra el desnudo emocional al que los autores se someten, dentro de un género de autoficción donde las barreras entre lo biográfico y lo ficticio se desdibujan. Como indica su coautor: “A los espectadores siempre les atrae el voyeurismo y la idea de ver la vida ajena, pues esto es un festín para ellos”.

Marcel Borràs y Nao Albet Cedida

El tiempo, el éxito y el ego son grandes enemigos de la amistad, y a veces es necesario tener una seria conversación con los amigos cercanos, tal y como afirman los autores. No obstante, ellos no solo se limitan a tener esas profundas conversaciones en cada función, sino que lo hacen frente a cientos de espectadores, poniendo en riesgo su amistad a nivel personal.

La obra tiene un impacto directo en sus vidas, pero la autoficción ayuda a que los ataques que se lanzan en el escenario queden confinados en él: “La autoficción regala ese umbral donde todo lo que digo puede ser verdad y mentira a la vez. Así que, aunque nos hacemos daño, siempre nos salva la idea de estar en un escenario. Es ahí donde reside nuestro salvavidas”, reflexiona nuevamente Albet.

Nao y Marcel utilizan el arte como herramienta para afrontar sus discordancias y sanar sus heridas: “Todo este material nace de un conflicto personal y con la voluntad de trascender estas problemáticas a través del arte, ya que el arte siempre es un canal para poder revisarse, aprender, crecer y sanar”.

Nao Albet reivindica la autenticidad como forma de hacer frente a una sociedad cada vez más individualista: “Con todo el tema de las redes sociales y mostrar nuestra mejor versión continuamente, creo que uno de los valores del artista es también enseñar sus partes más oscuras”, y anima al público a salir de la obra reflexionando sobre sus propios demonios, ya que “todos nos hemos visto atravesados por la guerra de los egos”.