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Maldita violencia

Maldita violencia

La presencia de Tierra roja en la colección Literatura prohibida que ahora se nos ofrece, además de dar a conocer un tipo de teatro que no cuenta con los favores de los estamentos políticos y culturales más conservadores, permite conocer la obra de un dramaturgo evidentemente comprometido con la lucha revolucionaria desde siempre, ya que en 1953, año en el que conoce el éxito y el alcance de la censura gracias a Escuadra hacia la muerte, Alfonso Sastre finaliza ya sus estudios de Filosofía y Letras y prepara La Mordaza, estrenada en 1954 y centrada en la represión de la dictadura franquista. Es este, además, el año en el que escribe otro de sus grandes dramas, ese Tierra roja que, entonces, ni tan siquiera llegaría a ser representado.

La vigorosa obra de denuncia contiene la esencia de la comedia dramática de Lope de Vega Fuenteovejuna pero, en esta actualización del mito teatral del siglo XVII, la presencia del pueblo da paso al trabajador como elemento esencial, enfrentado a la miserable compañía minera que explota sin piedad a los peones y a sus familias. Cuando interviene la Policía, la violencia se hace dueña de la situación, originada por la acción represiva que une a este drama con otros posteriores, como En la red (1959), amén de otras más populares, caso de La taberna fantástica, de 1966, y de algunos de sus cuentos de terror.

Por otro lado, Anatomía del realismo (1965) y La revolución y la crítica de la cultura (1970) son títulos de libros de ensayo y narrativa en los que el madrileño, instalado en Gipuzkoa desde hace muchos años, estudia estos y otros problemas sociales pero son los dramas como el de Tierra roja los que merecen una especial atención, pues colocan el tema de la violencia ejercida por un poder sin escrúpulos en la primera línea de la batalla por la justicia social y política que a Sastre siempre le ha mantenido alerta.