Navarra, memoria en imágenes
la Filmoteca trabaja desde julio de 2011 en la recogida de películas caseras por su gran valor cultural e histórico
¿qUÉ importancia pueden tener para el imaginario colectivo las imágenes de una boda, una comunión, un bautizo o un cumpleaños? A priori, la tienen para la familia que las tomó y sus descendientes. Sin embargo, no hay que olvidar que lo universal se construye desde lo particular. Para Alan Berliner, que ha hecho del cine doméstico una de sus señas de identidad, estas películas hablan de la herencia, la cultura y, en definitiva, de la historia. En palabras de Alberto Cañada, responsable de la Filmoteca de Navarra, pueden ayudarnos a conocernos mejor, "a saber cómo éramos"; las imágenes en movimiento nos pueden mostrar "cómo vestía la gente, cómo se casaba, qué comía, cómo se desplazaba..." Con la intención de recopilar el material audiovisual que existe en Navarra en manos privadas, la Filmoteca puso en marcha en julio una campaña de recogida que ya ha dado abundantes frutos, nada menos que 62.000 metros de película en torno a romerías, festejos, artesanía, vida diaria, deporte, celebraciones familiares o monumentos y paisajes.
"Estamos muy contentos con la cantidad y la calidad", explica Cañada, al frente de la Filmoteca desde su apertura en 2011, con la ayuda de Silvia Casagrande. Entre los objetivos de la entidad están los de recoger, catalogar, conservar y recuperar "todo lo que tiene que ver con el patrimonio audiovisual navarro". Por supuesto, esto incluye las películas, pero también carteles, libros, revistas, fotos, atrezzo y otros elementos. Y, dentro del material audiovisual, la Filmoteca tiene en su haber filmes en formato profesional (35mm), pero también en 16 mm y en soportes como el 8, Súper 8 y 9,5. Estos últimos son los que durante años emplearon los amateurs y es en el que están muchas de las cintas entregadas durante estos meses a la Filmoteca, desde donde insisten en que es necesario "hacer ver a la gente que esas latas que tiene en casa y que grabaron sus padres o sus abuelos tienen un valor importante". Pero no sólo eso, sino que son frágiles por partida doble. Por un lado, "porque si no se conservan en condiciones adecuadas, se pueden deteriorar hasta que sea imposible recuperarlas", y, además, porque "los propietarios pueden llegar a pensar que no tienen importancia y tirarlas". Y "nosotros creemos en su tremendo valor", apunta Cañada, que detalla el proceso que se sigue en este tipo de depósitos. En primer lugar, hay que aclarar que hay dos modos de entrega: el depósito y la donación. En el primer caso, quien lo cede se reserva su derecho de uso y de consentir o no su exhibición. En cambio, el donante transfiere a la Filmoteca sus derechos. Una vez cumplimentado este paso, la institución se compromete a realizar un DVD "para que quienes lo traen puedan verlo en sus casas" y, en tercer lugar, se procede al visionado y catalogación, "lo que lleva mucho tiempo y esfuerzo", pero, a la vez, "resulta muy interesante", indica Silvia Casagrande, encargada del telecinado de las películas.
contenidos
Montaña, artesanía, fiestas...
Al margen de los trámites y de la cantidad de latas depositadas, lo más interesante son sus contenidos. "Hay personas que se ocupaban de hacer un cierto montaje de sus películas con el afán de crear documentos que perduraran", señala Cañada, que cita el caso de Carlos Oteiza, cuyas hijas, Ana y Nieves, han entregado a la Filmoteca 27 películas en S8, un total de 6.480 metros. "Grabó romerías, bailes regionales, fabricación de guantes, de cordeles, artesanía", y sus imágenes tienen "mucho valor" para la sociedad en general y para los investigadores y documentalistas en particular, que podrían hacer uso de ellas para sus trabajos. "Durante el visionado también tratamos de registrar todos los detalles, si sale la iglesia de un pueblo, una fuente, la plaza, una panorámica", para que luego los interesados encuentren lo que necesiten. Eso sí, Cañada deja claro que todo el material recogido no está a disposición del público en general, solo de los estudiosos y profesionales del audiovisual que justifiquen su interés.
Otro ejemplo es el fondo entregado por Javier Medrano Chivite, 27 películas en 16mm realizadas por su padre, quien fuera director del Instituto Plaza de la Cruz. "Se llevaba la cámara a muchas de las excursiones por Navarra y el contenido es muy interesante", dice Cañada, que menciona también a Javier Garreta, montañero veterano y pionero del documental de montaña en el Estado. "Nos ha traído todo su material, desde sus expediciones al Himalaya hasta las salidas con su familia", cuenta el experto, encantado, asimismo, con las 14 películas en S8 de Javier Soria, "uno de los cineastas amateur que mejor filma".
La convocatoria de la Filmoteca ha tenido éxito, "pero todavía queda mucho por recoger, la gente tiene mucho en sus casas", insiste su responsable, que reconoce que la labor de ver y clasificar en condiciones todas las grabaciones es ardua. "Solo saber lo que tenemos nos va a llevar tiempo, pero hay que hacerlo porque si no sabes lo que hay, es como si no lo tuvieras", agrega. Además, la Filmoteca de Navarra aún no ha decidido qué base de datos va a emplear para catalogar sus fondos y tampoco cómo va a conservarlos pensando en el futuro. La digitalización, sin duda, está en el horizonte, pero de momento "no disponemos de un equipo profesional para hacerlo" y no parece que el Gobierno foral vaya a dotar al INAAC de muchos más recursos, así que habrá que esperar. En todo caso, Cañada tiene claro que en el depósito las películas estarán "mucho mejor" y el pedazo de memoria que contienen perdurará.
El 18 de octubre de 2011, y para incidir en la campaña de recogida de películas familiares que puso en marcha en julio, la Filmoteca de Navarra incluyó en su programación una sesión de cine casero, uniéndose a filmotecas de todo el mundo en lo que se conoce como el Home Movie Day. Se trata de una manifestación surgida en 2002 en Estados Unidos de la mano de un grupo de expertos en archivos fílmicos para sensibilizar a la población sobre la importancia de guardar las memorias audiovisuales privadas. En dicha cita, la Filmoteca exhibió fragmentos de algunas de las películas recibidas hasta esa fecha, cuyos contenidos, además de incluir escenas de carácter familiar, aportan abundante información folclórica, social y cultural de Navarra entre 1940 y 1980. Así, se proyectaron tomas aéreas de la Ciudadela de Pamplona, antes y después del derribo de los edificios que el ejército ocupaba dentro y alrededor del recinto; unas maniobras de primitivo aeromodelismo en Larrabide en los años 40; un desfile de modelos en el Hotel Tres Reyes de Pamplona o una romería a Ujué de 1970. "La cita fue muy bien y seguramente repetiremos", afirma Alberto Cañada.
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