LA expectación ayer a las 19.45 horas a las afueras del Palacio de Congresos de Madrid era máxima. Todo el mundo ansiaba ver aparecer a las estrellas del cine, brillando más que nunca en la alfombra roja de los Goya. Y la espera mereció la pena porque ninguno de ellos, ni los veteranos ni las generaciones más noveles de actores y actrices, decepcionó a su público, demostrando que no solo Hollywood sabe cómo vestirse en este tipo de ocasiones. Negro, azul marino y nude en tejidos con lentejuelas y cristales bordados, en ellas, y ajustados trajes o esmoquin negros, con corbatas y pajaritas, para ellos, homogeneizaron un desfile teñido de sofisticada elegancia ante los cerca de 350 periodistas acreditados. Entre los peinados imperaron los moños sencillos y limpios, las joyas se concentraron en lujosos brazaletes que han firmado Bárcena, Suárez, Bulgari, Carrera y Carrera, entre otros, y los zapatos de Pura López, Jimmy Choo, Stuart Weitzman o Mascaró dejaron a la vista una impecable pedicura, en colores fuertes, mientras que las manos iban maquilladas en tono natural.

El presidente de la Academia de cine, Enrique González Macho, arrancó el desfile desvelando que el mensaje esencial de su discurso sería la prudencia, tranquilidad y esperanza. "Va a haber cambios", indicó. El nominado a mejor actor revelación, Adrián Lastra, con un clásico traje negro y corbata a juego, fue de los primeros en pisar la alfombra. Belén Rueda, con su presencia, recordó a todos que el glamour de nuestra gran fiesta del cine no tiene nada que envidiar a ninguna otra. Luciendo un largo vestido rojo de Pedro del Hierro, el pelo suelto en ondas y un collar de diamantes, posó junto a Miguel Ángel Silvestre, muy guapo con esmoquin de Armani y pajarita.

Otros tempraneros fueron Cayetana Guillén Cuervo y Francis Lorenzo, que la piropeó por lucir tan bien un estupendo vestido de Óscar de la Renta en gris perla. "Hacía tiempo que no la veía y está espectacular", indicó el actor. Alrededor de las 20.00 horas, llegaron al Palacio Juan Diego Botto, quien vaticinó más de una sorpresa. Los primos Raúl Arévalo y Daniel Sánchez Arévalo no podían faltar. El cineasta escogió un "modelo verde esperanza para el cine español, que hace falta". La presentadora de la gala, Eva Hache, que lucía un vestido negro de Hannibal Laguna, fue la siguiente en pisar la alfombra roja. "Estoy preparada para que me maten, para que me escabechen, para todo, pero es lo que tiene nuestro trabajo", señaló la presentadora.

No faltaron guapos de la pequeña pantalla como Maxi Iglesias, elegantísimo, o una espectacular María Valverde, preciosa con un vestido rosa de Dior y con joyas de Bulgari, que no estuvo acompañada por su novio, el también actor Mario Casas. Inma Cuesta, con un diseño de Juanjo Oliva y María León, de Valentino, aparecían juntas y muy guapas, ambas de negro, llenas de nervios por sus nominaciones. Paco León y Leonor Watling, vestida de Miriam Ocariz, Luis Tosar, quien señaló que "Banderas siempre ha sido un referente muy claro", Victoria Abril, que escogió un vestido color metalizado que no favorecía mucho su figura, y Eduardo Noriega, muy guapo con un traje gris, precedieron a los internacionales Antonio Banderas y Melanie Griffith, con un vestido de color vino, abrigo y joyas espectaculares a juego. También estaban impresionantes Juana Acosta, de Paco Rabanne, Goya Toledo, de Eliee Saab, Michelle Jenner, que parecía una princesa con un impresionante vestido de tul e incrustaciones en el cuerpo palabra de honor, de Zuhair Murad en tono nude, la presentadora Anne Igartiburu, de Lorenzo Caprile, y Elena Anaya, de Lanvin. Especialmente emocionada estaba Silvia Abascal, quien reaparició por primera vez después del ictus cerebral que sufrió el año pasado. "Hoy para mí estar aquí significa mucho más que estar en los Goya", explicó.

Los que más se hicieron esperar fueron los directores Pedro Almodóvar, que fiel a su particular estilo se presentó con gafas de sol, y Álex de la Iglesia, quien a las 21.00 comentó en Twitter que llevaba un buen rato esperando en el coche, algo que también hizo Santiago Segura para señalar que "había un atasco de coches". Ayer Almodóvar volvió a asistir a la ceremonia tras años de ausencia y después de reingresar en la Academia de cine. "Vuelvo a la alfombra roja porque tengo muy claro que el verde no nos sentaba bien a ninguno", dijo en tono de humor. Finalmente Salma Hayek, muy guapa con un vestido granate, indicó que "trabajar en España ha sido maravilloso, sobre todo con actores españoles".

Volúmenes imposibles, fantasías imperiales y colas sirena varada dejaron paso ayer por la noche en la alfombra roja de la 26ª edición de los Goya a la elegancia cool, la comodidad, y la belleza luminiscente de unos candidatos que, en la mayoría de los casos, a duras penas llegan a los 30 años.