pamplona. Pablo Hermoso de Mendoza no tuvo el honor de atravesar el dintel de la puerta grande a hombros tras finalizar el decimoséptimo festejo de la Feria de San Isidro. Tal galardón, y por décima vez, lo logró el hispanoluso Diego Ventura. Sin embargo, el estellés tuvo otros honores que, una vez más, tildan su categoría y le siguen aupando a lo más alto del Olimpo del Arte de Marialva: confirmó la alternativa del cabaleiro portugués Francisco Palha y firmó en el ruedo de la villa madrileña dos faenas de enorme calado artístico y, sobre todo, lidiador. Y si llega a hacer rodar al segundo toro de su lote en el primer intento con el rejón de muerte, ahora estaríamos hablando de un nuevo triunfo de puerta grande para el caballero navarro.
Al 2º toro de la tarde, manso descarado, Pablo le aplicó una gran labor lidiadora siempre dando las ventajas en los terrenos del animal, por los adentros y aguantando violentas acometidas. Faena de grandísimo mérito, muy estudiada, medida y resuelta con gran temple y precisión. Hermoso montó de salida al joven Disparate y en banderillas a Chenel e Ícaro. Muy bien Chenel y superior Ícaro enroscándose con increíble flexibilidad en la cara del toro, tapándole su salida de manso. Oreja de peso. El 4º, Ranito, también fue manso y deslucido por parado. Salieron al ruedo Villa de salida y Van Gogh y Viriato para banderillas. Los quiebros, a modo de regates inverosímiles, del caballo con nombre de pintor y el poder embarcador de Viriato, protagonizaron los momentos con mayor brillo y emoción de la tarde. Otra vez con Pirata para matar, el rejón no quiso entrar en el primer intento.
Diego Ventura puso a revientacalderas a Las Ventas en el tercer toro (2 orejas) montando con precisión y mucho calor a los caballos Nazarí y Ordóñez. El confirmante Palha estuvo bien con el potable 1º, pero estuvo mal con el descabello.