pamplona. En jota, así se llama el espectáculo, en el que cobra su auténtico sentido, con el vivo y el directo, el séptimo disco del saxofonista y compositor navarro, se podrá disfrutar a partir de las 20.00 horas. Goia-Aribe estará acompañado en el escenario por la cantante Arantxa Díez, quien pondrá su voz a las composiciones, así como del pianista pamplonés Javier Olabarrieta y del contrabajista Baldo Martínez. En el disco, además, colabora Javier Colina. Para Josetxo Goia-Aribe, actuar en casa supone "un desafío". "Se toca más fácil en Alemania o en Madrid. Aquí, en Pamplona, en el Gayarre, estamos en un territorio sensible", apunta. El mismo territorio en el que actuó en su día Raimundo Lanas. "Su nieto va a intentar venir al espectáculo", dice ilusionado el saxofonista navarro. En jota parte de una "gran voluntad transgresora" que derriba tópicos como que las jotas tienen que cantarse siempre brazos en jarra, gesticulando mucho y cantando con rabia y un elevado volumen. "¿Por qué? También pueden cantarse suave, piano, como cantaría una madre a su hijo para dormirlo", defiende Goia-Aribe. La cantante tafallesa Arantxa Díez, que lleva cantando jotas desde los 8 años, ha recibido de una manera más que natural la innovadora propuesta del músico navarro. De hecho, estaba esperando algo así: "Siempre he sentido que lo que hacía tenía que ir hacia otro lugar, lo mismo que ha ocurrido con otro tipo de expresiones populares, como el flamenco y otras músicas de raíz, que han ido evolucionando hacia el futuro... Sentía que en la jota tenía que pasar algo así", dice Díez, "una cantante de raza con un color muy especial", en palabras de Goia-Aribe.
En opinión del músico y compositor navarro, "la frescura de la jota se ha edulcorado, se ha etiquetado, se ha hecho un poco cliché" y "en los últimos tiempos se ha contextualizado mucho en concursos de jotas, donde la persona que canta está subordinada al grupo que acompaña y todo se hace muy uniforme", algo que no sucede en su trabajo donde la voz dicta al resto, a un contrabajo, un piano y un saxofón, y donde esas "estructuras que a veces atan al género, como el ritmo, las armonías o el color, tienen aquí otro aire". Los textos de las composiciones de En jota, "muy haikus, muy sencillos", se basan en algunos casos en fragmentos de jotas tradicionales, como Palomica, Corazón o la Jota Mora, entre otras, a las que "se les da la vuelta"; en otros los textos son de nueva creación, como en Jota París, sobre un viaje a la capital francesa, o María Guadalquivir, inspirada en una tía de la jotera Arantxa Díez; y también están las que Goia-Aribe llama "jotas callandico", temas muy antiguos cuyos textos se conservan tal cual, pero se interpretan de una forma nueva. "Habrá quien diga que esto no es jota, que es jazz, y en el ámbito jazz dirán que es folklore...", dice Goia-Aribe, quien invita a olvidarse de etiquetas y a sentir y disfrutar el espectáculo.