Última estación, Atarrabia/Villava Concierto de Hoey and the Mussels
Intérpretes: Hoey and the Mussels, formación integrada por Colm Candon, a la voz, a la guitarra acústica y a la armónica; Stephen, a la guitarra eléctrica; Patxi Antón, al bajo, y Javi Egiluz, a la batería, además de diez invitados puntuales. Fecha: viernes, 17 de mayo. Lugar: Casa de Cultura de Atarrabia. Incidencias: último concierto de la banda. Hora y ¾ de duración, bises incluidos. 2/3 largos de aforo. Público que aplaudió con fuerza las interpretaciones.
7 años después de que comenzaran su andadura, el viaje emprendido por Hoey and the Mussels llegó dicho viernes a su final, abandonando el cuarteto la escena como los grandes. Como lo que, desde el prisma artístico, han demostrado ser en estos años, saliendo por la puerta grande? y dejando tras de sí cierta sensación agridulce: y es que, entre otras cosas, no deja de ser una pena que una banda así, para poder ofrecer un concierto en condiciones (sobre un escenario profesional y con pago de entrada de por medio), haya tenido que anunciar su fin: algo que, crisis económica aparte, dice mucho de los actuales tiempos. De la apatía de buena parte del público potencial en general.
Con la presencia en numerosos momentos de Germán San Martín a los teclados y al acordeón (quinto miembro de la banda tantas noches), la ceremonia de despedida dio comienzo con viejos temas como My dance unalone, de Home, su primer CD, o My own favourite scarab tale, del segundo, compareciendo a una con la interpretación de un nuevo tema de Daemon dozen el primer invitado de la noche: el violonchelista Tom Theobald, quien también tomó parte en la siguiente pieza en sonar. A lo grande, con un buen número de músicos respaldando la celebración, a continuación compareció el guitarrista Dani Ulezia (Fabric & ghost), prosiguiendo el desfile de invitados, todo un valor añadido para la velada, con las presencias de Txetxu Brainloster, Antonio Armendáriz (quien colaboró en dos temas, uno de ellos, Barry Mullets washing day, de the humours of privilege, tercer CD del grupo), Jon Ulezia, el Flako y Txus, de la banda de El Drogas (Solf power) y, ya en los bises, en una misma canción, Raúl Elizalde y Berti, de Astrovandals este último, ofreciendo el cuarteto propiamente dicho cuatro composiciones únicamente, en todo el concierto.
Tras años y años de batallas, incluso de ganar algunas (pensamos que cada CD publicado ha representado una pequeña victoria para el grupo); después de sentar cátedra con sus canciones y de haberse mantenido todo el tiempo posible en el alambre, Hoey and the Mussels colgaron finalmente sus instrumentos, repitiéndose una década después la historia ya vivida por Colm, Patxi y Stephen en So Blind, su anterior formación: el final de un nuevo proyecto, ante la falta de perspectivas. Hoey and the Mussels, contagiados por el rock americano de regusto más atemporal y perenne y unos de los más preclaros voceros que artistas como Neil Young, Tom Waits, Bruce Springteen o Bob Dylan han tenido a este lado del Atlántico.
Malos tiempos no, peores, he aquí cómo son los que corren a día de hoy para la lírica. Para el arte, en general. Cosa de una época como esta, en la que a mayor calidad por parte de los artistas, menor acostumbra a ser la curiosidad suscitada y, por ello, menores sus logros. Cosa de estos tiempos en los que la oferta es inmensamente superior a la demanda y los mass y el gran público tienden a valorar más los edulcorantes artificiales que la miel; a artistas mediocres de consumo inmediato, más que a los verdaderos orfebres; así las cosas, ¿de qué sirve remar y remar si nunca se acaba el mar? Normal, llegados a determinado punto, que las bandas tengan que claudicar.
En fin, fue bonito mientras duró; y que nadie lea aquí un epitafio. Toda vez que lo mejor siempre está por llegar, esperemos que este trance, la llegada de la banda a su última estación, no sea para sus músicos sino una especie de tránsito hacia algo mejor.