Fernando Delgado aprecia en los perros virtudes humanas y ningún vicio
En su libro 'Me llamo lucas y no soy perro' descubre los pensamientos de un labrador que sueña con ser un niño
Madrid. Fernando Delgado, como Lord Byron, cree que perros y humanos comparten virtudes, pero ningún vicio. Buena prueba de ello es Lucas, el protagonista de su nuevo libro, un labrador que sueña con dejar de ser perro para convertirse en niño, un relato que provoca en su autor "una sensación muy rara".
"No es un libro normal, porque tengo la impresión de que soy el transcriptor o el traductor de Lucas. A veces me asalta la duda de si no lo ha escrito él", comentó el autor al hablar de Me llamo Lucas y no soy perro, una fábula sobre la amistad, aunque también podría calificarse como un cuento para adultos.
En realidad, el periodista y escritor canario se puso a trabajar en este texto con la idea de hacer un relato para niños, siendo consciente de la dificultad del empeño dado que no conoce bien el mundo de los más pequeños, "quizás -reconoce- por no haber sido padre". "Cuando en la editorial leyeron la primera versión lo tuvieron muy claro, era un libro para mayores". Y como tal acaba de llegar a las librerías.
Lucas, el protagonista de esta historia "triste", la califica su autor, es también el nombre del labrador de Fernando Delgado, dueño además de una galga, Fara, que adoptó después de que fuera abandonada en Córdoba. "Siempre me gustaron los perros, pero de niño no pude tenerlos".
Ya mayor tuvo el primero, que no le pudo acompañar cuando se trasladó a Sevilla. "Tengo muy mala conciencia por aquello. Era un chucho maravilloso. Aunque lo dejé al cuidado de gente de confianza, murió. Siempre lo he llorado".
Del mismo modo que de niño hablaba solo, se inventaba personajes que hablaban a través de él, una costumbre que puede ser el origen de su vocación artística.