"En este oficio un día te comes las uñas y al siguiente te mandan cigalas a casa"
Llum Barrera se convierte en la próxima temporada de 'Con el culo al aire' en Chus, una metomentodo que dará más de un quebradero de cabeza a los habitantes del camping. La actriz está encantada con este nuevo papel, que la vuelve a situar en el mapa de los actores televisivos más exitosos
pamplona. Tiene sangre mediterránea, mallorquina con añoranza de mar cuando está en Madrid, pero también satisfecha con la ciudad que le da trabajo. La hemos visto como presentadora de programas al lado de Nuria Roca, pero su verdadera vocación es la de ser actriz y meterse en la vida de personajes divertidos o dramáticos. A lo largo de la entrevista comenta lo difícil que está el mundo de la interpretación, aunque ve en peores condiciones el mundo del periodismo, en el que antiguos compañeros suyos han sido devorados por el paro. Comenta además que los actores están acostumbrados a vivir como en la serie en la que trabaja, con el culo al aire, aunque dice riéndose que el suyo está bien cubierto ahora: "Esto es así, un día te comes la uñas porque no tienes nada y al siguiente te mandan cigalas a casa para agasajarte porque estás en la serie de éxito".
¿Cómo es su papel en la serie?
Mi personaje se llama Chus, está viviendo un desengaño amoroso y decide irse al camping. Qué mejor manera que darle sentido a su vida que metiéndose en la de su hermana para organizársela y para quitarle la manía de beber y también la de fumar. Su sobrino está encantado porque ahora tiene a alguien que le vuelve a cocinar, le plancha las camisas y tiene la vida organizada.
¿Qué piensa la hermana?
Lola se vuelve loca con ella, está esperando que coja el primer avión y se vuelva. Pero Chus no tiene ninguna ganas de irse y se mete en la vida de todo el mundo. No solo quiere solucionar la vida a su hermana, se la quiere solucionar a todos los del camping.
¿Cuánto tiempo hacía que no se le veía en un plató de televisión?
La última vez que se me vio en televisión fue en Pulseras rojas, en Antena 3. Sí, es verdad que llevaba años grabando pilotos, pero al final esas cosas no salían. Pienso que me estaba esperando esta serie en concreto. Además, ahora os vais a hartar porque también estoy en Tu cara me suena. De repente ha llegado todo de golpe, es como si me hubiera pasado dos años rezando?
Y no ha sido el caso, ¿no?
Pues no. En nuestra profesión suele pasar muy a menudo, de repente no tienes nada y de repente tienes que decir que no a alguna cosa porque no das abasto. Tienes o todo o nada.
Le hemos visto hacer casi de todo en televisión.
Menos un desnudo integral, casi de todo.
¿Y tiene posibilidades de poder hacer ese desnudo integral?
Me voy a empezar a entrenar con un dietista y un entrenador personal, que me quite veinte años y a lo mejor me veo yo con ganas de hacer un desnudo integral, pero tiene que estar justificado. No me gusta desnudarme por desnudarme, para eso ya está Mujeres, hombres y viceversa.
¿Solo por necesidades del guión?
Sí, yo soy más actriz más de método. Necesito un papel porque así porque sí yo no me desnudo. Y una cosa importante además, tiene que estar bien pagado, como se pagaban antes las portadas de Interviú. Si me desnudo en público es para retirarme después.
Si quiere retirarse, va a ser más fácil un Euromillón.
Estaría muy bien, pero eso no toca nunca y mira que yo juego cada semana. No pillo más que algún reintegro. Lo mío es trabajar, creo que me tocaría el Euromillón y seguiría trabajando, me gusta tanto mi trabajo?
Eso es vicio, un pecado. Millonaria y trabajando, ¿no le parece?
Sí, pero creo que este Papa tan moderno que tenemos me lo perdonaría, tendría bula papal.
¿Echa de menos el papel de presentadora?
Lo echo de menos. Cuando conseguimos cuadrar agendas, Nuria Roca y yo nos tomamos algo por ahí. Echo de menos las risas que nos pegábamos. Nos lo pasábamos bomba, pero he de reconocer que lo que me trajo a Madrid fue mi vocación de actriz. Puedo presentar, llevar una entrevista, pero a mí me encanta no ser yo. Creo que estoy en el lugar adecuado, creo que lo mío es meterme en personajes y no ser yo. Hay crisis, pero me gusta ser actriz.
¿Más que periodista?
También me gusta. Colaboro en la radio todos los sábados y me da mucha pena que algunos grandes medios de comunicación estén desapareciendo. Es doloroso ver cómo compañeros que han trabajado conmigo y que se lo ha currado, que han estado años persiguiendo noticias y que han trabajado muy bien, estén ahora en la calle. Los actores estamos acostumbrados a una vida precaria o de mucho trabajo. O te comes las uñas o de repente te mandan cigalas a tu casa para agasajarte porque estás en la serie de moda o programa de moda, no hay término medio. Con el currito de a pie de los actores, si no das con la televisión y haces teatro toda tu vida, malvives.
Precaria, pero le gusta.
Eso sí, siempre está ahí un poco buscándote la vida?
Vamos, que hay momentos reales de estar con el culo al aire.
Es verdad, es así, nos quedamos con el culo al aire, ahora mismo lo tengo bien cubierto. Pero he pasado temporadas que no paraba de currar y de hacer cosas; no te da para los gastos que te supone vivir. La situación del actor es estar como en la serie, con el culo al aire.
Pero no ha llegado a la situación de tenerse que ir a vivir a un camping.
Irme a vivir no, pero de vacaciones sí. Siendo de Mallorca, o me pones el camping pegadito al mar, que yo esté todo el rato a remojo o no me veo yo en un bungalow compartiendo con toda la familia tan poco espacio. Es cierto que en la serie vivimos situaciones muy graciosas y muy divertidas.
¿Echa de menos su isla?
Además de la familia, el mar se echa mucho de menos. Es algo que llevamos en el ADN los que hemos nacido y nos hemos criado a la orilla de cualquier costa. Pasear por la playa, el ambiente de mi isla, es algo que siento que me falta. Pero en Mallorca poco trabajo tendría, en cambio aquí he conseguido muchas cosas. Mi isla es mi lugar de vacaciones y de retiro, allí puedo desconectar.
Nacer en un lugar considerado de vacaciones tiene que ser una maravilla.
Tengo una suerte loca, no me tengo que gastar los mil o mil quinientos euros que me pueda costar una semana de hotel en Mallorca en pleno mes de agosto; tengo mi casa familiar que me sigue acogiendo y puedo ir allí cuando quiera con mi marido y mi niño a disfrutar de toda la belleza mallorquina, que es muchísima.
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