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El nuevo poemario de Mario Zunzarren surge del complejo mundo de la locura

el autor acaba de publicar 'en la cuerda floja' en ediciones vitruvio Vicente Madoz prologa este libro construido a partir de las visitas que el poeta ha realizado al Psiquiátrico de Pamplona

El nuevo poemario de Mario Zunzarren surge del complejo mundo de la locuraFoto: patxi cascante

pamplona. "Me adentré en él porque entendía que era un submundo que a nadie le importaba". Así explica Mario Zunzarren Angós el origen de su nuevo poemario, En la cuerda floja, en el que aborda el complejo mundo de la locura "desde la tripas mismas del enfermo", poniendo en cuestión lo que hoy se considera normal en nuestra sociedad.

Editado por Vitruvio Ediciones, este trabajo supone "un salto importante" para su autor, orgulloso de este "hijo de papel" que "contiene mis mejores versos". "Es el que tiene mayor carga de profundidad", añade Zunzarren, que antes ha firmado títulos de poesía como Patanegra, Hablando en Plata o el ensayo Treinta años no es nada, entre otros. En este caso, se ha adentrado en un ámbito oscuro y difícil. "El poemario tiene su dureza, pero he pretendido que refleje desde mi interior la realidad de una vida muy dura. Una vida con algunos miedos, con mucha monotonía, cOn algunas vergüenzas y demasiados sinsabores", indica el poeta en referencia a los enfermos mentales a los que visitó, durante más de cien tardes de domingo, en 2012. "Quería ponerles la voz que, quizá, nunca tuvieron", y fue bien acogido. "Yo entraba en su casa, con la verdad por delante y con los permisos necesarios y ellos me recibieron con las puertas abiertas de par en par", tanto es así, que reconoce que esta experiencia le ha hecho crecer omo escritor, "pero sobre todo como persona". "Son gente magnífica que no se diferencia de los que ellos llaman normales más allá de unas limitaciones que, a veces importantes, pero que no han buscado y que no controlan". Y es que, la cabeza es un mundo "inentendible y misterioso" para Zunzarren, que ha plasmado estas vivencias compartidas en 29 poemas, "los días de un febrero bisiesto". Poemas sin rima, "de la que huyo"; poemas "libres", inspirados "desde el interior del mundo de la locura, desde las tripas del enfermo y de sus circunstancias; lugar íntimo donde he intentado ubicarme". De este modo, los protagonistas de los versos son ellos, "mis amigos del Psiquiátrico y sus largas tardes de domingo, sus desvelos, su inconformismo y, en ocasiones, su sumisión" revela.

Charlando sobre la gestación del libro, se percibe que el proceso ha marcado al autor. "Ha sido inolvidable, imborrable. He conocido y vivido en un entorno nuevo para mí y para casi todos nosotros. He conocido a gente que merece mucho la pena, eso me lo llevo para mí; soy un auténtico privilegiado", porque ha podido relacionarse con estos pacientes "en su mundo, sin escenarios añadidos, sin red, sin alharacas, sin aspavientos, sin artificios; tal cual, como la vida misma".

no a los guetos Zunzarren también agradece haber podido contar con el doctor en Psiquiatría Vicente Madoz, que "aceptó escribir el prólogo rápidamente, sin dudarlo, y lo puso todo muy fácil". Respecto al trato que reciben en sociedad los enfermos metales, el escritor cree que deberían estar "integrados plenamente en su entorno vitar y no hacer guetos con ellos como si, de alguna manera, nos estorbaran". Para lograrlo, la fórmula es simple, que no fácil: "Tenemos que tenderles una mano, o las dos, para conseguirlo".

Después de cinco poemarios a sus espaldas, además de dos ensayos, artículos y otros textos, al poeta le gustaría que este último trabajo sirviera "al lector de poesía y a todo aquel que quiera adentrarse en el misterioso mundo de la locura". Y "ojalá alguien descubra la lectura con este libro; para mí sería un honor".

En la cuerda floja ha tenido una tirada de 1.000 ejemplares y se distribuye en todo el Estado.