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Niña Pastori “En la música me dejo llevar por el alma”

Baluarte recibirá esta noche con sus mejores galas a la cantaora gaditana, que presentará a las 22.00 horas su nuevo espectáculo ‘Lo que quiere el alma’

pamplona - Lleva tatuado el flamenco en la sangre, y lo defiende de la mejor de las maneras, poniendo sobre el escenario su alma, su corazón y su vida. Hoy dará buena muestra de ello.

Niña Pastori regresa de nuevo a Navarra, una tierra que conoce especialmente bien, a la que le unen lazos familiares y que visita regularmente.

-Tengo sangre mía en Navarra, ya que mi hermano se casó con una pamplonica y tengo dos sobrinos que nacieron allí. La verdad, estoy encantada en todos los sentidos, tanto por participar en este festival como por compartir con unos cuantos compañeros ese cartelazo. Me encanta esta iniciativa y me parece genial que sea en el norte, a donde los flamencos nos gusta ir porque hay muchísima afición; si hay festivales de flamenco en Londres o en Nueva York, ¿por qué no los va a haber en Pamplona? Además, el público del norte es muy agradecido porque, precisamente, no vamos tanto a como a Madrid, Barcelona o Andalucía, lógicamente.

Actúa en el Flamenco On Fire con su nuevo espectáculo, Lo que quiere el alma, en el que repasa sus grandes éxitos a la par que da a conocer temas inéditos, como el que da nombre a la gira. Precisamente, ¿por qué no ha venido precedida la gira por una grabación con estas seis o siete canciones nuevas?

-No grabamos las nuevas canciones porque estaba metida de lleno en el disco La Raíz, que grabé junto a Lila Downs y Soledad Pastorutti. Pero, por otra parte, aunque el año pasado lo dediqué principalmente a ese proyecto, Chaboli (su marido y productor) y yo siempre estamos componiendo cositas. Por eso, al arrancar ahora la nueva gira, y pensando en nuestro fans, que siempre quieren algo nuevo, decidimos incluir algunos temas nuevos.

Esta forma de trabajar, además, le regalará motivaciones nuevas, ya que la respuesta del público no es la misma que cuando proyecta una gira sobre un disco ya editado.

-Es algo muy bonito poder hacer cosas distintas, y en directo. Aunque también puede tener su punto peligroso, ya que al no conocer el público los temas corres el riesgo de que se pueda quedar un poco parado... Pero no suele suceder, realmente es muy bonito.

Trae un espectáculo de formato clásico con dos guitarristas flamencos, Diego Morao y Jesús Guerrero; dos percusionistas, Chaboli y Anne Carrasco; y dos coristas a la par que palmeras, Antonia Nogaredo y Sandra Zarzana. Una puesta escena perfecta para también recuperar sus grandes éxitos.

-Trabajar así es lo que queríamos, de ahí el título de la gira, Lo que quiere el alma. Este tipo de formación te da la posibilidad de ser más abiertos y dejarte llevar por lo que te apetece o quieres en cada momento. Si llevas una banda más grande te obligas a tener todo más ordenado, más agarradito, lo que en cierto modo te limita un poco. Con el formato que llevamos tenemos más espacio, más libertad.

¿Niña Pastori gusta de lavarles la cara a sus clásicos o, por el contrario, prefiere seguir interpretándolos tal y como vieron la luz?

-A mí me gusta cambiar. Soy una persona que enseguida se cansa... Hay canciones que debes seguir tocando por el público te lo pide, como el tema Cai, pero en este caso es algo que me encanta hacer porque habla de mi tierra... Pero yo creo, por otra parte, que el público pide aquello a lo que tú le acostumbres; es decir, si saben lo que les vas a dar, lo piden, pero si vas variando, al final se acostumbran a tu ritmo. Es cuestión de educar.

Aunque no podremos escucharlo en Pamplona, ¿cómo ha vivido la experiencia de mezclar su música con la de otras dos artistas tan lejanas, espacialmente hablando, como la mexicana Lila Downs y la argentina Soledad Pastorutti, con las que ha grabado el disco antes citado La Raíz?

-Ha sido una experiencia increíble, súper satisfactoria, en la que hemos disfrutado e investigado mucho las tres hasta conseguir crear algo muy chulo como resultado de compartir nuestras músicas, que son muy diferentes; sobre todo la mía, el flamenco.

En este tipo de interacciones, el peligro es, precisamente, perder la raíz, ¿cómo solventó esta peliaguda batalla para con el flamenco?

-No creo que este tipo de trabajos te saquen de lo tuyo, simplemente se trata de mostrar tu raíz y abrirla. Esto siempre va a ser positivo para el flamenco, el poder mostrar en otros lugares y a otras gentes nuestra forma de interpretar, de sentir. El sentido de este disco ha sido precisamente ese, dar a conocer nuestras músicas más puras y tradicionales a gentes que quizá no la habían escuchado antes.

¿Qué referencias, o influencias, tiene Niña Pastori del maestro Sabicas?

-Todo el trabajo que esté bien hecho, que se haga con cariño y porque uno lo siente, por afición, al final, pasen los años que pasen, tiene su recompensa y su sitio. A mí me alegra enormemente que este festival esté dedicado al maestro Sabicas, creo que fue el primer revolucionario del guitarra flamenca, el que entusiasmó a la juventud de aquella época para tocar de diferente forma y sentir la guitarra de manera distinta a como se tocaba hasta ese momento. En este país olvidamos con mucha facilidad el talento; el flamenco, quizá por ser un estilo minoritario, no es fácil como el pop, y lo complicado no suele arrastrar masas. Y sin embargo, el mejor guitarrista de la historia era flamenco: Paco de Lucía

El alma, la raíz... al final, y al principio, la vista vuelve a la esencia una y otra vez.

-Claro, es que en la esencia está todo. Es súper importante. En flamenco hay gente que ha hecho cosas maravillosas de las que ya no se acuerda nadie; y hay que tener en cuenta que el flamenco es algo clásico, no es una moda como el reggaeton, con todos mis respetos.

A día de hoy, ¿qué quiere el alma de esta niña de espíritu pero ya consagrada como artista?

-En mi vida quizá pienso las cosas un poquito más, pero en la música me dejo llevar por lo que quiere el alma, por el corazón; creo que es la mejor fórmula para transmitir lo sientes y no equivocarte.

Artista desde niña. María Rosa García García nace en San Fernando (Cádiz), en 1978. Desde muy pequeña solía acompañar a su madre, conocida como Pastori de la Isla. A los ocho años decide seguir sus pasos y empieza a cantar, y con tan solo 12, el maestro Camarón de la Isla la presentó en el Teatro Andalucía de Cádiz. Poco después decide trasladarse a Madrid, donde conoce a Alejandro Sanz y Paco Ortega. Su primer disco Eres Luz, llega en 1998. Después del éxito cosechado por sus primeros trabajos, en 2004 edita No hay quinto malo, trabajo que marca un antes y un después en su carrera, ya que se trata de una obra más madura, y que le lleva al número uno de las listas de ventas. Entre otros galardones, Niña Pastori atesora dos Grammy Latino.