Los zombis revolucionan el Velódromo
El filme vasco de animación ‘dixie eta matxinada zonbia’ se proyecta el domingo en la gran pantalla de Anoeta
Aparte de películas de actores de carne y hueso, el Zinemaldia hace siempre hueco a la animación. Aunque no sea un festival infantil, los niños también tienen la oportunidad de acudir al preestreno de algún filme. Y, cómo no, el Festival presta especial atención a los filmes en euskera. Estas son tres de las características de Dixie eta matxinada zonbia, que celebrará su preestreno el próximo domingo en la sección Velódromo y que se estrenará en salas comerciales el 7 de noviembre.
La secuela de la exitoso filme Aita, zonbia naiz muestra lo que ocurre cuando los amigos zombis de Dixie, Isis y Gonner, le piden ayuda para evitar una rebelión zombi. “Es una película dirigida al público infantil, pero está pensada para que los adultos no se aburran”, explica uno de los directores, Ricardo Ramón, quien definiría la película como “cine familiar”. ¿Pero cómo se consigue eso? “Pensamos en los niños a la hora de crear la historia, pero introducimos guiños”, explica Ramón. Beñat Beitia, también director, agrega que “artísticamente está muy elaborada, así que aunque el hilo narrativo cubra la motivación de un niño de siete años, hay mil matices con los que entretenerse”. “Es como ir 80 minutos a un museo”, aclara Beitia.
Además, el filme integra aventuras de zombis, la vida cotidiana de Dixie y humor en menos de hora y media. “Hemos trabajado un género de moda, los zombis, enclavado en un género de aventuras fantásticas y un ambiente de misterio -explica Beitia- Pero no podemos olvidar que es cine para niños y que hay que divertirlos”. Según aseguran los directores, la mayor herramienta de diversión para los niños es el humor, por lo que intentan agregar momentos en los que suelten una carcajada. Todo ello viene envuelto en un ambiente de amistad, un tema con el que habitualmente se trabaja en el cine infantil.
Ramón opina que su primera y más importante finalidad es hacer que el público se divierta y que esa hora y media se le pase volando, aunque también intentan colocar unas pinceladas de valores que creen importantes. “No somos educadores, nuestro trabajo es entretener, pero aun así el valor de la amistad es algo muy importante en casi todas nuestras películas, yo creo que es la clave”, declara, y agrega el respeto como otro de los valores que intentan inculcar a los niños. “Aun así, si conseguimos que se queden con un esbozo de eso, estamos satisfechos”, continúa Beitia. “Armamos la película con los artificios con los que trabajamos, pero intentamos que se fijen en dos líneas importantes: cómo valora Dixie la amistad y la superación de sus miedos”, aclara.
el negocio de la animación Los directores aseguran que han necesitado dos años para la fase de producción de la película, “más otros dos años de preproducción”. Suma un trabajo más largo que las películas con personas reales. La productora Abra, la encargada de este filme, tiene una dificultad añadida. “No somos una gran compañía americana, aquí cada vez tenemos más dificultades para producir una película”, declara Beitia. Y es que, aunque cuenten con el apoyo de ETB, “sin el cual no habría animación vasca”, el cine de animación en euskera -cabe destacar que se doblará al castellano, inglés y catalán- “se ningunea un poco”, según opinan los directores de la cinta. “Toda la carga va sobre nuestras espaldas -continúa Ramón-, es necesaria la pasión de todo el equipo, porque cada vez estamos en peores condiciones”.
Otro factor muy importante en el negocio de la animación es la tecnología, que cada día ofrece nuevas herramientas. “Cuando yo empecé, se hacía todo a mano, ahora hay muchas más posibilidades”, afirma Ramón. Consiguen trabajos en una “calidad bestial”, y ahora los equipos de trabajo son mucho más especializados. Aun así, Beitia también le ve la parte negativa a este cambio constante. “Siempre hay que integrar las nuevas herramientas -asegura-, puede que haya un cambio cuando estamos en la producción de una película, y no podemos quedarnos atrás”. Eso les lleva a estar en una formación y actualización constantes.
Pero también tiene su lado positivo. “El cine de animación envejece muy bien”, explican los directores, que creen que una película de Dixie se podrá ver dentro de unos años en DVD, “y a los niños les encantará”. Además, tratan de crear historias globales, que no estén situadas en ningún lugar concreto, sino uno ficticio, para que los niños de cualquier lugar lo disfruten de la misma manera.
“Desde luego, poder proyectarla en el Zinemaldia, un festival tan importante, es una lanzadera para nosotros”, asegura Beitia. Aparte de las alas que les da el Festival, afirma que el impacto mediático también ayuda. Por si todo sale como previsto y el filme funciona tanto nacional como internacionalmente, ya están trabajando en el guión de la próxima aventura de Dixie.