Pamplona ? Las pinturas de Xabier Morrás tienen sabor a café,a ese cafetito siempre preparado en la mesa de su casa cada vezque compartes con él una charla reposada para hablar de arte,de cultura, de política, de la salud, de la familia, de la ciudad,de la vida en general. Café ligero porque siempre es largo, paradisfrutarlo con tiempo, como su pintura, sorbo a sorbo, sin prisas.Café rodeado de cuadros repletos de vida o vida repleta de cuadros.Todo se mezcla. Como en su casa, donde también está su estudio.Es el mundo de Xabier Morrás, el de hoy y el de siempre. Pintalo que vive y vive para pintar, sin más pretensión o con todala pretensión de quien se siente pleno si con su pintura en algocontribuye a su país, a Euskalherria, la tierra a la que vuelveuna y otra vez porque nunca, ni en la distancia, se aleja. Xabieres un hombre de palabra, y de palabras, de conversación, de lectura,de reflexión. Ni vive rápido ni pinta rápido y el resultado esuna pintura sólida, de producción lenta, lo que le ha mantenidoalejado de las salas mucho más tiempo que el que los espectadoresquisieran. Pero tampoco eso le preocupa. No aspira, ni lo hahecho nunca, a ocupar ningún lugar concreto en la historia delarte a pesar de ser uno de los referentes del arte vasco de losúltimos 50 años, maestro de varias generaciones. Muchos pensamosque ha sido tratado injustamente por la cultura oficial de Navarra,seguro por su compromiso con múltiples causas de su tierra, peroél no lo tiene en cuenta. Sus ojos siguen brillando cada vezque te explica un cuadro, que te abre la historia que acoge cadapintura y te mete de lleno en ella. Ahora mira expectante suúltimo cuadro, aún inacabado, ese homenaje a Amaiur, su granobra, una de las que se verá en la exposición que el viernes3 de octubre abre en Pamplona en la Sala de Armas de la Ciudadela.Han pasado doce años desde su última exposición individual. Noha expuesto pero no ha parado. Si no pinta le falta el pulso.Es su vida.
Siempre ha estado en el mundo del arte pero no propiamente enel mercado, alejado de las galerías, de las salas. Mucha genteno ha visto nunca una exposición suya. Han pasado doce años desdela última que realizó en Pamplona.
?Llevo más de 50 años pintando y la gente en la calle todavíame pregunta si pinto o no, y la gente joven mucha no me conoceen esta faceta de artista. Viviendo en un Pamplona, y sin tenerunos agentes o marchantes que te representen, es casi imposibleestar en el mundo de las galerías, museos, del arte comercial.Es un precio que tienes que pagar. Tienes que vivir en un NuevaYork, Londres Barcelona... si quieres proyección. Eso con 20o 25 años me lo pedía el cuerpo, ahora con 71 a lo único queaspiro es a la salud, a poder tener tiempo para pintar, a disfrutarcon mi familia y estar al servicio de mi país con lo que modestamentepueda aportar. Con eso me siento suficientemente pagado. Todolo demás, fama, museos, reconocimientos, enciclopedias de arte,para mí es secundario. Si algún día llega bienvenido, pero noes lo principal.
En esa edad en la que un artista quiere comerse el mundo tuvola suerte de conocer Londres y Nueva York. Fue un artista pionero.A su vuelta a Pamplona, en los años 70, dirigió una sala de arteque fue la referencia de la vanguardia en los tiempos grisesdel franquismo.
?Mirando hacia atrás, yo no creo que fuera suerte el que pudierasalir. La gente puede tener una idea equivocada. Yo tuve becasporque me lo curré mucho. Nunca me han regalado nada. Ten encuenta lo que era el panorama artístico en Pamplona en los años50, 60, lo que se exponía era muy digno, Lasterra, Ascunce, MuñozSola... pero no reflejaba el mundo que vivíamos los jóvenes.Pensábamos que era todo un poco asfixiante, no es como ahoraque los jóvenes viajan. Para mí en aquella época era imprescindiblesalir de aquí, era pura supervivencia, no podías estar en unambiente tan pobre y limitado de la cultura plástica sobre todoen Navarra. Salir era una tabla de salvación. No sé si fue buenoo no, pero estando en Londres y Nueva York redescubrí mi país.Cuando estaba allá no era de allá y me decía tampoco soy de aquí,eso me dio que pensar y me di cuenta que si no estás en tu país,en la sociedad a la que pertenecieses te conviertes en un artistaque no tiene raíces.
Desde esa sala de la Caja de Ahorros de Navarra se escribió unade las páginas más intensas de la cultura local.
?María Ángeles Otamendi y yo, que fuimos los que iniciamos esaaventura. Vivimos una experiencia muy bonita. Intentamos teneruna relación con el mundo de la creación distinta a la que generalmentetienen las instituciones con el mundo del arte, porque decidimosno esperar a que los artistas llamaran a nuestra puerta sinollamar nosotros a la suya, fuimos receptivos a todos e invitamosa gente de muy diversos lugares y tendencias sin desatender lode aquí. Por la sala pasó la flor y nata de la intelectualidaddel momento, los mejores artistas del Estado. Era lo que yo desearíaque una institución hiciera conmigo.
Pero si adelantamos el reloj del tiempo y llegamos a 2014 y miramoslo que tenemos ahora en Navarra es inevitable decir que hemosretrocedido, con salas de arte cerradas, espacios públicos enlos que no hay sitio para los creadores locales que se ven obligadosliteralmente a mendigar espacios culturales. Seremos más libres,pero no más cultos.
?Eso es verdad. Yo pienso que tenemos una red de espacios a infraestructurasculturales como nunca, pero el problema es que, en general, tienenuna actitud muy pasiva hacia el arte vivo. Es cierto que no haymedios, pero faltan iniciativas para facilitar el acceso a lagente que esta haciendo cosas. Hay más casas de cultura que nunca,museos, espacios... pero, por la razón que sea, no se prestaatención adecuada a los creadores. En mi caso, no creo que seanormal que yo con 71 años y pintando desde hace más de 50 notenga ofertas para exponer en esos espacios. Y como yo otrosmuchos. Somos muchos los que nos dedicamos a crear y creo quehabría que respetarnos y tenernos en cuenta, ser receptivos connosotros, porque eso es barato y posible.
Vivió los Encuentros del 72 como agente activo desde esa salade arte. ¿Realmente fueron tanto o se han magnificado con eltiempo?
?Bueno, los Encuentros fueron interesantísimos porque los diseñarondos artistas, dos mentes creativas, con contactos y con una actitudmuy receptiva. Si hubieran sido dos funcionarios los encargadosde aquello el resultado no hubiera sido el mismo. Allí se uniólo local y lo universal, los pelotaris con un ballet americano,las danzas indias con txistularis, lo nuestro en relación conel mundo. Eso fue maravilloso e irrepetible. Si eso hubiera tenidocontinuidad Pamplona estaría en lo más alto del mundo cultural.
Su pintura sí que persigue esa unión de lo local y lo universal.Sus series de Londres en los 60, Nueva York en los 70, ahoraChicago, comparten espacio con escenas de la vida tradicionalvasca, con los pueblos, con su entorno más cercano y con susotras inquietudes plásticas como las guerras o la arquitectura.Es un pintor local con mirada universal.
?En mi caso, y no quiero decir que esto tenga que ser así paratodos los artistas, mi obra es muy autobiográfica en el sentidode que pinto aquello que me hace sufrir, que amo, que he conocido,que me da pena que desaparezca y casi siempre vuelvo a la épocade la que yo soy deudor. Nuestra niñez y adolescencia fue terrible,lo que era el franquismo por un lado, con la presión y la violenciaestructural, más la otra violencia, la del telón de acero. Vivíamosangustiados y no entendías por qué la vida era tan difícil, esasmiradas tan duras de los adultos contra nosotros? América erala libertad. Lo local es inevitable. Yo nací en Navarra, mi padreera de tierra Estella y mi madre de Zabaldika y yo conocí muya fondo el mundo rural porque estaba siempre deseando ir a lospueblos que dentro de la dureza de esa vida rural comparandocon la Pamplona triste, negra y terrible en la que yo nací eranun espacio de libertad. Eso merecía la pena pintarlo. Solo habíaun ámbito para respirar que era el cine de los jueves, esas sesionesen las que no nos dábamos cuenta de que sutilmente estábamossiendo colonizados culturalmente porque te oxigenaban la mente,sobre todo el cine americano. Eso me ha marcado mucho.
Y luego están todos los cuadros que ha dedicado a los monumentosa las guerras, mausoleos a la gran mentira.
?A mí me inquietaba la complicidad de los artistas con el poder.Esos monumentos colosales a las guerras que tanto he pintado,de Londres, Moscú, Berlín, Francia... eran la expresión del podera través de la complicidad de los artistas y la presión socialque ejerce todo eso. Te das cuenta de que lo que sentimos y sabemosno lo hemos decidido nosotros sino presionados por los poderesa través de su producción cultural y la complicidad de milesde artistas que lo hacían posible y eso me inquieta como ciudadanoy como artista.
Ya hablando de su obra, es una pintura en la que la técnica tienesu papel, pero sobre todo pesan las emociones. Es realista. Nosé si realismo crítico como algunos han dicho. ¿Dónde la ubica?
?Hasta ahora mi pintura, no sé como será en el futuro, es unapintura de corte figurativo, pero no sé si realista, al menosno un realismo fotográfico. Una de las características es queutilizo técnicas pictóricas tradicionales, que se usan desdehace siglos. Las obras que presento ahora son sobre todo de granformato, aunque también hay dibujo y pequeñas piezas, básicamenteóleo. Son pinturas donde hay muchas horas de reflexión. Yo nome levanto y digo voy a pintar Chicago. No. Viajo allí, veo loque me interesa y luego dejo reposar las ideas, no me dejo llevarpor la primera impresión, soy cauteloso y espero a ver aquelloque me afecta en profundidad y entonces lo pinto. A veces pasanaños entre un viaje y las pinturas. Tengo como un almacén deideas a las que voy de vez en cuando. Cada idea me pide un formato,un soporte, una manera de trabajar. Soy de producción lenta,a la vista está. Hay cuadros que me llevan años desde la ideahasta que está. Y lo peor es que no tienes garantías de que unaobra pensada y elaborada conceptualmente durante años cuandola pintas durante otros tantos años sea una buena obra. Yo, aunquesuene pretencioso, con mi obra persigo fundamentalmente crearbelleza. Veo cosas bellas y necesito otra visión que es la queintento pintar por pura insatisfacción. Pero entre lo que quieroy consigo?
Como espectadora sí se percibe ese poso. No es solo lo que seve sino lo que está detrás de la pintura: horas de lectura, conversaciones,viajes que te invitan a entrar en ese mundo.
?Es cierto que en esta época en la que vivimos, donde todo esrápido, superficial, desechable, de consumo, en pleno siglo XXIyo sigo empeñado en construir unas imágenes con técnicas totalmentetradicionales, donde el tiempo no cuenta, y sé que eso es unaextravagancia pero... Por otro lado, creo que es lo mismo quese proponían los artesanos que construirían los rascacielos deNueva York: crear cosas que perduren, aunque no con idea trascendental.Vivo en una sociedad que me aporta mucho, donde cada uno tenemosque aportar lo que podemos. Lo mío es la pintura, desde la honestidady sin sufrir por un cuadro. Pintar es mi principal actividadno mi principal preocupación, eso es mi familia, mis amigos,mi país. Pero pintar me acelera el pulso y el día que no pintoestoy parado. Necesito pintar y solo con ello me siento pagado.No quiero fama ni reconocimientos.
En esta tierra algunos compromisos se pagan y no para bien.
?Desde luego. Pero yo pienso que ha habido artistas en mi paísque han marcado tendencias, como Ciga por ejemplo, muy comprometidocon su tierra y severamente castigado y por eso también en estaexposición le voy a homenajear. Oteiza, Basterretxea, Chillida...artistas todos muy ligados al país, con esa idea de ir construyendouna cultura nacional que la guerra arrasó y ellos han cimentado.Estos maestros son los que marcaron nuestra línea. Esto, en latierra en que vivimos, y ya sabemos lo que es y cómo se paga,pero bueno, no solo lo sufrimos los artistas, lo pagan infinidadde ciudadanos. Yo soy uno más con un compromiso con mi país paraconstruir una cultura nacional. Como navarro siento que tengonostalgia y derecho a desear que lo que fue Navarra lo recuperemosy no me resigno. Quiero con mi obra contribuir a estimular esaconciencia de unos derechos de los que hemos sido privados. Formoparte de una colectividad que vamos en una dirección y, segúnlos poderes de cada momento, determinados compromisos se castigan,se cierran puertas de la cultura oficial.
Tierra ésta con gran tradición, con artistas muy comprometidoscomo dice con su pueblo pero al mismo tiempo vinculados a lamodernidad.
?Yo creo que hay una internacionalización de la creatividad yla sensibilidad. Siempre digo que no hay unas matemáticas vascasni una biología vasca, pero no sé si podemos hablar de arte vascode lo que sí podemos hablar es de gente que vivimos y trabajamosaquí y queremos construir la cultura de nuestro país, la queseamos capaces de crear y no estamos al margen de la creatividadque fluye por todo el mundo. Yo no tengo complejos frente a artistasde Nueva York o Londres, no, cada cual está en su lugar.
Ha nombrado a Oteiza, figura clave en su obra y en su vida. EnNavarra es más conocido casi por formar parte del patronato dela Fundación Oteiza que por las exposiciones. ¿Cómo fue su relacióncon él?
?Fue un gran honor que Oteiza me dijera: confío en ti. Yo leconocí con 18 años en su casa de Irún, me intrigaba y fui conunos amigos y al conocerle me quedé como asustado porque eraun hombre abrumador que tiraba por tierra todo lo que sabíasde arte hasta entonces y de alguna manera tuve precaución enel sentido de la potencia intelectual que él tenía. Desde esaépoca lo he ido tratando siempre procurando ir bien armado aunqueluego él la armadura te la destrozaba. Oteiza para mí es, aunqueno creo en los genios, un genio y quizás por eso no pudo crearequipo porque nadie estaba a su altura. Como escultor me pareceque tiene una obra extraordinaria, y sobre todo me interesa supensamiento eso es una mina que hay que explorar durante décadas.
Pero la Fundación no ha conseguido poner a Oteiza en su lugar,es casi el mausoleo de su obra, lo que Oteiza nunca quiso.
?En este momento desde luego que la Fundación no es lo que deberíaser. Ser parte de este patronato me supuso mucho desgaste alprincipio hasta que de alguna manera ves que no hay nada quehacer, que no hay una institución pública que pueda estar a laaltura de Oteiza y de la potencia de su obra. El edificio allíestá pero, como digo, es una mina aún sin explorar. Mientrasno haya un cambio de Gobierno, gente con otra sensibilidad cultural,no hay nada que hacer porque tienen un tesoro que lo ven perono lo entienden.
En esta exposición se podrá ver ya una de sus obras más esperadas,el cuadro mural homenaje a Amaiur (el que aparece hoy en la portadadel periódico), ¿cómo surgió esta obra?
?Estoy todavía trabajando en ella con varios títulos en mente,uno que me gusta es Dignidad y Lealtad, Amaiur 1522, porque seajusta al hecho histórico. Es una obra que cuando se acercabael quinto centenario de 1512, allá por el 2007, dije: yo comopintor qué podría aportar dentro de todo lo que había. Enseguidame vino a la cabeza Amaiur, con la leyenda, el monolito, el paisaje,la historia, el encierro de sus gentes para resistir. Así quefui decantando la idea y me costó muchísimo, porque no queríapintar sin más unos luchando contra otros. Ni pintar cuando losnuestros han sido rendidos. Así que al final pensé aprovecharel cuadro para hacer un homenaje a todas las personas que a lolargo de mi vida me he cruzado con ellas y me han aportado muchascosas. Empecé a poner nombre y apellidos, primero a Antoñanay Jimeno Jurío, que son los principales y lego fui metiendo artistas,historiadores, amigos, familiares... era mi manera de ser agradecidocon todos ellos, mi aportación a la historia.
¿Y plásticamente se había enfrentado alguna vez a un cuadro deesa potencia y dimensiones? Salvando las distancias ese cuadroes a Morrás lo que el Guernica a Picasso.
?Plásticamente, como pintor ha sido un reto. Quise pintar engran formato porque creo que la obra lo merece. Y como artistaera ponerme a prueba, ver si era capaz de enfrentarme a una obraasí, monumental, en gran formato (casi 5 metros) que te arrebata,te impone, te obliga a meterte dentro, te puede. Quería captarel carácter navarro, eso me interesaba mucho. Es un cuadro contenido,la gente está en el momento de decir: resistimos. No crispada.Lo he ido cambiando mucho, de hecho todavía no está acabado llevopintadas 135 personas pero serán más de 200. He ido pintandoboceto a boceto cada parte, cada rostro, fotografiando grupos,creando escenas, buscando? y creo que estoy contento con el resultadopero la gente dirá ahora al verlo qué le parece y seguro aportarácosas nuevas a la obra. Hay miles de horas metidas en este cuadro.
¿Y qué futuro tiene la obra?
?Lo que me pide el cuerpo, porque es un autoencargo, es que sila sociedad Navarra entiende que merece la pena conservarlo,donarlo al pueblo de Amaiur, aunque sé que no hay un espaciopara acoger no solo el cuadro sino el propio significado de loque allí se vivió. Ese sería su sitio. Mientras tanto lo cuidaré.Y tengo claro que el cuadro no puede salir de Euskalherria.
Y como artista, ¿cuáles son los planes para el futuro ahora quese ha jubilado como profesor de la facultad de Bellas Artes?
?Llevo un año jubilado. En mis planes futuros , ahora que tengotiempo, quiero seguir pintando y dibujando sin prisas, sin agobios,sin presiones. Me han invitado a una feria en China y participaré,pero lejos de la carrera profesional del artista. Nunca he trabajadocon galerías y no tengo intención de hacerlo.
(Y así con la mirada en el futuro concluye la charla, aunqueno se acaba el café, ni las palabras, esas palabras que comoescribe en el catálogo de la exposición su amigo el profesorJoaquim Dols Rusiñol, no son necesarias en las pinturas de Morras."Las imágenes de Xabier no necesitan palabras. Basta con mirarlas,esto sí, desde la sinceridad, despojados de prejuicios y convencionalismos,dejándonos ir a la aventura de la imaginación, nuestra imaginación,nuestra emoción, liberados de nosotros mismos".).