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Las trampas fotográficas de Joan Fontcuberta

El Museo Universidad de Navarra alberga ‘Camouflages’, la exposición más completa del fotógrafo, que contiene más de 200 obras de siete de sus principales proyectos. La muestra podrá visitarse hasta el próximo 11 de septiembre.

Las trampas fotográficas de Joan Fontcuberta

Cuestionar la veracidad incuestionable que se atribuye a la fotografía en el arte y en distintos ámbitos como la ciencia, la historia, la geografía o el periodismo ha sido siempre el punto de arranque de los trabajos de Joan Fontcuberta. El fotógrafo trabaja así el “camuflaje” fotográfico, imágenes que se presentan como científicas o históricas, pero que contienen una inevitable dosis de puesta en escena, ambigüedad o directamente ficción. Algunos de estos trabajos se recogen en la exposición Camouflages, que presentó ayer el Museo Universidad de Navarra y está compuesta por los siete proyectos principales del artista: El artista y la fotografía, Herbarium, Sputnik, Constelaciones, Fauna, Orogénesis y Camouflages. “Tiendo trampas al espectador y camuflo determinados contenidos como si fueran verídicos para que el visitante aprenda a descubrir estos artificios que subyacen”, detalla el propio Fontcuberta. Este trabajo podrá visitarse en el MUN hasta el próximo 11 de septiembre.

La muestra reúne más de 200 obras del artista catalán, ganador del Premio Internacional de la Fundación Haselblad (2013), todas ellas llenas de referencias y elementos paródicos o humorísticos que plantean una reflexión sobre los mecanismos de comprensión de la imagen en la sociedad actual: qué vemos, cómo lo vemos, qué se nos induce a ver y por qué lo vemos así. Fontcuberta, también Premio Nacional de Fotografía en 1988 y de Ensayo en 2011, explica que con esta exposición pretende “plantear situaciones un tanto inverosímiles que la fotografía puede hacer creíbles”. El director del Museo, Jaime García del Barrio, y Rafael Levenfeld, del comité de dirección artística, resaltan la importancia de poder exhibir esta exposición, la más completa del artista, que “inunda casi todo el edificio” diseñado por Rafael Moneo al ocupar casi la totalidad de sus 3.000 metros cuadrados de espacio expositivo.

La muestra llega al Estado por primera vez tras exponerse en la Maison Européenne de la Photographie de París y abarca varias décadas de creación. Según precisa el autor, estos proyectos son “representativos” de su obra y permiten comprender la fotografía, una disciplina que, dice, se ha entendido “habitualmente” como un testimonio, vivencia o documento, pero que para él es “una ficción”.

Este artista multidisciplinar considera la fotografía no tanto como una actividad profesional sino como “una pasión” y una “vocación”, y destaca además que, en esta ocasión, él mismo ha comisariado la exposición y las obras son “una selección personal”. La fotografía “no es monotemática”, agrega Fontcuberta, quien ha apostado por impulsarla “no solo desde el terreno del arte o la semiótica, sino también desde sus usos sociales”. Considera además como fundamental una perspectiva que “ha quedado descolocada”, que es “la relación de la fotografía con la felicidad”. “La fotografía proporciona felicidad”, enfatiza el artista”, y afirma que “esa sensación y esa sonrisa que produce es lo que se tiene que llevar el visitante una vez salga por la puerta del museo”. Por otro lado, sostiene que “la obra culmina siempre con el público”, quien adquiere un papel activo fundamental en esta exposición, en la que se plantean una serie de juegos visuales que el espectador debe ser capaz de resolver. “El artista propone y el público dispone”, recalca Fontcuberta.

Las series

Plantas, animales, estrellas y arte

El más antiguo de los proyectos de Camouflages está presente en la serie Herbarium, una colección de plantas fotografiadas en grandes ampliaciones sobre un fondo neutro. En su estilo, la serie responde al modelo de los repertorios botánicos del siglo XIX, con un aire de objetividad y neutralidad propios de la ciencia: vistas frontales en las que nada parece empañar la transparencia de las imágenes. El propio Fontcuberta considera esta serie como un homenaje a Karl Blossfeldt, fotógrafo alemán de comienzos del siglo XX, conocido por sus imágenes vegetales. “Se trata de un guiño cínico a la pérdida de lo natural a través de este tipo de atlas hecho con una mentalidad científica y artística”, afirma Fontcuberta.

La serie Fauna cuenta la historia del científico alemán Peter Ameinsenhaufen, quien desarrolló un extraordinario trabajo en el campo de la zoología, dedicado a la búsqueda de excepciones a la teoría de la evolución darwinista. El archivo del profesor no se presentó en público hasta su recuperación y puesta a disposición por parte de Pere Formiguera y Joan Fontcuberta. Este está compuesto por elementos muy diversos: fotografías, anotaciones, registros sonoros, radiografías, animales disecados, etcétera. Según explica el fotógrafo catalán, tanto él como Formiguera quisieron “restaurar las fotografías, muchas de ellas deterioradas, ordenar el material y dar a conocer muchas especies rarísimas de las que solo tenemos constancia gracias a la existencia de estas fotografías”.

En la colección Sputnik, Fontcuberta se pregunta “hasta qué punto estamos seguros de que la transmisión de la Historia a través de diferentes archivos ha sido fidedigna”. Este montaje presenta la historia de Ivan Istochnikov, un astronauta soviético que, en 1968, salió en una misión espacial a bordo del Soyz 2. Al parecer, desapareció en circunstancias extrañas en una maniobra fallida de ensamblaje. Las autoridades soviéticas decidieron ocultar el asunto del astronauta y no dudaron en tapar todo rastro de su memoria que, no obstante, quedó grabada en una cantidad de documentación que recogió la Fundación Sputnik. “Esta muestra trata de recuperar el hilo biográfico del cosmonauta y es una excusa para que el espectador sopese la dosis de verdad que contiene el documento histórico”, cuenta Fontcuberta.

En otra sala se puede observar la serie Constelaciones, un proyecto minimalista que muestra fotografías del cielo estrellado. Se trata de vistas de constelaciones de estrellas sobre un fondo oscuro de la noche. Otras muestran extraños fenómenos: formas que avanzan por el espacio y dejan una amplia estela tras de sí, aisladas o en amplios grupos. Lo mismo que algunos pintores evocaron con sus formas abstractas la imaginería de la era espacial, Fontcuberta trata de hacerlo con las fotografías. “Constelaciones no nace con ninguna pretensión científica, sino que busca los efectos de la luz y la abstracción”, subraya el fotógrafo.

Pese a ser autor de algunas revisiones de la historia de la fotografía española como Idas & Caos. Trends in Spanish Photography o La photographie espagnole d’après-guerre, Fontcuberta reconoce la ausencia “imperdonable” de un tema fundamental: la relación con la fotografía de algunos de los artistas nacionales claves del siglo XX. Esta es la laguna que trata de salvar con El artista y la fotografía, compuesta por obras de cuatro autores: Joan Miró, Salvador Dalí, Pablo Picasso y Antonio Tàpies, con los que el autor ofrece un diálogo actual e inédito con algunas de sus obras.

Por otro lado, Orogénesis replantea los problemas de autoría, veracidad y construcción en el contexto de la era digital. Al mismo tiempo, desarrolla las conexiones artísticas planteadas en El artista y la fotografía, pero la referencia fundamental es la tradición romántica del paisaje, que va desde la pintura de Caspar David Friedrich hasta la fotografía de Ansel Adams. Todas las fotografías que conforman esta serie son paisajes grandiosos que comparten la peculiaridad de no ser naturales, sino que están realizados mediante un programa informático. “Lo que plantea la serie es por qué la superficie terrestre toma estas formas”, agrega Fontcuberta.

‘Camouflages’

Descrédito de la fotografía documental

Según afirma Fontcuberta en el decálogo posfotográfico que publicó en 2011, uno de los rasgos de la cultura fotográfica actual es que “el autor se camufla” con el propósito de “reformular los modelos de autoría”. Estas estrategias de camuflaje constituyen el tema específico de la serie Camouflages, consistente en seis variaciones sobre El caballero de la mano en el pecho. Estos seis cuadros se encuentran distribuidos por todo el Museo Universidad de Navarra y plantean al espectador un juego de encontrar las diferencias.