La autovía A-15 entre Pamplona y Donostia-San Sebastián (Autovía de Leitzaran) ha culminado los trabajos de rehabilitación integral de los túneles de Gorosmendi y Oindolar, dentro de un proyecto más amplio para adaptar la seguridad de estas infraestructuras a la directiva europea. Una vez concluidas las obras en estas zonas, ahora trabajos y radares se han trasladado al túnel de Belabieta, en sentido Donostia-San Sebastián, donde se ha ejecutado un baipás para desviar el tráfico por el tubo en sentido Pamplona que ya fue acondicionado en su momento, similar a los que se han producido en los otros túneles durante los procesos de rehabilitación correspondientes.
Con estas novedades la A-15 en Gipuzkoa estrena nuevos radares temporales para vigilar la velocidad en el tramo en obras del túnel de Belabieta, el más largo de esta autovía. Desde esta semana los tres cinemómetros se han reubicado en el ‘bypass’ habilitado en Belabieta, con un límite de 60 km/h.
Los radares, situados en ambos accesos al túnel y en el carril dirección Donostia, estarán operativos al menos durante el próximo año, según informan fuentes del Gobierno Vasco, mientras continúan los trabajos de actualización a la normativa europea. La medida busca garantizar la seguridad y evitar colapsos en un tramo estrecho y complejo, donde ya han comenzado las obras.
Se prevé que el desarrollo de las obras se alargue un año incluido el verano, momento en el que tráfico por esta vía llega a ser en momentos puntuales muy intenso, debido al incremento de desplazamientos desde la Comunidad Foral a las playas guipuzcoanas. De nuevo, durante estos doce meses que se prolonguen las obras se mantendrá restringido el paso de vehículos con mercancías peligrosas y también se han establecido limitaciones de gálibo, como se hizo en otros procesos anteriores, a aquellos transportes de 4,5 metros de altura, 3 metros de anchura y 20,55 metros de longitud máxima. Los que superen estas cifras tendrán que desviarse por la N-1.