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Ana Martínez firma su primer poemario en la Plaza del Castillo

La autora dio a conocer algunos versos de ‘De la levedad’ con su lectura en la Feria del Libro

Ana Martínez firma su primer poemario en la Plaza del Castillo

PAMPLONA - La Plaza del Castillo acogió ayer en la Feria del Libro a la escritora Ana Martínez Mongay y su primer poemario, De la levedad, de la editorial Los Libros del Gato Negro. Esta obra se presentó en Pamplona el pasado febrero, y ayer la escritora recalcó que se trata de un poemario que requiere, al igual que el conjunto de la poesía, a un lector especial y dedicado.

La licenciada en Filología Hispánica recopila en este libro los mejores poemas que ha ido componiendo desde hace 20 años, tiempo en el que contó que ha desechado algunas composiciones, mientras perfeccionaba y rehacía otras.

La colección agrupa poemas de diversa temática, como el amor, la muerte, la libertad, o la historia y la literatura. Para elaborarla se ha servido de vivencias personales, lecturas y viajes, aunque no tiene “un lugar específico para escribir”.

Por ello, defendió que es una obra que puede ser leída por todos los públicos, ya que, a la hora de escribir, no piensa generalmente en un colectivo específico que vaya a leer su libro; del mismo modo que, ejemplificó, Juan Ramón Jiménez no tenía en mente al público juvenil al que se dirige hoy Platero y tú.

Sin embargo, sí desveló tras la lectura de Luna que compuso ese poema pensando en los niños de su colegio y en las funciones que hacían, como si fuera “el escenario con la luna pintada de una obra de teatro”.

Además de este poema, la zaragozana leyó otros versos que ha plasmado en De la levedad, como el primero de ellos, The runner, dedicado al atleta y al corredor de fondo, Aquí vivió o Quién como tú.

Martínez expresó tras su lectura que con sus poemas pretende que la poesía sea “hilo conductor, asidero del instante, del momento presente que se va”. En esa brevedad, esa “levedad”, la autora manifestó que prefiere que cada lector haga la obra suya, porque “el libro es del lector”. A ellos agradeció la acogida del libro, ya que ha podido establecer un diálogo tácito, que, espera, propicie su pervivencia en el tiempo.