san sebastián - A ambos lados de la sala multiusos del centro cultural Larratxo (San Sebastián) se alzan dos largas filas de literas que suman un total de 40 jergones. También hay varias maletas, un caballito de juguete, muñecas de trapo, abrigos infantiles, un orinal... Es parte del atrezzo de Último tren a Treblinka, la obra de Vaivén Producciones que en octubre convertirá ese espacio en el orfanato de Janusz Kòrczak. Con la colaboración de Donostia 2016, la compañía guipuzcoana rescatará la heroica y trágica historia del doctor y pedagogo judío que dirigía un hospicio en el gueto de Varsovia: allí fundó “una verdadera república infantil” hasta que el 5 de agosto de 1942 los nazis lo llevaron junto a sus 200 alumnos al campo de exterminio de Treblinka.

Según recuerda Ana Pimenta, responsable de Vaivén y autora de la idea original, el profesor polaco dedicó su existencia a defender los derechos del niño, que en su opinión debía ser tratado como un ser respetable, pensante y sensible, igual que un adulto. Trabajó mano a mano con sus pupilos para crear una Constitución con sus leyes, reglamentos y hasta un código penal mediante el que se regía el centro. Sus tesis pedagógicas, innovadoras para la época, crearon escuela e incluso sirvieron de base para elaborar la Declaración de los Derechos del Niño aprobada por la ONU en 1959.

“experiencia de lo más real” Las representaciones, 21 en total, no empezaran hasta el 1 de octubre, aunque los ensayos arrancarán este mismo lunes en Larratxo bajo la dirección de Mireia Gabilondo. Hace algunos días comenzaron a instalar las literas desde las que el público podrá seguir la obra, aunque aún falta el grueso de la escenografía. El resto de los espectadores -un máximo de 200 por función- se sentará en las mesas y bancos corridos que se ubicarán en el centro de la sala. El objetivo, apunta Pimenta, es que la audiencia se adentre en “una experiencia de lo más real” y que, de algún modo, los espectadores se sientan parte del hospicio de Kòrczak. Durante 90 minutos, asistirán a las últimas horas del lugar, podrán contemplar su revolucionaria organización interna, su rutina diaria, los miedos y alegrías de sus inquilinos...

“No hemos hecho un dramón. Pese a lo trágico del desenlace, la gente se contagiará de un clima de amor, tolerancia y respeto. Es una obra muy emotiva, de esas que tocan el corazón e invitan a la reflexión”, advierte Ana Pimenta. A su juicio, Kòrczak logró la proeza de construir en el infierno del gueto una especie de “edén” que hizo más llevadera la existencia de los pequeños: “Es uno de esos personajes maravillosos que no sabes cómo han podido existir. Le ofrecieron salvarse en más de una ocasión pero prefirió acompañar hasta el final a sus 200 hijos”.

Texto y elenco artístico El texto en castellano y euskera de Último tren a Treblinka es obra de Patxo Telleria, que como el resto del equipo, cayó “fascinado” ante la fuerza del protagonista y se implicó en el homenaje al pedagogo como si de una “cruzada” se tratase. El autor ha trabajado inspirado por la idea de Pimenta y ha utilizado diversas fuentes: el libro Janusz Korczak, maestro de la humanidad, de Rubén Naranjo; los diarios que el doctor escribió en el gueto, y la película que Andrzej Wajda dirigió en 1990 con guión de Agnieszka Holland.

En lo referido al elenco artístico, Alfonso Torregrosa y Jose Ramon Soroiz encarnarán a Kòrczak en castellano y euskera, respectivamente, mientras que Maiken Beitia hará de Stefania, la ayudante del profesor, en ambas versiones. El resto del reparto es bilingüe y está integrado por Eneko Sagardoy, Gorka Martín, Tania Martín, Nerea Elizalde, Jon Casamayor, Mikel Laskurain y Kepa Errasti. Dado que emplear niños como intérpretes en montajes teatrales es harto difícil -la normativa legal establece que solo pueden trabajar un día de cada tres-, los pequeños de la inclusa serán encarnados por actores adultos que al inicio de la función establecerán la “convención teatral” de que son niños.

La escenografía ha sido ideada por Fernando Bernués, director de Sueño de una noche de verano, el otro gran montaje teatral de Donostia 2016. En esta ocasión ha propuesto recrear el orfanato mediante las citadas literas, mesas y bancos, elementos a los que se sumarán un locutorio de radio y un escenario en el que los niños ofrecen una pequeña pieza escénica -teatro dentro del teatro-. Según indica Pimenta, los tres meses que pasarán en Larratxo preparando el montaje les servirán para ver “qué ofrece el espacio, que siempre condiciona mucho”. “Seguramente, la obra se transformará durante la residencia”, vaticina antes de añadir que Iñaki Salvador compondrá la música original a partir de lo que vaya viendo en los ensayos e inspirado en canciones yiddish.

Programa pedagógico Uno de los aspectos que enriquecen este proyecto, es su vocación pedagógica: además de las seis funciones abiertas que tendrán lugar en los tres primeros fines de semana de octubre, Vaivén ofrecerá de lunes a viernes quince representaciones para otros tantos centros escolares guipuzcoanos entre los días 1 y 21 de ese mes. La asociación cultural Ikertze ha elaborado un programa para jóvenes de entre 14 y 18 años que trabajarán en clase los valores que preconizaba Kòrczak y al término de cada función, “aprovechando la temperatura emocional”, participarán en un coloquio con los actores y responsables de la obra. La idea es orientar la discusión a problemas actuales como la crisis de los refugiados, que demuestran que los niños siguen siendo los más vulnerables y necesitados de protección. Asimismo, a las representaciones abiertas al público también podrán asistir niños a partir de los diez años acompañados por sus padres para, de ese modo, favorecer el “diálogo intergeneracional”.

Vaivén produce esta obra en colaboración con Donostia 2016, que a través de su línea Conversaciones cubre varias funciones y facilita que Donostia Kultura ceda el centro de Larratxo para la residencia artística. Último tren a Treblinka, que tendrá que adaptar su puesta en escena para su gira por teatros de Vitoria, Barakaldo y Madrid, también ha recibido ayuda económica del Gobierno Vasco, mientras que el apoyo de la Diputación servirá para que las entradas, a un precio de doce euros, sean más baratas para los jóvenes.

‘Último tren a Treblinka’. Producida por Vaivén en colaboración con Donostia 2016 y la ayuda del Gobierno Vasco, la obra narra la heroica y trágica historia de Janusz Kòrczak, doctor y pedagogo judío que regentaba un orfanato con 200 niños en el gueto de Varsovia. Antes de que el 5 de agosto de 1942 los nazis les montaran en un tren rumbo al campo de exterminio de Treblinka, el maestro fundó en el hospicio “una verdadera república infantil”: junto a los niños, creó una constitución con sus leyes, reglamentos y también un código penal.

Puesta en escena. La obra se representará, desde el 1 de octubre, en el centro cultural Larratxo, que adoptará el aspecto del orfanato de Kòrczak. Habrá 21 literas y 19 camas desde las que el público podrá seguir la función, y parte de la audiencia también se sentará en mesas y bancos corridos. La idea es ofrecer “una experiencia de lo más real” y que los espectadores se sientan como los niños huérfanos del profesor polaco.

Elenco

KòrczakA. Torregorsa / J.R. Soroiz

StefaniaMaiken Beitia

DanielEneko Sagardoy

SlomoGorka Martín

MiryamTania Martín

NatkaNerea Elizalde

JanusJon Casamayor

Varios personajes Mikel Laskurain

Varios personajesKepa Errasti

StefaniaMaiken Beitia

DanielEneko Sagardoy

Idea originalAna Pimenta

TextoPatxo Telleria

DirecciónMireia Gabilondo

Escenografía Fernando Bernúes

MúsicaIñaki Salvador

Funciones abiertas en octubre. Serán en castellano las de los días 1, 8, 9 y 15, y en euskera las del 2 y el 16. Las entradas salen este lunes a la venta al precio de 12 euros.

Funciones para escolares. Serán todas en euskera de lunes a viernes del 3 al 21 de octubre.

Gira. Tras pasar tres semanas en Larratxo, Último tren a Treblinka se podrá ver en el centro Ibaiondo de Vitoria, en el Teatro Barakaldo, el Victoria Eugenia de San Sebastián y la Cuarta Pared de Madrid.