pamplona - El grupo valenciano Invaders es un proyecto que combina el rock y la electrónica y que se sustenta, principalmente, en Miguel Ángel Orihuela Ros, músico que tras largos años intentando dar forma a una banda por fin parece haber encontrado la horma de su zapato en José Manuel Bosca.
A principios de 2016 consiguieron formar un grupo y dan su primer concierto el 18 de marzo en Magazine Club, pero desgraciadamente saltaron de la banda el bajista y el teclista por motivos de trabajo, ya que tuvieron que trasladarse a vivir a Berlín. A pesar del contratiempo, no perdieron ni el empuje ni la esperanza y grabaron dos temas, en Madrid, a las órdenes del productor Pau Paredes: For You y Jekyll and Mr. Hyde, que se pueden escuchar actualmente en Spotify.
Tras su victoria en San Adrián, en el que fue el primer concierto con la formación actual, Miguel Ángel charló con DIARIO DE NOTICIAS.
¿Qué supone para un grupo casi recién nacido ganar un certamen de reconocida trayectoria estatal como es el de San Adrián?
-Sobre todo te da ganas de seguir adelante, porque hay momentos en los que has podido plantear si tu música es buena o mala, ya que tampoco hay muchas oportunidades en este país y cuesta mucho salir. No estamos en un sitio en el que el rock sea el primer estilo ni el segundo, ni el tercero... ni el cuarto.
¿A que destinaréis los jugosos 3.000 euros del premio?
-El dinero nos viene de perlas, como caído del cielo, porque teníamos que grabar las nuevas canciones en febrero y, la verdad, es que nos sabíamos ni cómo íbamos a pagar la grabación.
En cualquier caso, y aunque la banda apenas lleva un año de andadura, el 2016 finalizó con otra gran noticia para Invaders, ya que uno de los dj estatales de referencia, Amable, incluyó uno de vuestros temas (Jekyll and Mr. Hyde) en su lista de los 10 del año.
-Lo vimos un día antes de salir para San Adrián y, la verdad, es que no nos lo esperábamos. Le habíamos mandado las canciones y sabíamos que le gustaban, pero no tanto.
¿Cómo configurasteis el repertorio del concierto, teniendo en cuenta que solo contáis con dos canciones editadas a través de las plataformas digitales?
-Preparamos un set list con ocho temas propios y una versión de Nirvana, aunque previamente arrancamos con Regreso al futuro, quizá algo pretencioso pero también gracioso. Ya en lo que se refiere a nuestros temas, comenzamos con una intro que deja intuir que el sonido tiene parte de electrónica, a la que le siguió otra más rockera, para que nadie se asustara pensando que todo iba a ser tan oscuro y electrónico. El tercer tema fue uno de los que tenemos colgados en Spotify, un temazo, al que le siguieron otra más bailable y otra entre bailable y rockera. Tras éstas ofrecimos dos temas nuevos, el segundo de ellos apenas dura dos minutos, casi como si fuera un track de Vitalic, en el que te quedas con el estribillo melódico. Y, ya acabando, la penúltima fue la versión de Nirvana, que se la dedicamos a Kurt porque él tiene buena parte de culpa de cómo yo entiendo la música y no me gusta ver cómo últimamente usan su imagen de forma tan gratuita.
Como las camisetas de los Ramones que se venden en Zara...
-Exacto. La gente que ha vivido los 90 entiende a Nirvana de otra manera; a partir de ahí ya es como si estuviera de moda. La última canción del concierto es la otra que tenemos en Spotify. Y la verdad es que, antes de tocarla, le comenté al otro guitarrista que si conseguía que la gente se agachase, ganábamos. Lo dije en plan broma, pero así fue. No por el hecho en sí de que se agacharan, sino porque eso era indicativo de que habíamos conseguido conectar con el público. Y, de hecho, un miembro del jurado del certamen nos confirmó que así había sido.
Con el dinero del premio ya asegurado, ¿de qué forma habéis planteado la grabación de los nuevos temas?
-Vamos a intentar grabar dos o tres canciones nuevas, que junto a las dos que ya tenemos grabadas y lanzadas a través de las plataformas digitales, daremos forma a un EP. Eso sí, de momento, y hasta que no contemos con un sello discográfico que nos respalde, la edición será solo digital, a través de Spotify e iTunes. La edición física llegará, como digo, cuando tengamos sello, porque no estamos como para palmar pasta por todas partes. Por otra parte, allá por primavera, a través de El mundo del Tulsa, es muy probable que volvamos a Navarra para ofrecer otro concierto.