El Guggenheim exhibe la efervescencia pictórica del París de fin de siglo XIX
El museo acoge 125 obras de autores como Signac, Redon o Toulouse-Lautrec
bilbao - El Museo Guggenheim Bilbao exhibe la efervescencia política y creativa que se produjo en el París de finales de siglo XIX, que dio origen a movimientos pictóricos de vanguardia como los neoimpresionistas, los simbolistas y los nabis (profetas, en hebreo).
La exposición titulada París, fin de siglo. Signac, Redon, Toulouse-Lautrec y sus contemporáneos, que se podrá visitar hasta el 17 de septiembre, está compuesta por un total de 125 cuadros, muchos de los cuales no se habían mostrado nunca antes al público ya que, en su mayoría, pertenecen a coleccionistas privados que los han prestado para la ocasión, según reveló el director del centro expositivo, Juan Ignacio Vidarte.
Algunas de estas pinturas son consideradas obras maestras de los artistas más significativos de cada uno de estos tres movimientos pictóricos de vanguardia como Georges Seurat y Paul Signac (neoimpresionistas), Odilón Redón y Maurice Denis (simbolistas) y Pierre Bonard, Edouard Vuillard y Henri Toulouse-Lautrec (nabis).
La muestra se presenta en tres salas consecutivas de la tercera planta del museo, dedicadas al arte más clásico, y se abre con el cuadro Nenúfares, del impresionista Claude Monet, de 1914, pintor que, aunque no perteneció a ninguno de estos movimientos, era considerado como un “héroe” para muchos de los artistas encuadrados en la muestra, según explicó la comisaria de la misma, Vivien Greene.
La comisaria, que trabaja en la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York, organizadora de la exposición, señaló que los tres movimientos pictóricos de la década final del siglo XIX fueron claves para lo que se considera el arte moderno que surgió en el siglo XX.
Los neoimpresionistas reflejaron en sus obras el auge de las ideologías socialista, comunista y anarquista en el París de finales de siglo y las turbulencias sociales y políticas que se vivieron entonces. “Eran todos de izquierdas”, enfatizó Vivien Greene.
Los simbolistas, por su parte, recogieron en sus obras el resurgimiento de la espiritualidad, el sentimiento católico, de derechas y antisemita de la sociedad francesa, en contraposición a las izquierdas.
Por otro lado, los nabis fueron los “más alegres” de los tres movimientos y los que mejor reflejaron en sus obras la vida bohemia de la capital francesa.
“Pero todos ellos coincidieron en considerar que el arte podía mejorar la vida de las personas”, concluyó la comisaria de la muestra. - Efe
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