Emotivo adiós a 40 años de Auzolan
la referencial librería de pamplona, que cierra mañana sus puertas, celebró ayer una concurrida fiesta de despedida
Con un emotivo acto sencillo, cercano y muy cálido, cuyo espíritu resume muy bien los 40 años de vida literaria que ahora con tristeza terminan, la librería Auzolan se despidió ayer antes de cerrar definitivamente mañana sábado a las 14.00 horas las puertas de su local de la calle San Gregorio. Fue una concurrida despedida en la que la referencial librería de Pamplona, que abrió en 1977, recibió de vuelta todo el cariño que desde su actividad ha volcado en la sociedad navarra a través de la literatura, la cultura, el arte y el pensamiento.
Escritores, editores, colegas libreros, y, sobre todo, mucho público fiel se reunieron ayer puntualmente a las ocho de la tarde para acompañar a los impulsores y empleados de Auzolan en este duelo. El ambiente -en el interior de la librería, repleta de gente, y también en la calle, donde se quedaron muchos y muchas- era agridulce: por un lado, caras de tristeza, de impotencia, espíritu de funeral; pero por otro, sonrisas y la alegría de quienes valoran profundamente -y recordarán siempre gratamente- todo lo que han recibido durante estos años de parte de Auzolan.
En el acto de despedida intervinieron Mertxe Zufía (socia de Auzolan junto con Fernando Pascual) y Roberto Valencia (coordinador del Foro Auzolan). Zufía, visiblemente emocionada, recordó “la aventura que se inició hace 40 años, cuando unos amigos que estudiaban juntos en Barcelona decidieron abrir una librería en Pamplona”. Una aventura que, destacó, “traspasó el local y de la que nacieron revistas culturales, una editorial, se creó una distribuidora que dio más empleo, y luego el Foro Auzolan, que tanta alegría nos ha dado en estos diez últimos años”. Toda “una vida de trabajo, emociones y dedicación”, dijo la socia de Auzolan, quien no tenía ayer más que palabras de “agradecimiento, de corazón, por la calidez, el cariño y el apoyo expresados estos días y durante todos estos años”. Su socio en esta aventura, Fernando Pascual, asistía con ojos llorosos en un segundo plano, y expresaba tras la celebración del acto de despedida su deseo de que “el Foro Auzolan pueda continuar con su actividad, porque no hay nada así en todo el Estado”. El coordinador del Foro, Roberto Auzolan, agradeció a los socios de la librería “la confianza” depositada en él para este proyecto, que se inició en 2009 y gracias al cual han pasado por Iruñea “más de cien escritores de tres continentes diferentes, se han montado más de 40 talleres” y, sobre todo, se ha enriquecido a “un público que nos ayuda a pensar y a mantener la cultura viva en nuestra comunidad”. Valencia dejó la puerta abierta a la continuidad del Foro Auzolan: “Pertenece a la Asociación Cultural Ruido de Fondo, y la asociación sigue. Ahora sí vamos a tomarnos un tiempo de reflexión, pero la idea es intentar volver cuanto antes”, dijo a este periódico antes de leer los versos de Otro poema de los dones, de Borges, con el que se cerró la fiesta de despedida. Pero el encuentro continuó en la librería, y en la calle, con conversaciones, anécdotas, recuerdos, tristezas, anhelos... La inagotable sed de conocimiento, el mejor legado de Auzolan.