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Coral de Cámara de Pamplona: historia viva de la música

La agrupación recibirá el próximo día 26 el Premio Príncipe de Viana 2018, en reconocimiento a 72 años de historia en los que ha dado voz a los compositores más vanguardistas de cada época, además de poner a Pamplona y Navarra en el mapa desde su proyección internacional.

Coral de Cámara de Pamplona: historia viva de la músicaUNAI BEROIZ

Setenta y dos años después de ser fundada en 1946 por el músico navarro Luis Morondo, la Coral de Cámara de Pamplona está a punto de sumar el que será su primer reconocimiento en Navarra: el Premio Príncipe de Viana 2018. El Palacio Real de Olite acogerá el sábado, día 26, el acto oficial del galardón, en una ceremonia que pondrá el broche a una etapa que desde la Coral presentan como su mejor momento en décadas. Porque la agrupación ha sabido reinventarse, adaptarse al momento y actualmente goza de buena salud, respaldada por una trayectoria que convierte a la agrupación en historia viva de la música.

Como el final de un ciclo, pero también como el principio de otro. Así define David Gálvez Pintado, director de la Coral de Cámara de Pamplona, el hecho de haber recibido este año el Príncipe de Viana. Porque el 2018 y el momento actual de la Coral es el resultado de un proyecto que arrancó en 2013, con la incorporación de Gálvez como director artístico de la formación. “Hemos acabado de la mejor manera posible y es un reconocimiento desde luego institucional, pero también al trabajo realizado durante estos cinco años, porque ha sido empezar casi de cero el proyecto”, apunta el director valenciano. Un “espaldarazo increíble”, tanto a nivel interno como de cara a la propia institución, que han acogido ilusionados, ya que no esperaban ser los ganadores del premio.

“Ya era hora... Lo deseábamos, sí, pero esperarlo... Influyen muchas cosas”, apunta Ana María Troyas Careaga, presidenta de la junta directiva de una agrupación que “ha pasado por todo, pero ahí sigue... y cuando una cosa sigue adelante, es porque lo vale”. Con el acto del próximo día 26 de mayo en la diana, desde la agrupación avanzan que serán artistas y homenajeados, a la vez, ya que actuarán durante el acto, además de ofrecer posteriormente un pequeño concierto en la plaza de Carlos III de Olite. Varios miembros históricos participarán en la actuación, que contará con un repertorio integrado por obras de compositores como Agustín González Acilu, Gabriel Olaizola, Luis Morondo, Fernando Remacha o Salvador Bacarisse.

Una vez formalizada la entrega del premio deberán reflexionar sobre qué hacer con el galardón, que implica una dotación económica destinada a un proyecto de difusión de la obra de, en este caso, la entidad premiada. Y ya tienen varias ideas, desvela David Gálvez: “Días atrás, Román Felones hizo la petición de que tal vez la Coral pudiera viajar al menos a las cabezas de las merindades para darse a conocer, y lo pensamos y estamos de acuerdo. Porque si bien la coral ha actuado en diferentes localidades navarras, no ha sido “con la presencia que nos hubiera gustado”. Cuando la junta se reúna con el Gobierno de Navarra, continúa, plantearán esa posibilidad, aunque otra de las opciones es algún proyecto que forme parte de la programación de la coral, ya que “hay varias ideas interesantes”.

2013, un nuevo proyecto Echando la vista atrás, hay que remontarse a 2013 para examinar aquel proyecto de reconstrucción de la idiosincracia de la coral que inició David Gálvez. “Desde el primer momento planteé que la Coral de Cámara de Pamplona es una referencia cultural, no un coro ordinario”, comenta. Y si bien entonces la agrupación estaba anclada en “la recuperación de la identidad”, se estableció un proyecto con unas líneas estratégicas, tanto musicales como sociales y pedagógicas, para que la coral volviese a ser lo que era: “Uno de los mejores coros de cámara del mundo durante algunas décadas”. Conscientes y situados, obviamente, en el contexto actual, en el que la presencia coral es mucho mayor. Por ello, Gálvez se propuso crear “un coro de altísimo nivel pero moderno, un coro de cámara del siglo XXI”.

La primera línea, y la más importante, concreta, fue la del patrimonio, ya que estaba “totalmente desdibujada” y la coral cuenta con un patrimonio “muy importante y bien compuesto”. En ese sentido, continuaron también con la responsabilidad de “crear obra nueva”, aunque enfrentarse a la nueva creación “no es fácil”. Compositores como Koldo Pastor, Tomás Marco, José María Goicoechea o el propio David Gálvez pintado fueron algunos de los autores que compusieron para la coral. Además, también reestrenó obras que llevaban tiempo sin interpretarse dada su complejidad. Entre ellas, algunas de compositores como José María Goicoechea y Agustín González Acilu.

En cuanto a la línea social y pedagógica, desde la agrupación han trabajado por ser “un elemento importante y un actor dentro de la industria cultural europea, española y navarra”, señala Gálvez. Un camino recorrido en el que el mayor obstáculo fue precisamente la propia coral como institución, continúa: “Con tantos años de vida, historia, proyectos y directores anteriores, en una ciudad y comunidad tan pequeñas... Los obstáculos han sido los propios engranajes de la institución, desde administrativos hasta artísticos y de gestión, a la hora de implantar y convencer con un proyecto nuevo y modernizado”.

1946, fundación En un repaso histórico, el origen de la agrupación se encuentra en el año 1946 cuando el músico y compositor navarro Luis Morondo, vinculado hasta entonces a otras agrupaciones como la Orquesta Santa Cecilia de Pamplona, fundó la Coral de Cámara de Pamplona. Desde su nacimiento, la Coral estuvo en contacto con los compositores de su tiempo, como Salvador Bacarisse, que compuso Ojos claros, serenos y El caballero de Olmedo, o Fernando Remacha, con obras como Zazpi euskal abesti, Copla de Jota o Cantantibus Organis.

Una decisión, la de abordar obras de nueva creación, que ha mantenido y mantiene hoy día. Porque en los años 50 y 60, tras la noticia de la apuesta de la coral por la música contemporánea, recibieron obras de autores de todo el mundo, desde compositores navarros como el mencionado Remacha, a otros como Tomás Garbizu, Joaquín Rodrigo, Óscar Esplá, Bartók, Stravinsky, e incluso de figuras universales como Heitor Villa-Lobos con su Préces sem palavras. En las siguientes décadas, los años 70 y 80, la coral siguió encargando obra nueva y continuó en plena actividad, dirigidos por Luis Morondo, ya en avanzada edad. Varios navarros relacionados con la vanguardia y vinculados a los movimientos culturales de entonces colaboraron con la coral: Agustín González Acilu, Tomás Marco, Leonardo Balada, Teresa Catalán, José María Goicoechea...

Tras la muerte de Luis Morondo y el relevo de José Luis Eslava, la coral comenzó un proyecto de renovación bajo la batuta de Máximo Olóriz, incorporando voces jóvenes. Se abordaron también otros proyectos, vinculados a líneas referenciales de la llamada música antigua, bajo la dirección de Pello Ruiz, David Guindiano, Jesús María Echeverría, Sergi Moreno-Lasalle y Josep Cabré. Entre las grabaciones realizadas entonces hay obras de autores como Michael Navarrus, Juan Francés de Iribiarren o Miguel de Irízar. La nueva creación también tuvo su lugar e impulso, bajo la dirección de Koldo Pastor y trabajando con autores como Vicente Egea, Carlos Etxeberria o Jesús María Echeverria.

el histórico ‘arrano beltza’ Precisamente, entre los estrenos que ha realizado la Coral, uno de ellos pasó a convertirse en histórico por la revolución que supuso: Arrano beltza, firmada por Agustín González Acilu y cuyo texto está íntegramente escrito en euskera por Joxean Artze. El 23 de enero de 1977, el diario El País hacía referencia a dicho estreno: “En medio de un clima tenso y expectante, se llevó a cabo e Pamplona el estreno mundial de Arrano beltza [...] El teatro de la avenida de Carlos el Noble se llenó hasta rebosar de un público joven, atento y respetuoso. Poco después del comienzo del acto, tras las palabras de presentación del señor Munárriz, presidente de la Coral, una gran ikurriña se desplegó en uno de los anfiteatros”. Esta composición fue reestrenada en el año 2017 por la coral actual y es una de las obras en repertorio. Un repertorio que no es habitual, comentan los coralistas Diego Martín, Zuberoa Aznárez y Malen Gironés, también exige “un sobreesfuerzo” para los intérpretes.

Porque además, el euskera ha estado y está muy ligado a la coral, recuerda Anne Miren Troyas, actual presidenta de la junta. Y es que la agrupación cierra sus conciertos con el Agur Jaunak durante muchos años, llevando el nombre de Pamplona y Navarra incluso al otro lado del charco.

2018, futuro Desde el buen momento por el que pasa la coral, David Gálvez afirma que como reto está el seguir trabajando con las ideas claras: “Está el 75º aniversario, pero no nos preocupa como una fecha que haya que resaltar, sino como una marca más en el camino. La Coral tiene que posicionarse en los próximos años como un coro de cámara de referencia en Europa”.

Por el momento, además de tener cerrada la temporada 2019, ofrecerán un concierto en Baluarte el día 22, con un programa que incluye el estreno absoluto de dos obras: Txalopin, de José María Goicoechea; y Ancho mar de las Plegarias, de Tomás Marco. Porque son ya más de 4.500 conciertos ante unos dos millones de espectadores, pero la coral sigue escribiendo su propia historia.

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En 2013 se inició un proyecto de reconstrucción de la identidad de la agrupación como una referencia cultural

La Coral de Pamplona ha defendido la cultura navarra y el euskera, como con el estreno de ‘Arrano Beltza’