Pamplona - La quinta edición del Flamenco On Fire golpeó las redes sociales con mucha fuerza: Amaia Romero o, en este caso, #AmaiaOnFire consiguió ser la número uno en tendencias del país con un recital que inauguró el festival desde el balcón del ayuntamiento de su ciudad natal.

La plaza Consistorial de Pamplona, abarrotada de gente, se dividió en dos ambientes que poco tenían que ver entre sí: los fieles seguidores del flamenco y, la inmensa mayoría, un público mucho más joven entregado por Amaia.

El maestro Carlos Itoiz salió al balcón del consistorio para abrir el festival y recibir un merecido homenaje por sus más de 70 años pegado a las cuerdas de la guitarra. Chicos y, sobre todo, chicas de entre 10 y 16 años no entendían la presencia del maestro del flamenco, pues solo esperaban que la ganadora de Operación Triunfo se arrancara a cantar las primeras notas.

Con una fugaz aparición en dicho balcón, Itoiz, uno de los protagonistas de la mañana de ayer, fue reconocido con una Carta al maestro Carlos Itoiz de la mano de Pepe Habichuela, embajador de Flamenco On Fire desde su primera edición y uno de los grandes de la guitarra española.

Además de Amaia, Carlos Itoiz y Pepe Habichuela, el arranque del festival contó con la presencia del hijo de este último, Josemi Carmona, Marta Robles y Rico Muñoz.

arte en cinco canciones Pepe Habichuela, en su quinto año consecutivo como participante en el Flamenco On Fire, fue el primero en abrir la veda musical con una Soleá que dejó sin habla a los cientos de personas que inundaron la plaza Consistorial sin importar el calor que pudiera hacer al mediodía.

El silencio duró poco cuando Amaia Romero se asomó al balcón con un vestido blanco que no dejó indiferente a nadie. Saludando con la mano y con un comienzo tímido, la cantante pamplonesa puso voz al tema Mi ruiseñor, de Juanito Maravillas, con Habichuela a la guitarra. Los seguidores de la ganadora de Operación Triunfo no esperaron a que esta interpretación terminara y estuvieron a punto de tapar su voz con gritos de “¡Guapa!”, “¡Reina!” o “¡Diosa!”. Incluso una de las jóvenes, que permaneció en primera fila desde primera hora de la mañana, propuso matrimonio a la cantante con un grito que pudo escucharse “desde la Plaza del Castillo”.

Amaia continuó en el balcón para interpretar el tercer tema del mini-concierto, Dos cruces, de Antonio Molina, esta vez acompañada por Josemi Carmona a las cuerdas. Fue en este punto cuando los aficionados del flamenco, quienes elevaron la edad media de la plaza, mandaron callar a varias jóvenes que chillaban para captar la atención de la cantante pamplonesa. Con lágrimas en los ojos de varios de los espectadores, Amaia Romero y la guitarrista Marta Robles interpretaron la conocidísima canción de Lola Flores, Ay pena penita pena.

Las calles San Saturnino y Mercaderes dieron sombra a los espectadores que, junto a los que permanecieron al sol en la plaza del Ayuntamiento, pidieron a gritos que los artistas interpretasen más temas. Para la última canción el balcón del consistorio reunió a todos los invitados: con la voz de Amaia, las guitarras de Pepe Habichuela y Josemi Carmona, Marta Robles dando palmas y Rico Muñoz con el cajón, los cinco deleitaron a Iruña con Tangos de la Repompa, de Las Migas.

larga espera A pesar de que algunos hicieran tiempo hasta que comenzara el concierto (a las 13.00 horas) con un refresco y un frito a la sombra, decenas de fans guardaban sitio en primera fila desde primera hora de la mañana. Paula López Ferrer, de 17 años, Lucía Sanz Aznar, de 13, Carla Irure Suescun, de 12, y Dasha García Orishchuk, de 13, madrugaron para estar a las 8.45 frente a la puerta del Ayuntamiento y así “coger el mejor sitio para ver a Amaia”. “Esperamos que brille, como siempre. Cante flamenco o cualquier otro género, lo hará igual de bien”, expresaron estas fans de Operación Triunfo antes de comenzar la actuación. Aunque las cuatro fueran “con toda la fuerza para apoyar a Amaia”, Paula admitió ser más aitaner que amaier. Vistiendo una camiseta estampada con la frase “Pa mala yo”, haciendo referencia a una de las canciones del reality musical, las chicas afirmaron ser las “fans número uno” de otras concursantes como Aitana o Ana Guerra.

Al escuchar esta confesión, las chicas que tenían al lado pusieron de manifiesto su opinión: “Amaia y Alfred para siempre. Son los mejores, sin duda”. Lucía Goñi Arrizabalaga, de 16 años, Iratxe Carmona Olza, de 15, Naroa Arrasate Yarnoz, de 15, y Andrea Holgin Vásquez, de 16, quienes guardaron sitio en primera fila desde las nueve de la mañana, afirmaron ser 100% fieles seguidoras de la concursante de Pamplona. “No voy a convertirme en aitaner porque ella haya hecho una canción antes. Esperaré lo que haga falta a que Amaia saque su disco”, afirmó con rotundidad Iratxe. Tanto esta última fan como Lucía han asistido a tres conciertos de Operación Triunfo: en Madrid, Barcelona y en la Plaza de Toros de Pamplona el pasado 23 de junio. “De haber podido, hubiéramos ido a más”, añadieron las fans de OT. Por su parte, tanto Naroa como Andrea vivieron también el concierto de la capital navarra.

Dicen que la música une a la gente y así fue, más o menos, como estas cuatro jóvenes se conocieron. “Fui a casa de Amaia cuando salió de la academia de OT y allí estaban Lucía, Naroa y Andrea. A partir de entonces nos dimos cuenta de que éramos unas ‘locas’ y vivimos todo lo relacionado con Operación Triunfo juntas”, explicó Iratxe. Además, esta joven contó que el pasado lunes se encontró con Amaia mientras esta comía en una cafetería del centro de Pamplona: “En cuanto nos llamó salimos de casa hasta sin zapatos de lo deprisa que íbamos para estar con ella”, comentaron entre risas Lucía, Naroa y Andrea.

Una vez terminada la actuación, a las 13.35 horas, los cinco artistas invitados al festival flamenco se retiraron del balcón. A pesar de que la mayoría de los espectadores abandonó la plaza, los fans más incondicionales de Amaia esperaron a que esta saliera del ayuntamiento a las 14.20. Un coche granate con lunares blancos de la organización de Flamenco On Fire recogió a la cantante pamplonesa mientras sus admiradores se resistían a dejarla marchar - D.N.