Bilbao - Un año después de Betty rockanroll, Txapelpunk regresa en clave de trovador punk, él solo con su guitarra y voz, con su “disco más orgánico” de la carrera de Iñigito. El lekeitiarra entrega diez canciones nuevas de rock y punk bilingüe en su nuevo disco, Zorionak nire partez? niretzako (Baga Biga), que, confiesa, le han costado “sangre y ampollas”.

El próximo día 8 en Durangoko Azokoa, en Ahotsenea, Iñigito Txapelpunk presentará en directo sus nuevas canciones, incluidas en su noveno disco en solitario, proyecto que cumple dos décadas aunque él lleve 32 de carrera, antes en el grupo Etsaiak. Zorionak nire partez? niretzako es un disco de guitarra y voz, dobladas en coros y en algún solo ocasional.

“Es el disco más orgánico que he hecho en los últimos años. En él no existe el cortar y pegar, y los pinchazos son mínimos, como en los viejos tiempos. Los casi buenos a veces hacemos cosas buenas, y creo que esta lo es”, explica Iñigito sobre la cruda desnudez de un disco grabado en su estudio casero sin cortes, empezando y acabando de arriba abajo todas las canciones. Con docenas de tomas registradas por cada tema, hasta elegir la mejor.

Zorionak nire partez? niretzako es, también, un homenaje a la guitarra eléctrica, noviazgo que inició hace más de tres décadas. “Empecé con ella y quiero celebrarlo con ella. Al principio no nos entendíamos, era como si hablásemos idiomas diferentes”, explica el lekeitarra. “A veces mis dedos heridos por su tacto sangraban. Un día, de repente sucedió, los dedos de mi mano izquierda enfundados en cinta aislante empezaron con acordes, mi mano derecha dio con el punto G de su cuerpo y desde aquel instante, ella empezó a llenar un vacío que yo, ni siquiera sabía que tenía”, apostilla.

Euskera y castellano El nuevo disco de Txapelpunk incluye diez canciones que suenan en euskera y castellano, y que “hablan de mí, pero también de ti, de ella”, asegura en referencia a su instrumento porque, según canta en Zapaltzan duzuean, “musika da gure bizi modua”. Son canciones sencillas en melodías y acordes, que oscilan entre los ritmos veloces y airados de Borrokanrolla y Wan, txu, fri, for, y hasta el tempo baladístico de Zortiak, “el tema más lento y el más profundo” porque “los punks también lloran”.

Txapelpunk comparte “32 años de melodía, caña, recuerdos y sentimientos” con su guitarra en Hoy es el día; recuerda su viaje a Cuba en Ciudad de punk rock (alude a Santa Clara); muestra su faz más peleona en la punky Borrokanrolla, en la que alude directamente a la libertad de expresión y a los políticos en Wan, txu, fri, for. “Les votamos para que el mundo sea mejor pero cuando llegan al poder? No tenemos ni voz ni voto, pero seguiremos votando”, lamenta.