madrid - El director de cine Jordi Grau falleció ayer en Madrid a los 88 años de edad, según fuentes de la familia de este realizador clave que hizo cine de autor y de terror, coqueteó con el destape en los 70 y que contó con el mecenazgo del empresario navarro Juan Huarte.

Versátil y arriesgado, Grau (Barcelona, 1930) trabajó más intensamente en los años 60 y 70 y también durante la Transición. Amigo de Fellini, fue director de La trastienda (1975), que se rodó en Pamplona e incluía el primer desnudo integral protagonizado por María José Cantudo. Pero también fue autor de películas de terror como Ceremonia sangrienta y especialmente No profanar el sueño de los muertos (1974), icono del cine de terror mundial. “Es curioso que siendo un director de cine de autor, a mi padre se le vaya a conocer internacionalmente por el cine de terror”, explicó ayer Carlos Grau. Comenzó su primer contacto con el cine en 1949 y en 1956 se fue a Italia para estudiar en el Centro Sperimentale della Cinematografía en Roma, donde fue ayudante de varios realizadores, entre ellos Antonioni. En España comenzó a dirigir en Noche de Verano (1962). Su segunda cinta fue El espontáneo (1963), que compitió en el Festival de Karlovy Vary. También otra película suya, Acteon (1965), estuvo en el Festival de Moscú en 1965. Esta película se basaba en un guión de Jorge Oteiza y fue financiada por Juan Huarte. Otros de sus títulos fueron El secreto inconfesable de un chico bien (1975); La siesta (1976); Doña Mesalina (1977); Cartas de amor de una monja (1978) y La leyenda del tambor (1981). Después de rodar en 1983 Coto de caza, en 1984 la Universidad de Berkeley le dedicó un ciclo. En 1990 se presentó su filme La puñalada. - Efe