Fallece en Madrid a los 91 años el escritor Rafael Sánchez Ferlosio
Autor de ‘El Jarama’ y con una amplia obra ensayística, obtuvo el Premio Cervantes en 2004
madrid - El novelista, ensayista y lingüista Rafael Sánchez Ferlosio, fallecido ayer en Madrid a los 91 años, es uno de los mejores representantes de la literatura social de posguerra, corriente a la que contribuyó con su novela más famosa El Jarama, con la que logró el Premio Nadal en 1955 y el de la Crítica en 1956.
Ganador de los premios más importantes de la literatura en español, como el Cervantes (2004), el Nacional de las Letras Españolas (2009) o el Nacional de Ensayo (1994), era el segundo de los tres hijos del escritor y periodista Rafael Sánchez Mazas (1894-1966), ideólogo de Falange, y de la italiana Lucía Ferlosio.
Nacido el 4 de diciembre de 1927 en Roma (Italia), donde su padre era corresponsal de ABC, cursó estudios de arquitectura, pero los dejó y se doctoró en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid.
En la universidad entró en contacto con escritores como Jesús Fernández Santos o Carmen Martín Gaite -con quien se casó en 1954- y juntos conformarían la Generación del 50.
A finales de los cuarenta empezó su labor literaria publicando relatos en revistas y editó su primera obra, Industrias y andanzas de Alfanhui en 1951, a la que siguió El Jarama, una novela de estilo realista a la que se han dedicado numerosos estudios lingüísticos como hito literario.
En torno a su narrativa, el catedrático Darío Villanueva escribió El Jaramade Sánchez Ferlosio: Su estructura y significado (1973), después el profesor Gonzalo Hidalgo le dedicó La razón narrativa de Ferlosio (1994) y el filólogo Manuel Angel Vázquez un estudio donde señaló a Ferlosio como el autor del siglo XX de mayor riqueza léxica, precisión y minuciosidad.
Fue El Jarama, que él decía años después que “detestaba”, su consagración como escritor, por la que obtuvo el premio Nadal en 1955 y el de la Crítica en 1956.
una trayectoria con tres etapas Dentro de su trayectoria se distinguen tres etapas, según el propio escritor: una de afición por la prosa literaria, que se ve bien reflejada en Industrias y Andanzas de Alfanhuí; una de exploración narrativa, que dio lugar a El Jarama otra de inmersión en el estudio de la gramática, a la que ha dedicado los últimos años.
Entre su obra posterior figuran Alfanhuí y otros cuentos (1961), Dientes, pólvora, febrero (1961), El corazón caliente (1961), La semana del jardín (1974), El huésped de las nieves (1983) o El testimonio de Yarfoz (1986).
En 1993 publicó Vendrán más años malos y nos harán más ciegos, al año siguiente, Esas Yndias equivocadas y malditas, en 2000 El alma y la vergüenza, y en 2005 El geco. Cuentos y fragmentos y Un escrito sobre la guerra.
Centrado en el ensayo desde hace años, otros libros publicados son Sobre la guerra (2007) o God and gun. Apuntes de polemología (2008). Fue colaborador de medios como los diarios ABC y El País y de las revistas Cuadernos Hispanoamericanos y Revista de Occidente.
El ganador del Premio Cerecedo de Periodismo 1983 es autor de ensayos como Campo de Marte (1986), además de la colección de artículos La homilía del ratón, El ejército nacional y los volúmenes Ensayos y artículos.
En 2015 publicó Campo de retamas, la recopilación de sus notas y aforismos, a los que llamaba “pecios”, un libro que reúne aforismos, opiniones sobre el poder, el cine, el deporte, el mercado o el lenguaje.
Premio Internacional de Ensayo Caballero Bonald 2017 por su libro Babel contra Babel, contaba además con diversos doctorados honoris causa, como los de las universidades La Sapienza de Roma (1992) y Autónoma de Madrid (2002).
El pasado año se publicó un volumen antológico de su obra, Páginas escogidas, con el que se hace un recorrido por sus escritos: cuentos, poemas, artículos o ensayos. - Efe
Periodismo y letras. El periodista y escritor Alfredo J. Ramos lamentó que “no somos conscientes pero es probablemente el último clásico de la literatura española del siglo XX: su presencia siempre ha sido muy notable en el barrio, estamos todos muy orgullosos de él”. Por su parte, su amigo el periodista Miguel Ángel Aguilar le definió como “un tipo fuera de lo común, que, por ejemplo, nunca quiso ser académico”. Además, aseguró que “ renunció a la vida del literato” y, con diferencia, “es el tipo que ha estudiado con más profundidad las cuestiones lingüísticas en España”. Andrés Trapiello le dedicó una columna en El País, en la que reivindicaba que “Alfanhuí está tan vivo que casi no es ni literatura, ese don que tienen tan pocas obras literarias”. “Un sabio y un amigo, una de las grandes figuras no solo de la literatura”, lamentó la escritora Rosa Regás.
Sus versos, en la red. Durante el día de ayer, diferentes poemas y ensayos se hicieron un hueco en las redes: “Vendrán más años malos y nos harán más ciegos; vendrán más años ciegos y nos harán más malos”; “¿Quién soy yo para ponerle riendas, como a caballo propio, al que he de ser mañana?”; o “Los días felices los pone allí el recuerdo. Por eso son tan tristes” fueron algunos de sus versos más recordados.
Biblioteca Nacional de España e Instituto Cervantes. Ferlosio era patrono del Instituto Cervantes, que manifestaron su pésame, al igual que también lo hicieron desde la Biblioteca Nacional de España: “Una voz indispensable de la Generación del 50”.
Gobierno. El presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez, lamentó la muerte de Ferlosio en su perfil de Twitter: “Perdemos a una mente libre que nos alumbró con su pensamiento crítico, con su capacidad para cuestionarlo todo”.