barcelona - En plena conmemoración del centenario de la Escuela Bauhaus, llega a CaixaForum Barcelona la exposición Las vanguardias históricas 1914-1945. Construyendo nuevos mundos, en la que a través de las obras de Marcel Duchamp, André Breton, Man Ray o Joan Miró se muestra cómo “aceleró el coche de la historia”.

A partir de un total de 162 piezas de esta etapa, procedentes de la colección del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), de diferentes técnicas, desde pintura y collage a fotografía y escultura, se repasa la escena creativa de las primeras décadas del siglo XX y la repercusión que ha tenido en la cultura contemporánea.

También se incluyen dieciocho objetos, como una cafetera, un tocadiscos, una radio o una balanza, procedentes de la Colección Alfaro Hofmann, que es única a nivel mundial en el ámbito del diseño industrial, para subrayar el valor de estas piezas cotidianas como “símbolo de progreso, libertad y desarrollo”.

A la vez, se exhiben fragmentos de cuatro filmes: Anémic Cinema (1926), de Marcel Duchamp; Entr’acte (1924), de Francis Picabia; Tiempos modernos (1926), de Charles Chaplin, y El Acorazado Potemkin (1925), de Sergei Eisenstein. Las películas van desde la experimentación pura de Duchamp a otras como la de Chaplin de carácter más narrativo.

El comisario Josep Salvador reconoció ayer que no ha sido fácil hacer la selección de las obras, que, a su juicio, forman parte de “una exposición colectiva sobre un esfuerzo colectivo”, en un período histórico “muy complejo, con una sociedad que había vivido dos guerras mundiales y una revolución”. Ha querido enseñar, en cinco ámbitos diferentes, “las transformaciones sociales que hubo, la aceleración de las comunicaciones”, sin olvidar cuestiones como el inicio de los grandes viajes o el exilio artístico, “en un mundo en transformación, dinámico y abierto a la experimentación”.

El recorrido expositivo se inicia con los aparentemente caóticos trabajos del alemán Kurt Schwitters, quien apostó por crear escultura, “poemas objetuales”, con “despojos fragmentarios de la realidad”, con materiales de reciclaje. En este ámbito se incluye, asimismo, un fragmento de El Acorazado Potemkin, porque “el montaje en este proyecto es muy importante”, a la vez que es la constatación de que “arte y propaganda en la Unión Soviética fueron una estructura para transmitir nuevos valores a la sociedad”.

El dinamismo espacial es como ha denominado la segunda sala, con obras de Marcel Duchamp como sus readymades (objetos industriales alterados) o las fotográficas de Man Ray. Salvador ha destacado que los discos ópticos de Duchamp llevan incluido el precio de venta (quince francos), porque formaba parte de un grupo de artistas que más que querer exponer en los museos, querían vender en las tiendas sus propuestas. Otro destacado de la exposición es el primer libro de artista de Joan Miró, así como diferentes ejemplos de cartelería de propaganda, algunos de ellos de la Guerra Civil española.

Quien lo desee podrá, igualmente, escuchar un discurso de Adolf Hitler, pronunciado el 3 de octubre de 1940, y acabar paseando por entre unas obras pertenecientes a un “mundo onírico”, en contraposición a una “realidad desquiciada”, de artistas como Juli González o André Breton.

La exposición, que ya se ha visto en otras ciudades españolas aunque en Barcelona cuenta con menos piezas, permanecerá en CaixaForum hasta el próximo 15 de septiembre. - Efe