pamplona - Sófocles, Shakespeare, Molière, pero también Lorca, Koltès y Sanzol. Y Ana Maestrojuán, Jesús Arbués y Patxo Tellería. El director artístico del Festival de Olite quiere mezclar tiempos, estéticas, miradas y disciplinas para abrir mentes, compartir sensibilidades y recoger el latido social de nuestro tiempo. Luis Jiménez atendió la llamada de este periódico el pasado 9 de julio, justo un día después de las inundaciones en la Zona Media de Navarra, incluida Olite.

¿Qué le han contado de lo vivido en Olite a causa de las inundaciones causadas por la tromba de agua del 8 de julio?

-Pues yo estoy fuera y hasta esta mañana -la del 9 de julio- no me he enterado. He visto las imágenes de Tafalla, me he quedado impresionado y he llamado a Olite, donde me han contado que el barrio de Venecia ha quedado completamente destrozado. Muy fuerte, ha sido tremendo. Pienso en las personas afectadas y quiero trasladar mi solidaridad a las que han perdido sus pertenencias y propiedades.

Ya están en capilla de la 20ª edición del Festival de Olite, que siempre es una muy buena opción para la mente y para el cuerpo después de los excesos de las fiestas de San Fermín.

-Sí. A la gente le ofrecemos un respiro para que se reponga de la fiesta, y lo hacemos a través de otra fiesta, como es una fiesta de las artes escénicas a la que invitamos a todo el mundo. El equipo técnico ya está montando y los espacios ya están casi listos para acoger a las compañías de este primer fin de semana.

¿Qué adjetivos pondría a la programación de este año?

-Pues a mí me ha tocado celebrar los 20 años del festival, que es una efeméride muy bonita. Y pensé que estaría bien que el fin de semana de apertura contara con propuestas de producción española que consoliden a Olite como un festival de las artes escénicas. Es decir, donde haya propuestas que ensalcen la belleza y la poética del espacio de La Cava. Y para ello he elegido tres espectáculos muy distintos. El primero es una Antígona de Ferroviaria dirigida por Paco Macià, un montaje multidisciplinar en cuanto a la plástica y al trabajo físico, que es muy hermoso. De ahí pasaremos el sábado al trabajo coral que plantea Ricardo Iniesta en el Rey Lear de Atalaya. Y el domingo llegarán el ritmo, la música y la danza con Sara Cano.

Que estrena Vengo!

-Así es. Las tres compañías de los primeros días visitan Olite por primera vez y la de Sara Cano, además, estrena. Vengo! hace un recorrido por la danza española desde el flamenco hasta la jota pasando por las danzas vascas. Es un espectáculo que tienen que ver todas las personas que bailan en Navarra.

Estos primeros días también habrá espacio para las compañías navarras.

-Sí. Ocuparemos el Palacio Real con Tres mujeres de Lorca, con Átikus Teatro, y Paso(s) de la política española, de Iluna Producciones, basado en los entremeses de Cervantes, pero, imagínate, con la política española actual, con un paso para adelante, un paso para atrás (ríe). Y el sábado también contaremos con un momento muy emocionante de la mano de Jon Maya y Kukai Dantza, que pondrá en escena Erritu en la gran terraza del Palacio con veinte mujeres de la Coral de Olite. Será un primer fin de semana muy intenso que va a marcar lo que va a ser el programa de este año y lo que quiero que sea el festival, una referencia de las artes escénicas.

Afirma que quiere que sea mucho más que un certamen solo de teatro, ¿de ahí la apuesta que ha hecho por la danza en esta 20ª edición?

-Eso es, por eso lo digo y por eso Jon Maya es el coreógrafo invitado, porque quería que la danza fuese algo normal, no excepcional en el festival. Es la apuesta de este año. La música siempre está presente de una manera u otra, pero la danza tenía que estar más presente. Desde que estoy en el festival, siempre he metido un poco, pero esta vez, y ya que celebramos 20 años, vamos a bailar (ríe).

¿Qué lugar ocupa la mujer en el programa?

-Pues vamos de Antígona a Nina Simone. Como decía Lorca, el teatro que no recoge el latido social de su tiempo no tiene derecho a llamarse teatro. En estos momentos están pasando muchas cosas en torno a la cuestión de la mujer y es muy difícil, por no decir que imposible, quedarse al margen. No hay más que ver el movimiento que ha habido en Navarra en los últimos años. Y es de justicia que todo esto aparezca reflejado en la programación. Ahí está también Margarita de Navarra, por ejemplo.

Hoy en día vivimos tiempos híbridos, con géneros escénicos que se mezclan sin complejos.

-Claro. Hay festivales que se dedican exclusivamente al teatro clásico o al teatro contemporáneo, pero cada vez es más difícil que no se traspasen fronteras. Esto es debido en parte a que las compañías cada vez tienen más acceso a la tecnología, que les permite hacer más cosas e incorporar lo híbrido. Eso se verá, por ejemplo, en el encuentro de escuelas de arte dramático, porque los muchachos está mucho más conectados con los nuevos recursos. Aunque debo reconocer que esto también tiene su peligro y que a veces tengo dudas sobre estos usos. En ocasiones la tecnología está justificada, pero en otras se meten el vídeo y otros elementos en los espectáculos porque o no se sabe qué decir o no se sabe cómo decirlo. Pero hoy en día no se puede obviar ni escapar a ello, claro.

Este año también hay más presencia de compañías extranjeras, ¿en qué pueden ayudar crear una resonancia internacional en torno al Festival de Olite?

-Como festival de artes escénicas de verano de referencia que queremos ser debemos estar abiertos a nuevas propuestas y a la movilidad internacional. Este año nos visita la Companhia do Chapitô, de Portugal, con Electra y con un taller que está completísimo. También tendremos a la mexicana Efe Tres Teatro, con una parte de los actores que visitarán Almagro y otra que estará en Olite con el espectáculo de calle Merolico-Entremeses bululuados. Y, por supuesto, contaremos con Retrato de Ludmilla en Nina Simone, de La Comédie de Caen, con Ludmilla Dabo, que es una actriz y cantante de jazz y blues maravillosa. Este trabajo está girando por toda Francia, tiene fechas internacionales hasta 2021 y en ese calendario aparece Olite. Para mí es importante que Olite empiece a verse también fuera. Hay que tener en cuenta que estamos muy cerca de la frontera y que podría ser un punto de referencia para el teatro francés. De hecho, me gustaría que todos los años hubiera propuestas de Portugal y de Francia al menos. Las relaciones con nuestros vecinos son importantes.

¿En qué medida eso afectaría también al perfil del público?

-Es labor del festival mostrar al público trabajos de otros países y en otras lenguas. Esa apertura para mí es muy importante.

Lorca está también muy presente este año, se nota que es su debilidad.

-(Ríe) Desde el momento en que cogí la dirección artística pensé en la apertura y en la extensión del festival hacia nuevos tiempos y nuevas miradas. Pero, claro, no se puede pasar del clásico a la vanguardia más absoluta. Por eso el primer año seguí con el clásico, el segundo año (2018) nos fuimos a la Generación del 98 con Valle-Inclán y esta vez ya hemos llegado a Lorca y metemos a Sanzol con La valentía. De todos modos, si te fijas, no hay ninguna obra de Lorca en concreto. Hay tres propuestas que hablan de él como hombre comprometido, como poeta, como individuo, de la belleza de sus obras, de su espiritualidad, de su sufrimiento... Son tres títulos complementarios. Por un lado vamos a tener a Histrión Teatro, de la que en mi primer año en Olite vimos Juana, la reina que no quiso reinar. Y de nuevo tendremos a la actriz Gema Matarranz, una de las grandes de este país, con un texto adaptado de Juan Carlos Rubio. Además, Jesús Arbués ha hecho una dramaturgia inspirada en los sonetos de Lorca que veremos en la sala de los Murciélagos del Palacio, y Pep Tosar, que cerrará el programa, ha creado un espectáculo musical a partir del último recorrido que hizo Lorca a Granada antes de que lo asesinaran. En este caso se escucharán entrevistas con él, con imágenes que se proyectarán en el muro del Palacio, y a la vez se incorporarán la poesía y la danza flamenca. Es decir, que vamos a hablar de Lorca desde el mismo Lorca, pero sin ninguna de sus obras.

Los sonetos que ha adaptado Arbués se incluyen en el ciclo de Poética teatral, que este año no cuenta solo con compañías navarras.

-Sí, este año he querido incorporar montajes más acabados de compañías nacionales, como el Amor oscuro que dirige Arbués y Calígula debe morir, de Bagoa Producciones.

Este año tiene más presencia el Palacio, pero también se ha creado un espacio nuevo, la Carpa, donde se han programado dos espectáculos.

-En la Carpa vamos a tener a uno de los autores contemporáneos franceses por excelencia, ya fallecido, Bernad-Marie Koltès, con La noche después de los bosques, un monólogo en el que retomamos ese teatro que recoge el latido social. El autor escribió la obra en los años 70 y en principio hablaba de la inmigración en esa época en Francia, pero se puede extrapolar perfectamente a lo que sucede hoy en día en Europa. La historia discurrirá en el exterior, junto a una valla como elemento simbólico. Y otro día se representará una obra que se ha visto en Navarra, pero en formato de teatro a la italiana. En Olite vamos a ver Último tren a Treblinka, de Patxo Tellería, como fue concebida originalmente, en un espacio para 200 personas, que forman parte del montaje, ya que se sientan dentro del escenario, junto a los actores, en las camas del orfanato infantil polaco...

¿Este nuevo espacio permite ofrecer obras más actuales, en este caso del siglo XX, complementando el resto de la programación?

-Totalmente. Es interesante generar espacios no convencionales para espectáculos concretos; de manera que no es la compañía la que se adapta al espacio, sino que creamos el espacio para la compañía. Estoy muy contento este año, porque voy a poder contar con la gran terraza del Palacio para Kukai Dantza y, a la vez, hemos creado la Carpa para dos compañías.

Parece que las compañías navarras en el programa van en aumento, dos de ellas estarán en La Cava, de hecho.

-Sí, son dos propuestas que se han visto en Navarra, pero no en Olite, que tristemente durante el año no tiene espacio para acoger producciones de envergadura. Y me parecía importante programarlas sobre todo para el público de la zona. Luego está el ciclo de Poética teatral. Como ya dije durante la pasada edición, yo estoy en contra del microteatro y creé este ciclo para que los proyectos que nacen en Olite dentro de este marco tengan una proyección posterior en el resto de Navarra. Pero los ayuntamientos no se implican mucho más. Deberían ser coproductores para que esas propuestas no se queden en Olite. Me gustaría buscar una fórmula para lograr una participación más grande de los programadores, y creo que lo vamos a conseguir, las compañías están dispuestas.

También busca, como siempre, que la localidad de Olite, sus grupos culturales, participe en el festival.

-Por supuesto. Este año va a participar la Coral en Erritu, y en Calígula debe morir van a pedir figurantes para que conduzcan al público al funeral. Vamos a intentar hacerlo con el grupo de teatro amateur. Siempre deseo que Olite esté presente, y estará.

Suspendida. Se han cancelado las tres funciones programadas del espectáculo Lucrecia, Artemisia, Virginie. Tres relatos de una violación, a cargo de la compañía navarra Iralei, previstas para el domingo 21 de julio; domingo 28 de julio y sábado 3 de agosto. Un problema de salud de una de las actrices las hace imposibles. A las personas que hayan adquirido entradas se les devolverá el importe íntegro.

Taller completo. A los pocos días de abrir la inscripción del taller que impartirá la Companhia Do Chapitô se completaron las 20 plazas disponibles.