pamplona - La rima de “tú tienes a Lenin, yo a Santiago Abascal” bien podría ser la carta de presentación de Azul/Rojo, el primer disco del proyecto que une Sons Of Aguirre & Scila. Porque si de dualidades y enfrentamientos se trata, en este debut se dan cita el rap y el metal; los argumentos rojos y de izquierdas conviven junto a otros azules, esos de derechas; la ironía y humor es el mejor arma para retratar el día a día, las problemáticas y las desgracias... Y mucho más. Así ha respondido la banda al cuestionario de DIARIO DE NOTICIAS acerca de un proyecto que, por el momento, parece no tener fecha de caducidad.

Sons Of Aguirre & Scila se presentó allá por abril de 2018 con el single La cigarra y la hormiga, pero ¿cómo surgió este proyecto que une a las dos bandas?

-Rubén, bajista de Scila, formaba parte de nuestro management. Habíamos hablado de hacer cosas juntos, pero nada concreto, hasta que un día nos pasó un riff a ver si nos gustaba. En dos días teníamos NTSHTS, nuestra primera cola con Scila. A partir de ahí, todo ha ido surgiendo de forma natural, nos queremos como una gran familia y nos divierte trabajar juntos.

Ha pasado un año desde que vio la luz vuestro primer disco, Azul/Rojo, con un cambio de gobierno incluido... ¿Todavía “el pueblo está cansado pero aún resiste” (NTSHTS), o las fuerzas parecen flaquear”?

-Estamos viviendo una época de resaca: resaca del 15-M, de cambios que parecía que era inevitables y que no se han asomado ni un minuto, resaca de una crisis que dicen que ha terminado pero que sigue vigente para muchos... El pueblo está cansado porque está de resaca, preguntándose qué está pasando y hacia dónde vamos. Peor por supuesto, resiste.

Abrís el disco con un diálogo de Los lunes al sol, de Fernando de Aranoa, cuyo retrato social realizado en 2002 sigue más que vigente. ¿Así es la vida: unos nacen cigarra y, pese a todo, otros nacen y morirán hormigas?

-Somos esclavos de las circunstancias, de una cantidad ingente de variables que seguramente no te permitan desempeñar un trabajo remunerado digno que cubra tus necesidades básicas. Y en esas, tenemos a las hormigas dándose golpes en el pecho (muchas de ellas seguramente sean de la misma clase social que las cigarras). Es un mensaje muy sencillo pero muy directo, y ni qué decir tiene que la película es una de las mejores de la década.

En este Azul/Rojo, jugando con un cara a cara entre ese lado de izquierdas rojo y ese otro azul de derechas, si fundimos ambos: ¿cómo sería esa voz púrpura, que hasta podríamos llamar morada?

-En el caso de juntar nuestras canciones es complicado, porque están muy polarizadas unas de otras. Gastronómicamente hablando, sería como juntar nocilla con chorizo.

Rimas como “me mandan a Siberia por Twitter, luego vas a sus manifas y no acude ni Peter” (Aporofobia) o “luchando en la calle, no en el puto Twitter” (NTSHTS) ponen las redes sociales en la diana. ¿La era digital nos convierte en activistas con un buen discurso y el culo pegado al sofá?

-Sí, y en muchas ocasiones ni siquiera con un buen discurso. No hay nada de malo en participar en las redes sociales ni mucho menos, es una vía que debe ser utilizada como medio de propaganda. Pero es innegable que las nuevas tecnologías han traído también la pataleta fácil, el desahogo en un entorno cómodo donde puedes volcar tu frustración social o personal y ponerte a otra cosa. También puedes encontrar feedback para tus teorías ridículas que no encontrarías en la calle, y te creces -véase Tabarnia o el terraplanismo-. Las redes son y siempre serán un arma necesaria, pero de doble filo.

En febrero pusisteis en marcha un experimento musical: ofrecer un listado de dieciséis estilos y crear un tema a partir de los dos más votados. El resultado, Aporofobia, es una dosis de... cumbia y ranchera. ¿Prueba de que, pese a darle el poder a la pipol, la democracia no funciona?

-(Risas). No podemos decir que la democracia no funcione por el mero hecho de que salga lo que no nos gusta, de hecho en eso se basa la democracia: aceptar mierdas intragables porque son las más votadas. Y en un ejercicio que de primeras considerábamos imposible, logramos sacar adelante ese Frankenstein llamado Aporofobia. No sé, al final moló y hemos cosechado muchos elogios. Igual no está de más darle el poder a la gente de vez en cuando...

Ya sabemos que, por lo visto, las desgracias nunca vienen solas y en Azul/Rojo lamentabais un “sube arrimadas, Tangana saca disco” (La cigarra y la hormiga). Mirando al panorama actual, ¿cuáles serían las desgracias de hoy día?

-Incontables. Tantas que seguramente tengamos que sacar un triple CD con unos 14 bonus tracks.

¿El camino de Sons Of Aguirre & Scila tiene fecha de caducidad?

-En una época en la que hay artistas que salen al escenario para soltar la pista en playback y hacer como que cantan en sus conciertos, creemos que es más importante que nunca ofrecer música en vivo y en eso Scila son unos magos, así que seguimos adelante juntos. Aparte, la gira ha ido genial, hay un gran entendimiento y disfrute entre nosotros que no queremos perder.

¿Podemos hablar entonces de un futuro disco a la vista?

-Sí. Estamos trabajando fuerte en ello y por suerte nadie votará qué géneros metemos, así que será menos sufrido de componer (risas).