madrid - Responsables de otros discos distinguidos por su ambición experimental, como Omega (1996) o Val del Omar (1997), Lagartija Nick no se han arrugado al materializar un poema sinfónico que, bajo el título de Los cielos cabizbajos, homenajea a las ciudades devastadas por las luchas por el poder.

“Busca concienciar sobre algo que permanentemente ha existido en la humanidad, los conflictos armados, desde la perspectiva de quien lo sufre, que es la sociedad civil, y de su capacidad de supervivencia incluso en condiciones muy adversas”, subraya a Efe el líder del grupo granadino, Antonio Arias. Como ya sucediera con el previo Crimen, sabotaje y creación (2017), los apuntes dejados tras su muerte en 2015 por su hermano Jesús Arias, líder de TNT y gran amigo en España de Joe Strummer (The Clash), se convirtieron en la mecha necesaria de este proyecto, de espíritu y envergadura similar a lo que debió ser Guerra y paz para León Tolstói.

“Hay veces en las que tú eres tu propio motor, en las que tienes que experimentar y buscarte, y otras como ahora en las que además está el motor de un buen material que nos empuja y nos hace volar”, reconoce. A ese respecto, resulta especialmente ilustrativo el libro de edición limitada (ya agotada) que acompañaba este lanzamiento, con las exhaustivas notas de Jesús Arias para este proyecto que llevaba acariciando desde 1993, como muestran las letras y bocetos de uno de los temas, Sarajevo. “Empezó a desarrollarlo no solo por la empatía con las víctimas, sino también por su propia historia. Tuvo una novia marroquí que se tuvo que volver, lo que se refleja sobre todo en los amantes que protagonizan Sarajevo y le lleva a intentar explicarlo como algo global y trágico”, explica su hermano.

En Los cielos cabizbajos una idea se repiten insistentemente, “la de todo lo que nos divide”, ya sea el mar, las banderas, las fronteras”. También la religión, sobre la que pivota el tema Europa Io.

“En su etapa con TNT ya había abordado en concreto el mito de Guernica (que aquí se recrea en Guernika 2019 (Zer egiten arrainak)), cuando apunta cómo el desarrollo técnico que posibilitó la civilización se terminó utilizando para lo contrario, para deshumanizar y sembrar el horror”, destaca Juan Cordoniu, miembro de Lagartija Nick. Esa invitación a la reflexión se palpa desde el inicio con Nagasaki, un réquiem “brumoso más que sombrío y tras el que, como en el caso de la muerte, al final se ve la luz”. “Era una manera no tanto de reflejar la tragedia del álbum como de introducir un frenazo y de llevarte a reflexionar”, destaca Arias ante ese “haiku cantado a la manera flamenca”. Justo después llega “una de las canciones tótem” del álbum, Buenos días, Hiroshima, un tema de más de 6 minutos que respira el influjo de David Bowie. Otros más experimentales son Acción Reacción, Este es el plan (Eah weah leah), Nueva York o Intrusos. A Los cielos cabizbajos se refieren como un proyecto colectivo por la incorporación de talentos como el del pianista y compositor David Montañés, así como del Coro y Quinteto de la Universidad de Granada y el periodista versado en guerras Jon Sistiaga, cuya voz resuena en la frase final del disco: “Así es el caos”.