MADRID. No son para El Drogas (Enrique Villarreal, Pamplona, 1959) estos tiempos fugaces en los que las grandes estrellas del pop lanzan cada semana nuevas canciones. Y no lo son básicamente porque no quiere, no porque no tenga canciones para cubrir todo un año viernes tras viernes.

Sencillemente, es que él se marca su propio ritmo y por eso este 4 de octubre publica 'Solo quiero brujas esta noche sin compañía' (Warner Music), un nuevo álbum con 42 canciones repartidas en cinco CDS con cinco timbres distintos: Acústico, Oxidado (rock contestatario), Canalla (rhythm & blues de suburbio), Fundido (música industrial) y Equivocado (centrado en el amor).

"Vivo de esto, me gusta mi oficio. Alguien que se dedica a esto lo puede hacer, salvo que se crea un genio que necesite cinco años para hacer diez canciones", explica a Europa Press sobre este ambicioso lanzamiento, quitándole heroicidad a la empresa: "Una canción en seis meses... ¡joder!".

"Siempre tengo ganas de hacer cosas nuevas", prosigue el navarro, a quien a lo largo de estas dos horas y media de nueva música escuchamos, además de rockear en plan vieja escuela como hacía con Barricada, cantar al piano o incluso acercarse al tango o al 'modo crooner'.

Y entonces argumenta: "Me gusta sentirme un intruso. Me gusta ser el puto gusano de la manzana, que precisamente hace que la manzana esté jugosa. Una manzana, para estar buena de sabor, tiene que ser la casa de un gusano. Yo soy un intruso tocando los instrumentos. El piano lo toco como Lucky Luke. Con la guitarra me pasa igual, no tengo vergüenza alguna. Y todo eso me lo enseñó la desvergüenza que tuve haciéndome cantante y bajista. Menuda jeta".

A partir de esta premisa, aclara que no se va a dedicar a "hacer tango, ni blues, ni punk o canciones acústicas" sino que, en realidad, lo va a "hacer todo". "Esto viene de lejos, porque con Barricada ya intentábamos no repetirnos. Por eso no me encontraría cómodo haciendo ahora el mismo disco que hice hace treinta años. Sería un funcionario de los acordes... ¡hostia, qué feo!", plantea.

UNA VISIÓN PERSONAL DEL MUNDO.

Más allá de estilos, lo que hace El Drogas a lo largo de estas 42 canciones es plasmar su visión del mundo que nos ha tocado vivir. Algo que resume así: "Estamos tristes y no me extraña. Ya hasta enfadados. Yo, muy enfadado por el rollo político. Y no nos damos cuenta de lo capaces que somos todos de transmitir alegría, de aplaudir a los nuestros cada mañana y mandar a la mierda todo este nivel de estupidez que nos rodea entre políticos, tertulianos... en fin".

También reflexiona el navarro sobre la emigración y los refugiados, un asunto en el que apuesta por tener "empatía y escuchar a la gente que ha venido aquí por razones durísimas". "Les bombardean con armamento 'made in USA' y 'made in Spain' y luego encima les cerramos la puerta. Me parece una puta vergüenza y somos parte de esa pena de muerte que supone el Mar Mediterráneo para tanta gente ahora mismo", subraya.

Tras lamentar que nos hayamos "acostumbrado" y nos resulte "muy cómodo" dejar que la gente sigua muriendo en el mismo mar donde nos bañamos, remarca que esto "no va a cambiar mientras no seamos capaces" de quitarnos el "miedo a conocer a esa gente e intentar hablar con ellos prestándoles las orejas que necesitan".

"Mientras tanto, si no cambiamos, seguiremos votando imbéciles y dependiendo de ellos, así como de los imbéciles que no hemos votado como puede ser la banca, la CEOE o estos sindicatos que no defienden a los trabajadores", afirma, para acto seguido rematar: "El propio sistema democrático es una puta chanza, lo bueno sería reventarlo".

Y añade: "Hay instituciones y conjuntos de personas que hay que destruir absolutamente y comenzar desde esos escrombros a construir algo más llevadero para todos. Yo llego a Madrid y flipo con las banderolas de España... Luego que si el nacionalismo catalán o el vasco, qué cosa. La historia de España es para planteársela de verdad, y te lo digo yo que vengo de Navarra y no soy independentista".

CONCIERTOS.

Además de tener su propio plan de gira, anda El Drogas ya embarcado como artista invitado en la gira de reunión de La Polla Records, estandarte del punk español más respondón, de vuelta 16 años después. "A la gente le gustan mucho los funerales", bromea sobre el gran interés de esta vuelta, aunque luego añade: "Quiero pensar que de alguna manera hay también un sentimiento dentro de la gente de derecho a la pataleta y que en La Polla Records encuentren donde reflejarse".

A su juicio, el líder del grupo, Evaristo, "sigue siendo un filósofo de la vida en sus expresiones, con sus canciones y con lo que dice en las entrevistas". "Otro grande en esto es Albert Pla. Personajes de este tipo son muy necesarios en este momento", destaca.

"Los 'franquitos' que andan por la calle te pican como los mosquitos. Te dejan la molestia y te tienes que rascar. Así, todos llevamos ese (Santiago) Abascal -líder de VOX- dentro y en lugar de sacarlo por el orto dejamos que salga por la boca", advierte.

Al margen de su unión con La Polla Records, El Drogas comenzará su propia gira el 22 de noviembre en Barcelona. En una primera parte, presentará los tres primeros discos de su nuevo lanzamiento, y más adelante los dos siguientes mutando a "ambientaciones industriales".

"Lo que busco es estar de aquí para allá, que es para lo que he nacido", confiesa. Y revela: "Le tengo mucho cariño a los viajes porque su final es pisar un escenario. Además, ahora los hago con mi socia. Llegamos al sitio un día antes, paseamos, lo conocemos y tocamos. Al día siguiente nos vamos por nuestra cuenta y podemos desviarnos por donde queramos. No tenemos prisa salvo que queramos ver a los nietos".

Para El Drogas, esta manera de hacer una gira, sin prisas y disfrutando del paisaje tanto del destino, "es vivir el oficio de otra manera". "Siempre con la guitarra acústica en el maletero por si acaso. Eso es el éxito, ese es el premio, y lo de ser número 1 no me preocupa para nada", asegura.

"Porque todo el mundo cree que hay que llegar al éxito corriendo, pero no. Vivimos de los fracasos, que te enseñan bastante más. En la vida hay muchos más fracasos y son más contundentes que los éxitos. Vive el éxito, vale, pero sé consciente de que se va. Los fracasos son nuestra verdadera teta vital y aprendes mucho de 'sacar la pata' de donde la metiste", concluye.