pamplona - “El odio es una droga”. Al menos así lo piensa Yolanda Almeida (Las Palmas, 1990), quien utiliza este sentimiento como hilo conductor de su tercera novela, La Cuarentona (editorial Caligrama). En ella, la autora da rienda suelta a todos los sentimientos “que calificamos como malignos” para terminar hablando de algo tan profundo como lo es la supervivencia emocional. Lo hace, además, a través de un protagonista que no responde a ningún nombre y que, con una edad que se acerca a los 30 años, se encuentra en una situación laboral precaria, con un sinfín de dilemas en lo concerniente al amor y con una montaña rusa de emociones que procura canalizar. O no.

La Cuarentona muestra a través de unos hechos disparatados las pequeñas y grandes preocupaciones de un hombre corriente del siglo XXI, que vive atrapado en la incertidumbre laboral y en unas carencias que le hacen reclamar atención y afecto. Una espiral que se va reduciendo hasta llegar a un punto que es el origen de todo: la supervivencia emocional. “En el día a día nos vamos encontrando con muchas situaciones o personas que nos acaban minando y a las que, si no eres fuerte, no sobrevives y no llegas a buen puerto”, sostiene Almeida, que señala que “hay mucha gente a la que este tipo de inestabilidad laboral o sentimental le carcome tanto que acaba entrando en una depresión profunda o acaba sintiendo ansiedad”. “Al final, la vida es una supervivencia en una jungla emocional”, destaca.

La trama transcurre en “un restaurante de cualquier ciudad” donde los personajes principales, a los que Almeida no da nombres, “podríamos ser tú, yo o cualquiera”. “Del protagonista sabemos todo lo que necesitamos con las pequeñas cosas que nos va contando sobre su pasado o su personalidad; después está la rubia cuarentona a la que el protagonista quiere asesinar, cuyo mote lo dice todo; y el sobrino es ese ente que crea una inseguridad laboral a través del maltrato psicológico al trabajador. Vaya, tres figuras que pueden encontrarse en cualquier entorno y en cualquier ciudad”, asegura la escritora, también de Habitación 254 o Asesinato en la Bahía, que agrega: “Por ejemplo, la rubia representa todo lo malo que tenemos en nuestra vida y que nos da coraje pero que no podemos asesinar (ríe)”.

En apenas cien páginas -“la historia ha quedado redonda así, darle más páginas habría sido estropear la novela”, opina-, el libro muestra los vaivenes emocionales por los que el protagonista navega, pasando “de la rabia al amor o del llanto a la alegría” en un momento. “Incluso en un mismo día”, puntualiza Almeida, para quien esto “es algo muy común en todos los seres humanos”. “Y no significa que estemos locos; de hecho, en el propio protagonista se ve claramente que cambia de parecer constantemente y que, en cambio, todo tiene una lógica y un sentido a pesar de la inestabilidad con la que se muestra”, añade. Parte de culpa de esta “inestabilidad” es la pérdida de amistades o ganancia de las mismas cuando el protagonista menos se lo espera. “Como el hecho de que porque algún amigo se vaya a vivir al extranjero porque aquí no encuentra un futuro laboral hace que se quiebren relaciones que parecían inquebrantables y que, sin embargo, no lo eran tanto”, subraya la escritora.

vivir los sentimientos La autora de La Cuarentona dice que gracias a esta novela ha aprendido a “vivir los sentimientos”. “Cuando empecé la novela, el odio y el coraje eran los sentimientos vehículo -señala-. Nosotros estamos acostumbrados a meter en un baúl bien cerrado los sentimientos que etiquetamos como malos y mientras sonreímos de cara a los demás”. Lo dice porque su protagonista no para de sentirse vulnerable en el ámbito laborar y personal y comienza a trazar en su cabeza mil planes imaginarios para matar a la rubia cuarentona que tanto odia.

Así, Almeida agrega: “Es bueno vivir el sentimiento malo, regodearte incluso en el, sin hacer nada al respecto, como hace el protagonista; él vive su odio, ¿va a matar a la rubia? Bueno, ya lo veremos”. Para Almeida, reprimir los sentimientos trae como consecuencias la depresión, la ansiedad, las úlceras... “¿Pero qué pasa cuando sentimos rabia y la dejamos fluir un rato? ¿Qué pasa si piensas en una persona que te haya fastidiado por completo el día y por un instante te das la libertad de echar a volar tu imaginación? Nos sentimos súper bien y al cabo de unos días nos sentimos muchísimo mejor; pero no nos lo permitimos”, lamenta. No obstante, la escritora hace hincapié en que “el odio es una droga” que cuanto más consumimos, “más necesitamos”. “El odio es algo sobre lo que, cuanto más experimentamos, más volvemos y cuando se soluciona aquella situación que nos provocaba ese sentimiento sentimos una especie de vacío”, apunta. Al menos, así lo siente el protagonista.

cambio de tiempo y persona Una de las particularidades de este libro respecto a los anteriores escritos por la misma historia es la persona en la que está escrito. “Escribir en primera persona es algo que me interesaba mucho y, además, hacerlo en presente -dice-. Cuando escribes en pasado y en tercera persona hay un alejamiento temporal, espacial y psicológico porque vives lo que les ocurre a los personajes pero no directamente, mientras que a través de la primera persona puedes contar de una forma más cercana los sentimientos y pensamientos del protagonista, y esto debe ser en tiempo presente porque es lo que él está sintiendo en ese momento, nos adentramos así mejor en su cabeza”. Esta es, quizás, una de las razones por las que a lo largo de la novela apenas aparezcan diálogos. “Es que cortarían toda la trama”, subraya.

Yolanda Almeida acudirá esta tarde, a las 18.30 horas, a la librería Elkar de la calle Comedias para presentar La Cuarentona -ya a la venta en este establecimiento- en una cita abierta al público.

La obra. ‘La Cuarentona’ es el último libro de Yolanda Almeida (Las Palmas, 1990). En él, la autora nos muestra a través de unos hechos disparatados las pequeñas y grandes preocupaciones de un hombre corriente del siglo XXI. Viene atrapado en la incertidumbre laboral y en unas carencias que le hacen reclamar atención y afecto. Una espiral que se va reduciendo hasta llegar a un punto que es la raíz o el origen de todo: la supervivencia.

Presentación. La escritora Yolanda Almeida presentará esta nueva obra hoy mismo en la librería Elkar de la calle Comedias, a partir de las 18.30 horas.

Proyectos futuros. La escritora está ya inmersa en nuevos proyectos que todavía no han visto la luz. El último es una obra de teatro donde Almeida también indaga de nuevo sobre “la psicología humana”.