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“La fantasía me interesa en la medida en que nos ayuda a explicarnos como personas”

El público navarro tendrá este jueves una nueva ocasión de ver 'El increíble finde menguante', ópera prima del realizador navarro, que asistirá a la proyección en la Filmoteca.

“La fantasía me interesa en la medida en que nos ayuda a explicarnos como personas”

pamplona - El cine de bucles temporales es un género en sí mismo. Atrapado en el tiempo (Groundhog Day, 1993) marcó un hito y es, de hecho, una de las películas que inspiraron a Jon Mikel Caballero (Pamplona, 1985) en la gestación de su primera película, El increíble finde menguante, que después de pasar tres semanas en salas en mayo, sigue muy viva y acudiendo a festivales internacionales. Este jueves, el director, que imparte clases en la escuela TAI-Centro Universitario de Artes de Madrid, volverá a presentarla en la capital navarra. Iria del Río da vida a Alba, una joven despreocupada que acaba de cumplir los 30 y se dispone a disfrutar de un fin de semana rural con sus amigos. Pero sus planes de fiesta pronto se ven frustrados cuando su novio, Pablo (Adam Quintero), la deja y se ve atrapada en una secuencia donde los hechos se repiten una y otra vez.

El increíble finde menguante se estrenó en mayo, ¿cómo ve el proyecto pasados ya unos meses?El increíble finde menguante

-Cuanto más pasa el tiempo me doy cuenta de que asumimos un reto muy grande. Una primera película podría haber sido sencilla, por eso la veo con mucho orgullo, sobre todo teniendo en cuenta que está circulando por muchos festivales incluso después de su estreno comercial.

¿Qué vida ha tenido la película?

-Se estrenó en mayo y para el tamaño de la película y el número de copias fue considerablemente bien. Antes y después hemos estado en varios festivales; debutó en el de Málaga y luego ha pasado por un montón, entre ellos el Fantasia Festival de Canadá. Esta semana estará en el de Alcalá de Henares y vienen más.

¿Y las plataformas televisivas?

-Está disponible en Filmin desde hace dos semanas y con muy buena respuesta, ya que el primer fin de semana fue la película más vista. Las plataformas han venido muy bien a películas como esta, porque un gran estreno de 250 copias es más fácil que te acerques a verlo en un momento u otro. En nuestro caso, es más complicado llegar a todas las ciudades o que la gente tenga la disponibilidad de ir a verla en los días que permanece en salas, que en nuestro caso fueron tres semanas, y esta es la fórmula para que el cine no blockbuster de llegar a la gente directamente en su casa.

Aunque seguro que no hay nada como proyectar en pantalla grande, como otra vez este jueves.

-Claro, además, para mí la Filmoteca es como mi casa. Ya proyecté ahí mis dos cortometrajes anteriores y es un gusto porque se miman mucho las proyecciones y la programación. Y la respuesta del público siempre es buena, así que tengo muchas ganas de ir.

Al igual que en los cortos, en esta cinta también cuenta cosas reales, pero con un envoltorio de fantasía.

-Esa es la idea. La fantasía me interesa en la medida que nos ayuda a explicarnos mejor como personas, y no tanto por su espectacularidad. Tanto en los cortos como en la película he contado historias universales que te pueden haber pasado a ti o a gente que tienes cerca, solo que lo hago con un trasfondo más original o inesperado.

Ya lo ha comentado, para ser una ópera prima no ha huido del riesgo, ¿de alguna manera quería debutar marcando sus intereses, su estilo?

-Sí, y más que nada porque nunca sabes cuántas películas vas a poder hacer. Quizá era nuestra única oportunidad y, como nos lo tomamos así todo el equipo, para qué dejarnos cosas en el tintero. Sí que es verdad que como no teníamos un gran presupuesto, no podíamos hacer cualquier cosa que se nos pasara por la cabeza, pero a la vez creíamos que la originalidad no estaba reñida con el dinero. Por ejemplo, sentimos que el hecho de que la pantalla fuera encogiendo era algo diferenciador, nunca habíamos visto utilizar este recurso desde el principio hasta el final de una película y vimos que ayudaba mucho a contar la historia. Al final, decidimos poner toda la carne en el asador.

Las películas de bucles temporales son casi un género, ¿le inspiraron algunos títulos conocidos?

-Es curioso, entre que escribí el guión y se estrenó la peli pasaron casi dos años y mientras tanto se estrenaron Feliz día de tu muerte, Feliz día de tu muerte 2 (ríe) y la serie de Netflix Muñeca rusa, y las tres historias hablan de una chica fiestera que acaba atrapada en un bucle temporal... Y nosotros que estábamos tan felices de que la nuestra iba a ser la primera película del género protagonizada por una chica (ríe) y que íbamos a romper los estereotipos de que una mujer puede ser tan desastre como un hombre... Pero se nos adelantaron. Son cosas que pasan. Evidentemente, Atrapado en el tiempo es mítica, era nuestro gran referente, aunque nunca quisimos copiar nada de ella, no tenía sentido. Intentamos darle la vuelta, que el bucle fuera encogiendo, que ella fuera mortal... Nos interesaba más el elemento metafórico de que la vida a veces parece muy repetitiva, pero un día paras, piensas y te das cuenta de que han pasado diez años y cada vez te queda menos tiempo. Por eso quisimos que el personaje arrastrara las heridas.

La sensación de que a Alba no le queda tiempo es agobiante, sí.

-Era lo que buscábamos. Hay gente que me ha comentado que la protagonista es muy joven como para preocuparse por el tiempo, pero a mí me interesaba que ella estaba pasando por el primer momento de la vida en que tomas consciencia de esa idea. Cuando tienes veintipocos ni te lo planteas, pero cuando llegas a los 30 es cuando compruebas que la vida se va acortando y haces un primer balance de qué has logrado, qué no y sabes que te toca ir tomando decisiones.

Se diría que es una película generacional, aunque todas/os hemos pasado por ahí: estudios, trabajo, familia, pasar o no pasar por el aro... Nos reconocemos en Alba.

-Así es. En nuestro caso, dicen que somos la generación mejor preparada de la historia, pero a la vez nos hemos encontrado con un mercado laboral muy complicado. Hay gente que se ha podido quedar perdida en ese limbo de no saber si tiene que soltar ya la infancia y la juventud porque no ve indicadores muy esperanzadores, y a la vez se fija a su alrededor y tiene una amiga que va a ser madre, otro muy centrado en el trabajo... El personaje no sabe quién es y qué tiene que hacer; lo que le pasa ese fin de semana viene a ser una forma de desatascarse ante esas preguntas.

Pudo rodar en Navarra.

-Sí, y estoy encantado con las localizaciones. Había rincones que nunca había visto antes en el cine, sobre todo el Valle de Aezkoa, la Selva de Irati, la cueva, que está en el pueblo de mi madre, Abaurrea Alta... Y, por supuesto, la fábrica de armas de Eugui, que es una joya. Estaba ahí esperando a que alguien llegara y la utilizara. Viste la película de una forma única. A veces tener un presupuesto reducido no tiene que implicar que la película tenga decisiones pobres.

¿Para cuándo la segunda película?

-En realidad, como esta ha sido una producción muy pequeña, seguimos empujando día a día para llevarla a muchos festivales, a presentaciones... Ahora toca la época de los Goya y estamos intentando darle un empujón para ver si hay suerte y entra en actriz revelación y en dirección novel. A la vez tengo muchas ganas de retomar proyectos que tenía de antes y que tuve que dejar para centrarme en la película. Tengo varias ideas.

“No teníamos mucho presupuesto, pero la originalidad no tiene por qué estar reñida con el dinero”