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Víctor Angulo aspira a "reflejar mi tiempo volátil y cambiante" a través de sus poemas

El escritor afincado en Tudela publica 'Street View', un libro sobre las periferias

Víctor Angulo aspira a "reflejar mi tiempo volátil y cambiante" a través de sus poemasCEDIDA

pamplona - "Mi poesía aspira a reflejar mi tiempo, un tiempo sobre todo volátil y cambiante". Así habla Víctor Angulo, profesor de Lengua y Literatura residente en Tudela, que en Street View (Sr. Scott) realiza una reconstrucción irónica y a veces sarcástica de la vida en las periferias de las ciudades.

Angulo (Soria, 1978) se apoya en una frase de Ósip Madelstam para reiterar su intención, y es que más que a hablar de sí mismo, aspira "a espiar mi siglo, el ruido y la germinación del tiempo", tal y como afirmaba el ruso. En ese sentido, la observación juega "un papel determinante" en su quehacer literario. "Mi forma de mirar la realidad es similar a la del hombre del campo. Intento verlo todo desde el asombro y el extrañamiento. Que sea el poema el que me conquiste a mí, y no a la inversa". La poesía y la literatura es, a su juicio, "una forma de mirar el mundo y de relacionarse con él". No ve que lo contrario tenga sentido. "En mi caso ha sido la poesía la que ha acabado por explicarme a mí. Me ha aportado un espacio y una identidad, es decir, un destino".

los 'no lugares' En este caso, los poemas de Street View abordan la vida y lo que sucede en las periferias. "Gran parte de mis poemas están ambientados en lo que Marc Augé denominó los 'no lugares". Así, en su libro anterior, Una casa victoriana, había un poema, Rueda, "en el que reflexionaba sobre este hecho porque me parecía que la constitución de las sociedades modernas se había basado en los asentamientos, y hoy, sin embargo, parece que hayamos vuelto a un estadio de civilización anterior a este momento". Y lo explica: "La diferencia esencial con respecto a aquella etapa es que nuestros movimientos están asociados ahora a la producción y al consumo y esto es algo de lo que debe dar cuenta la poesía". También de los polígonos industriales y los supermercados, "que son lugares fantásticos y sorprendentes, como nosotros".

En esos contextos es donde se despliega hoy en día la vida, lo único que no le aburre ni cansa a Víctor Angulo, seguramente porque, y cita a Trapiello, "quizá no tiene argumento". "El problema es que el día a día lo hemos construido con valores de consumo. Somos lo que consumimos. Estamos llenos de deseos y de anhelos, pero son los del mercado y la publicidad. Y nuestras satisfacciones son las mismas. También nuestras limitaciones, que son las de la caducidad". Dentro de ese marco, el poeta ha optado "por la resistencia". "Es lo único que nos queda", subraya.

El poemario se divide en dos partes: La extensión del dolor y Los sobresaltos. En la construcción de sus libros, a Angulo le interesa que los poemas "permitan lecturas independientes", pero también que "dialoguen entre sí". "No es algo premeditado, pero sí intento que en la ordenación interna que hago el libro dé sensación de conjunto. Que transmita fibra, energía, vida o sentimiento. Eso es algo que no se aprende, como decía Baroja. Todo lo demás se puede aprender, pero si una obra solo contiene lo que es imitable, a la larga no tiene ningún valor".

humor sutil La poesía de Víctor Angulo es realista, aunque no especialmente crítica. "He intentado dar cuenta de mi tiempo", y con esa intención recurre a la ironía "con bastante frecuencia". "Es la forma de evitar caer en el sentimentalismo", indica. Eso sí, emplea el humor de forma "sutil" porque "no me gusta que el sentido del poema recaiga en él". De lo contrario, "puede pecar de ingenioso, que es lo opuesto al espíritu, y las sucesivas lecturas que se hagan de él acabarán resultando bastante decepcionantes".

La poesía que defiende este autor es la que es "cercana a la vida", "comprensible para la mayoría". Al mismo tiempo, opina que la poesía "tiene el deber de dignificar el lenguaje". "Está tan sumamente maltratado por los medios que el deber del poeta debe ser ese. En ningún caso convertirse en el espejo en el que se mire para ver lo guapo y listo que es. La cultura gratuita no tiene ningún sentido. Para eso están los concursos de la tele". En poesía, "las lecturas que uno ha realizado tienen que estar, pero no se deben notar". "Tiene que sonar todo a nuevo, a fresco, a limpio. Y eso es algo que solo se hace desde la humildad", afirma.

De todos los libros que ha publicado, este es, para Víctor Angulo, "el más logrado". Una casa victoriana "suponía una ruptura con respecto a mis anteriores libros, pero aun había poemas de transición": "Eso en Street View no sucede, es la consolidación de una forma de hacer poesía", concluye.