El determinismo y el género negro de Aramendía suman en 'El Demonio de Laplace'
Situada en Madrid en los años 90, es la primera novela que publica el navarro Jon Aramendía
pamplona - Un cuerpo y una investigación, una banda de rock en sus inicios y las vivencias personales de un niño que vio más de lo que veía son las tres patas de la primera novela que publica Jon Aramendía, El Demonio de Laplace, un libro entre el thriller y la novela negra donde el autor se cuestiona sobre si el libre albedrío es en realidad un espejismo y en el que también se ponen en entredicho las necesidades que tenemos las personas de distinguir ídolos y villanos, inocentes o culpables.
Cuenta Aramendía (Pamplona, 1969) que en esta novela situada en Madrid alrededor de los años 90 hay tres tramas muy diferenciadas y situadas en espacios temporales diferentes aunque, sin que se aprecie al principio, "tienen más relación de lo que se puede presuponer", pero "para saber el por qué habrá que llegar al final de la novela". Eso sí, el trasfondo de todo esto es "el libre albedrío o, mejor dicho, la falta del mismo". "El determinismo es algo que me interesa mucho y quería meterlo como trasfondo filosófico, así que yo diría que ese es el punto de partida de esta novela negra", añade, para contar que el libro pega el pistoletazo de salida con la acción desde la primera página, al situar al lector en la escena de un crimen y la adjudicación de la investigación a un policía que está a punto de jubilarse pero que, por su historial de grandes éxitos policiales, debe hacerse cargo de esta investigación en la que la asesinada es hija de una persona muy relevante.
Para Aramendía, desde el punto de vista determinista, "todos somos fruto de lo que nos sucede" y eso es lo que quiere reflejar con este primer trabajo publicado -tiene otras novelas que todavía no han visto la luz-. "Intento quitar esa visión de buenos y malos, donde los malos son los que matan y los buenos, los que cogen a los malos, sino que cada uno somos como somos según lo que nos toca vivir, que al final es lo que nos conforma como personas", subraya, para desvelar que esto se ve de forma muy clara con uno de los personajes principales, que "acaba siendo quien es por la vida dramática que le ha tocado vivir". "Pero todo esto sin procurar, de ninguna manera, justificar los actos de las personas", aclara. Asimismo, este debate aparece en la trama policial, donde "el mayor, el jubilado, es más determinista porque ha vivido mucho y ha visto cómo funciona la vida, mientras que la policía más joven es más voluntarista".
El autor cuenta que fue durante los años en los que estuvo estudiando Psicología en la UNED cuando quedó fascinado por el descubrimiento de los fundamentos biológicos y físicos de la conducta humana. "Al final descubres que hay una infinidad de procesos biológicos y psicológicos que son ajenos a nuestra voluntad y son los que definen la conducta -explica-. Y ahí, lejos de la visión voluntarista que tenemos del mundo donde la que uno hace lo que quiere y uno es responsable y culpable de sus actos, me doy cuenta de que nuestra voluntad y nuestra conducta están muy lejanas".
Por otro lado, que la novela esté situada en Madrid no responde a ninguna necesidad concreta, sino que el autor "necesitaba una ciudad grande donde pudieran darse todos los hechos que se relatan" y esta era una localidad cercana que le permitía investigar in situ. Pero que los hechos ocurran en torno a los años 90 sí es algo meditado. "Quería evitar todo el rollo modernista de CSI, con mucha tecnología para facilitar la investigación porque me interesaba más el punto deductivo, de pistas, de menos inmediatez", destaca.
Esta es la primera novela que publica Aramendía, aunque confiesa que ya está escribiendo su cuarto libro y ninguno de los otros tres está relacionado con el género negro. "Tengo que decir que me lo he pasado muy bien con este libro, pero por lo general me interesan más otras cosas y no me quiero atar a un género concreto sino que prefiero investigar con diferentes tipos de trabajos", concluye.
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