BILBAO. El diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, ha sido claro: "Oma se muere". La banda marrón ha afectado gravemente a los cerca de 500 árboles que componen la obra de Agustín Ibarrola, que se encuentran también más allá de su ciclo vital. La Diputación trabaja ya para mantener vivo El Bosque Encantado, realizando una réplica de los conjuntos artísticos en otro emplazamiento de Urdaibai. "Para nosotros Oma es un símbolo de Bizkaia. Sabemos que no podemos evitar la muerte de los pinos pero vamos a mantener viva la obra de Agustín", ha destacado el máximo responsable foral en una rueda de prensa conjunta con el hijo del artista, José Ibarrola.Agustín Ibarrola creó en este bosque de Kortezubi una de sus obras más emblemáticas en este bosque de Kortezubi, compuesta por 61 conjuntos artístico que juegan con las perspectiva y la sensación de profundidad en cerca de 500 árboles pintados. Con el paso de los años, la propuesta se fue consolidado y a día de hoy representa un recurso relevante para toda la comarca. El avance de la banda marrón en el territorio, que afectó también a los pinos que conforman el conjunto artístico, obligó a la Diputación a cerrar al público, por seguridad y ante el riesgo de caída de los árboles, el espacio en abril del año pasado.

No solo la banda marrón, que afecta al 80% de los ejemplares; también el propio ciclo vital de los árboles está llegando a su fin. Según ha explicado Rementeria, los pinos tienen suelen tener una vida de unos 40 0 50 años, y algunos de los que componen el bosque de Oma superan los 60. "Conseguir que el bosque viva 20 años más que lo que suelen vivir este tipo de bosques demuestra el buen trabajo de la Diputación", consideró el diputado general.

Por eso, la Diputación, junto a la propia familia Ibarrola y un grupo de expertos entre los que se encuentra también el director del Bellas Artes, Miguel Zugaza, lleva tiempo trabajando para replicar el bosque en una zona cercana, dentro de la propia reserva de Urdaibai, y de similares características, que todavía no se ha definido. "Estamos encantados con la solución", ha reconocido José Ibarrola. La actuación será respetuosa con el medio ambiente y se busca un emplazamiento que sea accesible y en el que técnicamente sea posible intervenir, tanto por el tipo de árboles como por su edad. El grupo de expertos lo completan grandes conocedores de la obra del artista, como el profesor de la UPV-EHU, Fernando Bazeta, el pintor y escultor Javier Riaño o Lucía Agirre, curator del Museo Guggenheim Bilbao.

La institución foral quiere también mantener los pinos que no presenten un riesgo de caída, para que se puedan seguir visitando en la misma ubicación, y busca un método de conservación para preservar los ejemplares originales pintados por el artista. "Nos gustaría mantener y aprovechar esos conjuntos caídos pero de momento no hemos encontrado ningún método con garantías", ha avanzado Rementeria, quien también ha anunciado que el propio bosque de Oma se repoblará con especies autóctonas.