- La propuesta de este reportaje traspasa la fantasía en el caso de Helena Taberna. La cineasta alsasuarra ha incorporado en la realidad a la escritura del guión que le mantiene ocupada la imagen en la que posa su mirada cuando se asoma a la calle desde su hogar en Pamplona: un tilo que casi acaricia el cristal de su ventana. Que estaba "esqueleto" cuando Taberna llegó de Madrid, donde le pilló el inicio de la crisis del COVID-19, y que pronto dejó a la vista sus brotes y se puso frondoso.

"Este árbol tiene esa cosa del paso del tiempo. No soportaría vivir en un lugar donde sin estaciones. Me parece un espanto que la vida no se mueva", dice la cineasta, que está "mirando más hacia adentro que hacia fuera" en este parón forzoso, "aprovechando el silencio". El confinamiento le pilla en pleno trabajo de un guión del que no quiere desvelar mucho -"las historias se queman"-, así que se levanta cada mañana con "la motivación de la escritura y con cierta rutina, muy buena para este momento". Sí adelanta que es "una historia de amor y desamor en un entorno urbano, y los personajes tienen el sueño de comprarse una casa en un pueblo". El árbol que ve de su ventana, el tilo hoy frondoso que ha incorporado al guión, es "metáfora de esa casa que no consiguen tener pero en la que pueden ir viendo cómo la vida va creciendo".

"Me voy a meter en una historia de amor-desamor, me hacía falta en mi filmografía entrar en ese tema que creo que es bien necesario en los tiempos que corren", añade.

La cineasta considera que el silencio al que invita el momento actual es "interesante, afloran elementos creativos. Y como trabajo en imagen y casi todo me viene bien para las imágenes... Aunque no pueda hacer localizaciones físicamente, puedo concretar el tipo de vestuario que voy a querer, el tratamiento de las secuencias, inspirarme en cineastas que me apetecen, por ejemplo ver la Gertrud de Dreyer, una mujer con una fe extraordinaria en el amor... cosas muy lejanas de mi película pero que nutren y te alimentan desde sitios muy distintos. Estoy en ese tempo que es muy de sabiduría, de poso y de conectar las disciplinas artísticas, que es algo que me encanta", asegura Helena Taberna, quien un par de días a la semana tiene "un brindis con vinito a través de Zoom" con amistades con las que generalmente habla de cine.

La "tragedia" que nos envuelve le parece "tremenda". "Me da miedo el miedo que se está generando. Es un momento peligroso para las libertades que facilita la instalación de fascismos. Debemos prepararnos para participar en la nueva sociedad que se va a construir, espero que un mundo mejor", reflexiona.