Ante esta situación, debemos tener en cuenta que el riesgo “0” no existe en ninguna actividad humana. Al viajar, al practicar montañismo, etc. Incluso en la actividad doméstica, corremos y aceptamos el riesgo de sufrir accidentes, que lo compensamos adoptando todas las medidas de seguridad y prudencia a nuestro alcance. La caza no es una excepción.

En la caza que podríamos llamar individual, recechos, aguardos y casi todas las modalidades de caza menor, el riesgo de contagio por este virus es mínimo, por el poco contacto que tenemos con nuestros compañeros de caza u otras personas, pero debemos adoptar todas las medidas de seguridad sanitaria siempre que nos juntemos con ellos.

En la caza colectiva, batidas, monterías, palomeras y ojeos, el contacto con nuestros compañeros puede ser más próximo e intenso y en este caso debemos poner especial cuidado en aplicar todas las medidas de prevención y seguridad sanitaria.

MEDIDAS DE PREVENCIÓN Y SEGURIDAD Debemos elaborar una relación completa de los participantes en cada cacería, con sus números de teléfono, para poder localizarles fácilmente si fuese necesario.

Informar, preferentemente por escrito, a todos los participantes, de las normas de seguridad sanitaria.

Aquellas personas que presenten síntomas compatibles con una posible infección (fiebre, tos, vómitos, dolor de cabeza, etc), y con más razón quienes estén en situación de confinamiento o cuarentena, NO DEBEN ACUDIR A LAS CACERÍAS.

Si después de una cacería, en los días siguientes, tenemos algún síntoma que nos haga sospechar que estamos infectados, debemos comunicarlo inmediatamente al responsable de la cacería para la localización de todos los asistentes.

Todos los participantes deben ir provistos de elementos de seguridad personal, mascarillas, guantes de látex o de nitrilo y gel hidroalcohólico y hacer un correcto uso de ellos.

Los desplazamientos en vehículos deben hacerse preferentemente de forma individual o, de no ser posible, utilizando de forma obligatoria mascarillas todos los ocupantes.

Las reuniones previas o posteriores a la cacería (sorteos, almuerzos, comidas, etc.) deben realizarse al aire libre y guardando las distancias interpersonales y medidas de seguridad sanitaria. Si esto no es posible y la reunión debe celebrarse en un local cerrado, deben respetarse las normas de aforo máximo vigentes para reuniones y comidas, todas las medidas de seguridad (limpieza y desinfección del local y del mobiliario) y nosotros guardar las distancias de seguridad (1,5-2 metros), utilizar mascarillas y una buena higiene de las manos con agua y jabón o con gel hidroalcohólico.

Cuando estemos solos en el puesto de caza, podemos relajar estas medidas de seguridad, pero si compartimos el puesto con otros compañeros (no es aconsejable pero suele ocurrir en las palomeras) o ante la presencia de otras personas (guardas, paseantes, etc.) deberemos cumplir todas las medidas de seguridad, distancia mínima y uso de mascarillas.

No compartir utensilios de caza o personales, ni alimentos o bebidas.

A la vuelta a nuestro domicilio, debemos lavar la ropa de caza y desinfectar los utensilios que hayamos utilizado, mochila, silleta, armas, fundas, etc.

Al terminar la jornada de caza, debemos lavar a los perros, sobre todo las patas y los remolques utilizados para su transporte.

Será OBLIGATORIO cumplir con todas las normas y medidas de seguridad sanitaria vigentes en el momento de realizarse la cacería

Esta situación no debe apartarnos del ejercicio de nuestra afición, ni de la importante y necesaria labor que hacemos en la gestión y control de las poblaciones de animales salvajes y en consecuencia en favor del equilibrio ecológico, en la limitación de los daños en la agricultura y en la disminución del número de accidentes por atropello de animales.

La caza racional, la depredación, es el método más natural, ecológico y eficaz de control de estas poblaciones. Es el sistema que utiliza la naturaleza.

Una vez más, desde Adecana y siguiendo una de nuestras principales líneas de trabajo, queremos recordar e insistir en aplicar todas las normas de seguridad y prudencia al utilizar nuestras armas y mantener, en todo momento, el máximo respeto con nuestros compañeros de caza, con cualquier otra persona que comparta el campo y el monte con nosotros y con la naturaleza.