- Venecia logró ayer inaugurar la 77ª edición de su Festival de Cine, amenazado durante meses por la pandemia, y lo hizo con un llamamiento de ayuda para el sector en estos momentos "excepcionales", un reclamo al que se sumó la actriz Cate Blanchett. El director artístico del certamen veneciano, Alberto Barbera, insistió en esta ambición durante la rueda de prensa inaugural, en la que recordó que los festivales son lugares de cultura y economía y reclamó su protección en todo el planeta. Lo hizo junto a sus homólogos de otros siete grandes festivales europeos, con los que ha redactado un comunicado conjunto para reivindicar la importancia de este tipo de certámenes. Al llamamiento se sumó la australiana Cate Blanchett, presidenta del jurado que otorgará el 12 de septiembre el León de Oro. Para la actriz, Óscar por The Aviator (2004) y Blue Jasmine (2013), la pandemia y su consecuente crisis pueden ser un revulsivo para mejorar y renovar el cine, para hacerlo "emerger de nuevo". "Tenemos la posibilidad de examinar lo que no hemos estudiado antes, como la tecnología del streaming y las implicaciones al mundo del cine. Hay muchas oportunidades de abrir grandes preguntas", señaló en la rueda de prensa de inauguración.

Así defendió que "cada vez que se parte de cero es hora de tirar lo que se tenía entendido antes y arriesgarse a fallar". "La industria reemergerá más resiliente, creativa e inventiva. Estoy llena de esperanzas en este sentido. Hay muchos retos en este sentido", consideró. Blanchett señaló que uno de los retos es la "monocultura del streaming, la expansión de las plataformas que permiten ver el cine en casa, a pesar de que participa en un festival, el de Venecia, que cada año admite producciones de Netflix. En este sentido, insistió en la necesidad de mantener las salas convencionales de cine abiertas, justo cuando se cumplen 120 años de la invención del cine por los hermanos Lumière.

En cualquier caso, la Mostra veneciana ha subido el telón para acoger su edición más inédita, blindada contra el virus con el estreno de Lacci. Un drama familiar que desenreda los vínculos más ocultos del desamor y la traición, adaptación de la novela homónima de Domenico Starnone. La cinta, presentada fuera de concurso, es la primera italiana en abrir la Mostra de los últimos once años, un gesto con el que los organizadores del certamen han querido apoyar a la industria del país en medio de la crisis desatada por el coronavirus. En las últimas ediciones se había optado por grandes producciones para abrir el festival, sin embargo en esta ocasión estas escasean a causa de la pandemia y las limitaciones que ha impuesto.

Su director, Daniele Luchetti, aseguró que fue fácil llevar a la gran pantalla el superventas Lacci. La cinta sigue dos líneas temporales para mostrar dos etapas distintas de un matrimonio con dos hijos afincado en Nápoles durante los años ochenta. Una relación idílica salta rápido en pedazos a causa de una infidelidad. Se desencadenará un huracán de rencor y venganza en el que la pareja deberá vivir.