Cuarteto de saxofones Kuarist: Leire Unzué, saxo soprano. Carmen Ferrando, saxo alto, Josu Marauri, saxo tenor, Sergio Eslava, saxo barítono. Programa: Obras de Christian Lauba, Gabriel Erkoreka, François Rossé, K. Sockhausen, Guillermo Lago, G. Ligeti. Programación: Festival Nak. Ayto. de Pamplona. Gobierno de Navarra. Lugar: Civivox Condestable. Fecha: 10 de septiembre de 2020. Público: lleno el permitido (gratis).

l magnífico cuarteto de saxofones Kuarist -con clara vocación universalista, al elegir el nombre cuarteto en esperanto-, lo tiene muy claro: el arte, y concretamente la música, es un continuo revisar la tradición, conocerla, asimilarla, y, con el tiempo y el talento, crearla, para que siga cimentando lo que venga. Así, los jóvenes componentes de esta formación de saxofones, sorprendieron con una lectura francamente acertada de Tomás Luis de Victoria; una lectura de tempo y fraseo polifónicos, con un sonido muy hermoso que se acercaba a lo vocal, cantando en cuarteto, respetando las entradas de cada uno y trasladando, con una sonoridad muy equilibrada entre los diferentes timbres de los instrumentos, una atmósfera espiritual. Emocionante, en verdad, por la excelente interpretación técnica y por el criterio de homenaje y conocimiento del gran repertorio antiguo español. Ya metidos en la esquinada y, a veces, endiablada, técnica de la música contemporánea, la conexión con la tradición sigue en Tadj, de Lauba, y Duduk II de Erkoreka; pero ahora con la música más popular -oriental, en los dos casos-. Leire Unzué -saxo soprano- resuelve el exacerbado virtuosismo de la pieza de Lauba con una seguridad técnica pasmosa: extraordinario fiato, sin vacío de aire en el complicado entramado; efectos de lejanía en matices piano que van hasta el sonido del aire; y una tensión, en la primera parte de la obra, que te tiene en vilo. La obra de Erkoreka es, digamos, más abstracta; aquí se disfruta de los sonidos en sí: cavernoso, pero claro, el saxo barítono de Eslava, aterciopelado el sonido intermedio del saxo tenor de Marauri, muy atemperado el saxo alto de Ferrando, que sirvió algunos dúos deliciosos; y de presencia aguda el saxo soprano de Unzué. Pero es que, además, los cuatro, en Ximix de Rossé y Knabenduett de Stockhausen, toman el saxo soprano y desarrollan una filigrana sonora y tímbrica muy novedosa: de dos en dos, todo cae en su sitio, a pesar de la exigencia técnica y rítmica. Sarajevo de Guillermo Lago, es una preciosa canción que nos lleva de la melancolía a la queja -un cresccendo magnífico-, que evoca los duros momentos de la guerra: sobre una nota tenida de fondo, el saxo alto canta la melodía, que luego pasa al saxo tenor, con un apoyo del saxo barítono fundamental; otro de los momentos emocionantes de la tarde. Terminan el recital con las seis bagatelas para instrumentos de viento -aquí transcritas a saxofones- de Ligeti: son muy entretenidas, y el cuarteto las borda, porque matiza muy bien la combinación del carácter jocoso de unas, con el sonido tenido y más lento de otras; lo cómico, con lo misterioso; siempre con ese carácter bartokiano de fondo, que ofrece adornos en el saxo barítono espectaculares, dúos alto-tenor, etc, y todo interpretado con un brío que no decae, haciendo de la obra un fiesta de sonido. Una verdadera sorpresa y descubrimiento del cuarteto Kuarist. Les deseamos larga andadura, su esfuerzo y calidad lo merece. Ha hecho bien el NAK en apostar por ellos.