- La primera de las tres corridas de La Ribera en la Gira de la Reconstrucción se saldó con un triunfo, a medias, de los caballeros navarros, padre e hijo, Hermoso de Mendoza. Pablo y Guillermo obtuvieron sendos trofeos. La función fue sobresaliente en cuanto a la materia prima lidiada y las puestas en escena artísticas de los jinetes estelleses. Mas la valoración cayó súbitamente de triunfos rotundos y puertas grandes a sonrientes y aplaudidas despedidas a pie por la puerta de cuadrillas. Una pena de espada, que se diría vulgarmente. En efecto, el deficiente uso de la hoja de peral para atronar excelentes murubes del Capea y Lorenzo, privó los triunfos remataos. En el haber de los toreros a caballo se sumaron excelencia y sus ítem principales: torería y espectacularidad. En rojo restó lo marrado. También entró en valoración un presidente exigente que no quiso redondear cuentas favorables a todo quisqui a pesar de la excepción singular del acto. Lo exiguo del marcador dice bien de la categoría de La Ribera, aunque tampoco hubiera sido un impropio desliz que Pablo hubiera cosechado dos orejas en vez de una en el capea abreplaza y, sobre todo, lo mismo, Guillermo en el último.

El envío de Pedro Gutiérrez Moya y Carmen Lorenzo pareció estar elegido con la garantía que da el poder hacerlo entre sus amplias vacadas del campo salmantino. ¡Claro, teniendo que llevar al infierno del covimatadero a tantas cabezas, puedes elegir mejor por reata, nota y hechuras! Los cuatro toros fueron aplaudidos en el arrastre por su calidad y colaboración. Toros de garantía de triunfo si, además, los enfrenta un binomio perfecto. Cuatro actos unidos por el cordón umbilical del toreo más clásico, puro y hermoso. Mucho más que de tal palo tal astilla; de un gran maestro al mejor alumno... Diríamos en un juego para titular que: De tal Pablo, tal Hermoso.

Los dos Hermoso cuajaron a cada dos faenas de calado, en especial las montadas y manufacturadas ante el tercer y cuarto toro. El tercio de banderillas de Pablo a lomos de Berlín ante su 2º fue memorable. El guapo caballo negro reencarnó la figura del mítico Cagancho en pares de poder a poder, ajustadísimo toreo a dos pistas, cambios por adentro y hasta la suerte que bautizaremos como berlinesa, también conocida como hermosina cuando Pablo la inventó montando a su figura Disparate. El propio jinete, emocionado, besó al corcel y, además, tuvo el gesto de hacer lo mismo con el toro antes de ser arrastrado entre aplausos. Esta genial lidia de Pablo fue prologada en el primer tercio con un Jíbaro que paró sobre una baldosa la salida del burel. La lidia la completó Corsario con un carrusel perfecto de ritmo con las cortas y el teléfono. Dos borronillos con el acero enfriaron al personal. Ante su 1º, Pablo también cuajó una gran faena montando a Jíbaro, Arsenio, Esencial y Corsario. Dejó un rejón para obtener una oreja de gran peso.

Guillermo, algo menos sobrio, pero con la alegría que aporta su juventud, también cuajó a su primero toreando en redondo con la banderola, quebrando con Ecuador y llegándose muy cerca con Índico y Esencial. Labor de dos orejas borrada del todo con el rejón de muerte. La tardanza en caer del cuarto tras un faena a más.

Al último lo exprimió parándolo con exactitud con Alquimista. Mantuvo el nivel con Disparate. Y lo bordó plaza a plaza con Índico. Y montó la mundial con Esencial.

Capea. 4 toros de los hierros de Pedro Gutiérrez , El Capea, y Carmen Lorenzo. Despuntados. Bien presentados y en tipo de su estirpe murube. Todos nobles y colaboradores con las monturas, templados y con buen son en los tercios. Aplaudidos en el arrastre. El mejor fue el 3º.

Pablo Hermoso de Mendoza. En el 1º, rejón (oreja y petición de la segunda). Y en el 3º, dos rejones caídos y atravesados, y descabello (ovación).

Guillermo Hermoso de Mendoza. En el 2º, seis pinchazos, rejón y tres descabellos (palmas). Y en el 4º, rejón (oreja y fuerte petición de la segunda).

Incidencias 1.080 espectadores con mascarilla llenaron el aforo permitido por la normativa (Covid), guardando las distancias de seguridad señaladas en los asientos.