- La escritora Amaia Oloriz Rivas, (Villava/Atarrabia 1962), conoció a través de un amigo la historia de las golondrinas del Valle de Roncal, el pasado migratorio de jóvenes mujeres que cruzaban los Pirineos desde sus pueblos hasta Francia para trabajar en las fábricas de confección de alpargatas. Un viaje que comenzaba en octubre y acababa con su retorno en primavera, de donde viene su nombre.

La historia le sedujo y sobre ella trazó la suya propia, La sombra que habita en tus ojos, su quinta novela, con la que se adentra en el género de suspense con mujeres roncalesas como protagonistas.

“Me había marcado el reto de hacer una novela de intriga y dentro de mi relato dar visibilidad a estas mujeres, sin hacer una historia de golondrinas al uso”, cuenta. Para su creación se apoyó en el investigador, historiador y escritor, Fernando Hualde. En ella acontecen varios asesinatos en el valle en el entorno de una familia marcada por la tiranía de una madre, que recuerda el ambiente de opresión de La Casa de Bernarda Alba, de García Lorca, con abundantes descripciones de maltrato y verdugos que son víctimas y viceversa, mujeres doblegadas. “Como escritora me nutro de sentimientos que me han cautivado y de escenas, por ejemplo de películas como: ¿Qué fue de Baby Jane? o Rebeca de Hitchcock, que yo transformo en una novela suave. Es un reflejo del maltrato al que estaba sometida la mujer y su falta de recursos para salir de ese entorno agobiante, de su condena al sufrimiento”, expresa.

Toda la obra de Oloriz transcurre en escenarios navarros, lugares a su alcance en los que crea ambientes sobre temas que le atraen o despiertan en ella emociones que lleva con éxito al papel en forma de novelas. Es el caso de su cuarto libro, El Largo sueño de tu nombre (2018), en el que aprovecha el conocimiento de su entorno y acerca al lector el hecho histórico de la fuga del Fuerte de San Cristobal.

“Soy de Villava, el fuerte estaba ahí, desde siempre, y yo recibía la influencia de su cercanía y de los sucesos que albergaba. Era otra historia silenciada a la que poco a poco se le fue dando luz. Sentía como un deber con la Memoria construir mi relato, y tal vez fueron las fechas (coincidió con el 80º aniversario) las que lo impulsaron, pero yo siento que se sumó al momento”.

Transmitir y conectar entre generaciones está en el afán de esta autora que aprendió por libre y se considera “una escritora de brújula”. Se deja llevar hasta dar forma a sus personajes que cogen su fuerza y personalidad”, explica. Añade que admira a Isabel Allende y Almudena Grandes, “voces sonoras” subraya. A su lado, la suya es “una voz sencilla, pero que gusta”, opina.

Amaia Oloriz confiesa que se hizo escritora sin saber que se estaba haciendo. Lo suyo era la lectura. “Vengo de una familia lectora y empecé escribiendo cuentos para mis hijas en 2007. Después vendrían Desde mi tristeza, cinco relatos cortos; Búscame una nieta, que hurga en el pasado de su abuela y descubre un secreto guardado de por vida; Todos los soles robados,El largo secreto de tu nombre y la quinta, La sombra que habita en tus ojos.

La pandemia covid-19 impidió la presentación de su libro, pero el confinamiento propició más tiempo de lectura. Entonces, comenzaron a llegar las primeras felicitaciones. “He llegado donde estoy por el boca a boca, recomendación de amigos, y hasta tengo un club de lectura en Cantabria”, ríe. Sabe además, que sus libros llegan a Madrid y Andalucía, sin respaldo de editorial alguna. Y es que la autora se ocupa de su propia distribución con ayuda, por ejemplo, de su hermano, que reparte sus libros con el pan. A la venta están en Villava y en librerías de la calle Estafeta, Abarzuza y Elkar, en Pamplona.

No trabajar con editorial le permite aparcar la escritura cuando la inspiración no acompaña. También compaginarla con el trabajo de técnica de RRHH en una empresa pública. Le gustaría vivir de ello en el futuro, pero “sin presión”, recalca.

Escribir colma la necesidad creativa y el mundo imaginario de Oloriz. “Tengo el placer de la escritura y soy feliz con muy poco” afirma.

También está convencida de que tiene que vivir. Se lo ha enseñado el coronavirus sufrido en su propia piel. Y en ello está, en vivir su vida y otras muchas, porque escribir es eso para ella: “Vivir otras vidas y sentir todos sus personajes”.

Nuevas líneas se suman a la obra de Amaia Oloriz que ya trabaja en su próximo libro. Llegará este a través de los ojos de un niño, otro reto para la escritora en su nueva narrativa ambientada en Navarra, en lugares cercanos, siempre inspiradores.