otel Andía. Cinco de la tarde. Aparece un tipo, se sienta en la mesa, pide un cortado y un txupito, saca su cajita de tabaco mezclado, sonríe, se ríe y dice: "Fer, tío, qué tal estás". Antes de nada. Y, "Boni, que venimos a lo que venimos, vamos a hablar primero de lo importante, de lo que hay que hablar". Y la frase era: "Fer, estás equivocado, lo importante no es Barricada, lo importante son las personas". Eso me lo dijo prácticamente todos los viernes durante tres años. Cuando escribí junto a David Mariezkurrena Iturmendi la biografía de Barricada, a mí me tocó el Boni. Y probablemente haya sido uno de los mayores regalos que me ha dado la vida. Estuve tres años quedando con él todos los viernes y me enseñó tantas cosas de la música, de la vida, de sus compañeros de grupo... Él era super consciente de cuál era su papel en la banda y siempre repetía lo mismo: electricidad, electricidad, electricidad... Boni era la electricidad de Barricada, pero se le tomaba un poco como si fuera el despistado y sin embargo, a mí me demostró que era el tío que más vueltas le daba a la cabeza. Todas las conversaciones con el Boni, antes de meterse en el disco o en las canciones, eran cinco minutos hablando de como estás tú, cómo está tu familia, cómo está Isabel, que ha sido una pieza fundamental en toda esta historia... El Boni era así, era esencia pura. Era capaz de llamarte un sábado y decirte: "Fer, tío, llevo desde las dos esperando, teníamos bolo y no viene nadie a buscarme, ¿sabes algo?" Y, "Boni, el bolo es la semana que viene". Todo eso le hacía quererle muchísimo más. Boni era amistad pura, esencia pura, rock and roll puro, cariño puro... No tenía ninguna doblez de ningún tipo. Lo que veías era lo que había: electricidad.

El autor es periodista y escritor de 'Electricaos', la biografía de Barricada