El Teatro Gayarre acogerá este jueves, 4 de febrero, a las 19.00 horas, la versión de Fortunata y Jacinta que la dramaturga Laila Ripoll ha convertido en Fortunata y Benito en un intento de acercar el clásico al público de hoy. La entradas, con el aforo reducido, están agotadas.

En 2020 se cumplieron 100 años de la muerte de Benito Pérez Galdós. Este es el homenaje que La Joven Compañía rinde al gran novelista en español de la edad contemporánea y a la que es, posiblemente, su obra magna. Fortunata y Jacinta, como Fortunata y Benito, "sucede en Madrid, ciudad desordenada, sucia, repleta de vida, generosa y abierta, siempre fascinante", explica Laila Ripoll. Y sigue: "Partiendo de La novela en el tranvía, llegaremos a nuestra Fortunata, pero no sin antes añadir un chorreón de Episodios Nacionales, algo de Tristana, una pizca de las Memorias de un desmemoriado, unas gotas de Misericordia, un aroma de La desheredada y una generosa cantidad de música y baile. Así, Fortunata, Benito y Madrid "se transforman ante nuestros ojos en una versión que da paso a un Madrid moderno, canalla, contemporáneo y vital en el que, quizá, podemos encontrar a un Juanito en un restaurante, una Fortunata en un portal, una Jacinta en una cafetería, una Mauricia en cualquier acera o un Maxi al doblar cualquier esquina", agrega la autora de esta propuesta que dirige José Luis Arellano.

El Gayarre ofrece, de este modo, un paseo por Madrid al que sin duda ayuda la escenografía compuesta por fragmentos del callejero de la ciudad. Una suerte de vidriera urbana cuyos pedazos nos podrían remitir, indirecta y subliminarmente, a la inestabilidad y fragilidad de las vidas de los protagonistas.