Tras la publicación en 2019 de su primera novela, Marta Borruel lanza ¡Que paren la rotativa!, un thriller en el que los problemas de una gran empresa salen a la luz gracias a la investigación de dos periodistas, una historia en la autora muestra que a pesar de los estereotipos "las personas somos extraordinariamente complejas".

Vuelve a las librerías con su nueva novela, ¿los nervios son los mismos que cuando se estrenó?

-La sensación es la misma porque cuando terminas un libro, después de los meses que le dedicas, da mucha satisfacción ver que el producto está terminado y se publica, pero a la vez te pone nerviosa pensar si gustará y tendrá buena acogida. Además la editorial con la que lo lanzo saca también una segunda edición de Tú no tienes la culpa.

Son ya muchos años dedicados a la comunicación, ¿hay experiencias personales en el libro?

-Más que experiencias personales lo que hay es un profundo cariño por el periodismo de siempre, ese periodismo en el que yo empecé a trabajar en la redacción de Navarra Hoy y en la de ABC.

A pesar de ambientarse la historia en el mundo de la comunicación no deben asustarse los lectores que no lo conozcan, ¿verdad?

-No, es una novela que se desarrolla en el contexto de una redacción de periódico pero en ningún caso es un ensayo sobre la comunicación, es un thriller con muchas licencias creativas que sitúo aquí como homenaje a la profesión. Detrás hay un misterio que muestra que todas las personas somos extraordinariamente complejas. Con esta novela quería reflejar que a pesar de los estereotipos todos tenemos muchos prismas.

Hay una escena en la que uno de los protagonistas, un joven periodista llamado Beltrán, manifiesta que no es necesario salir a la calle para escribir noticias, ¿es a eso hacia lo que se está yendo?

-En la novela confluyen en el mismo espacio temporal dos visiones de un periodismo para el que la revolución tecnológica ha supuesto un cambio radical. Es verdad que durante un tiempo se pensó que el periodismo se podía hacer desde la tecnología, que lo importante eran las herramientas, pero en el libro precisamente pretendo demostrar que lo que realmente importa son los periodistas. Quise mostrar que este personaje era un poco displicente con los antiguos y apostaba por la tecnología pensando que lo anterior no tenía cabida cuando en realidad yo pienso que es al contrario, la base de todo el periodismo está en el valor de los periodistas.

Otra cuestión que se aborda en la novela es la enorme exposición pública que hay en las redes sociales, donde solo con un clic un desconocido puede saber muchas cosas de otra persona.

-En las redes estamos expuestos en la medida en que queramos estarlo, pero para eso hay que tener también cuidado con las etiquetas de los demás. Las redes han cambiado todo nuestro ecosistema y la forma de relacionarnos, hemos pasado a estar hiperconectados y es verdad que pueden servir para encontrar información sobre nosotros, por eso es tan importante la educación y enseñar a los niños a comportarse en ellas.

"Con esta novela lo que quería reflejar es que, a pesar de los estereotipos, las personas tenemos muchos prismas"