La poeta portuguesa Ana Luisa Amaral (Lisboa, 1956) fue ayer galardonada con el XXX Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el más importante reconocimiento de poesía en español y portugués que tiene como objetivo premiar el conjunto de la obra poética de un autor vivo.

Patrimonio Nacional de España dio ayer por la mañana el fallo de este galardón, dotado con 42.100 euros, y que conceden esa institución y la Universidad de Salamanca con la intención de reconocer a una obra poética que constituya una aportación relevante al patrimonio cultural común de Iberoamérica y España.

"Un premio de enorme prestigio hecho para la poesía", así definió la poeta portuguesa Ana Luisa Amaral, un galardón que recibió ayer "con una felicidad inmensa", mientras que paseaba a su perrita Millie Dickinson. Amaral es profesora jubilada en la Universidad de Oporto, donde tiene un doctorado sobre la poesía de Emily Dickinson y publicaciones académicas acerca de la poesía anglosajona, poética comparada y estudios feministas.

Adscrita a la generación portuguesa de los 80, como Amadeu Baptista e Isabel de Sá, su escritura se nutre de una transfiguración íntima de los actos más cotidianos, describieron desde Patrimonio Nacional. Dueña de una poesía con referencias en Emily Dickinson o Shakespeare, Amaral vincula la lírica anglosajona con la portuguesa de los modernistas (Pessoa y Mário de Sá-Carneiro) o posteriores (Jorge de Sena o Sophia de Mello Breyner Andresen).

En palabras de la presidenta de Patrimonio Nacional, Llanos Castellanos, el jurado elegió la obra de Amaral por contener "un mensaje de apertura, de respeto, de tolerancia y de reivindicación, también en clave anglosajona, que ha sabido unir con las letras portuguesas el valor de lo pequeño y lo cotidiano".

Castellanos también calificó a la premiada como "una mujer extraordinaria" y subrayó, citando a la propia autora, que Amaral ha hecho de su poesía un lema: "toda gran poesía es ética". Por su parte, Ricardo Rivero, rector de la Universidad de Salamanca (USAL), afirmó que la galardonada "representa y personifica" algunos de los valores ibéricos e iberoamericanos: la defensa de la libertad, la dignidad de la persona y también la equidad de género.

Amaral matizó que no escribe "ni por programa, ni para reivindicar nada", pero su carrera profesional ha consistido en "cruzar la literatura con las cosas importantes de la vida, que son la reivindicación de la justicia".

"Si esa reivindicación pasa por el género, por la clase, la raza o la etnia, además en este momento que está virando para la extrema derecha, entonces más que nunca tenemos la obligación de hacerlo", añadió, al tiempo que se dirigió a los partidos de ultraderecha: "el odio no conduce a nada sino al odio".

Una reivindicación de la justicia presente en su obra junto a otros temas como el feminismo o la teoría queer. "El feminismo -añadió- no es solamente beneficioso para las mujeres, sino también para los hombres (...) La masculinidad es una cosa muy complicada de aprender, esa idea de que los hombres no lloran, es una mentira".

"He cruzado mi literatura con las cosas importantes de la vida, como es reivindicar la justicia"

Poeta portuguesa