Inmersa siempre en nuevos proyectos, sea en cine o en televisión, Gracia Querejeta presentó recientemente en Tudela Invisbles, una historia de mujeres de 50 años que ven cómo parecen desaparecer social, afectiva y económicamente de su entorno. La película se estrenó el 6 de marzo, una semana antes de que cerraran los cines, se declarara la pandemia y se decretara el confinamiento. Una historia con la que llevaba años trabajando parecía quedar en la orilla ante tantos avatares. Pese a todo, la película ha tenigo gran éxito de taquilla y muy buenas críticas de una realizadora que en 2022 cumplirá 30 años detrás de una cámara y cuyo hijo continua la saga vinculada al cine en todas sus vertientes.

¿Qué lleva a una licenciada en Historia Antigua a meterse en el cine?

-La conexión es evidente. Si hubiera nacido en una familia de gente que se hubiera dedicado a otra cosa igual no me hubiera dedicado al cine. Supongo que la conexión familiar es lo que de alguna manera me llevó al cine y pensar en ello como forma de vida.

Convivía con el cine a diario.

-Claro, lo que pasa es que mi padre quería que hiciera una carrera a toda costa y en aquel momento, relacionado con el cine solo se podía estudiar ciencias de la información, que no tenía ninguna fama especial, y elegí hacer Historia. Empecé poco a poco, como documentalista y aquí estamos 30 años después.

Hizo un primer debut como actriz en Las palabras de Max

-Jugué con esa posibilidad pero no en serio. Me di cuenta que me parecía mucho más interesante lo que sucedía detrás de la cámara que lo que sucedía delante. Como decía Fernando Fernán Gómez, 'a los actores les pagan por esperar', yo sin ser actriz sufrí mucho con una primera película. Nunca pensé en estudiar ni tuve seria intención de ser actriz.

Siguiendo su carrera de directora tiene dos actrices fetiche, con las que repite en cuanto puede, Maribel Verdú y Adriana Ozores, ¿qué aportan a cada película?

-Tanto con una como con otra hubo siempre una primera vez, y surgieron otras ocasiones por la conexión. Ese hilo te une y con él consigues entender el personaje y la película que tienes entre manos. Por otro lado, ellas son capaces de absorber lo que yo quiero poner en el personaje. Incluso en el guión soy capaz de entender bien lo que ellas aportan. Para mi es muy fácil trabajar con ellas, y divertido.

Cuando inicia un guión, ¿ya tiene en cabeza la actriz que podría encarnarlo?

-No siempre. Además es una cosa peligrosa, porque como te emperres mucho y veas mucho a ese actor o actriz en el papel y no sea posible, por lo que sea, cuesta mucho desvincularse de esa imagen que has estado sembrando en la cabeza durante todo el tiempo que lleva escribir un guión. Más que decepción es complicación encontrar a alguien que sustituya al que tienes en mente todo el rato.

Para un director es fundamental saber lo que puede sacar de cada actor.

-El secreto, como decía Fernando Trueba, está en elegirlos y elegirlas bien. Es mucho más fácil trabajar con buenos actores que con malos, como para un pintor pintar con un óleo bueno o con una pintura que no tenga condiciones. El mérito está en elegir al actor o al actriz que mejor crees tú que puede encarnar ese personaje que ya ha convivido contigo muchos meses antes de que se comience a rodar la película.

Llevaba muchos años con Invisibles

-Pensábamos que fuera una serie de televisión, pero luego fue imposible, no había tantas plataformas como ahora. Hice la película y costó mucho levantarla, aunque es muy pequeña desde el punto de vista económico. Tras hacer la película hemos vuelto otra vez a la posibilidad de hacer una serie y en eso estamos, pero con la cantidad de posibilidades de series que hay ahora mismo es como una lotería que te toque.

¿Hace 20 años tendría taquilla esta película o es ahora cuando la sociedad está preparada?

-Sería una película distinta. Hace 20 años no sucedían las mismas cosas que suceden ahora y este país en los últimos 30 ó 40 años ha cambiado muchísimo. Pero si es una película posible porque creo que el hecho de entrar en la cincuentena siempre para la mujer ha sido un período muy complicado en muchos aspectos, más que para los hombres. La invisibilidad afecta tanto a hombres como a mujeres, sí, y aunque muchos hombres se sintieron identificados, es más cruel con el mundo femenino que con el masculino. No es lo mismo 50 años en un hombre que en una mujer. No lo es, es así. Ahora que hemos avanzado en tantas cosas, que la vida nunca ha sido tan comprensiva sin embargo sigue ocurriendo.

¿Radica la grandeza de la película en su sencillez?

-Se demostró enseguida que la película funcionaba y además muchos hombres se identifican con ella. No era solo las mujeres que vivían esa teórica marginación laboral, afectiva y social por la edad, sino también muchos hombres. Tenía esa voluntad de aparente sencillez, de no sacar a las mujeres del parque, de dejarlas allí, contar sus cosas y en ese sentido la película es muy arriesgada, claro pero para mi era un reto psicológicamente muy divertido.

Las frases están estudiadas y medidas, ¿tuvo mucho el trabajo el guión?

-Sí, pero en distintas fases. Cuando empezamos con un piloto para una serie, luego tuvo otro desarrollo y al final fue una película. El guión se ha trabajado mucho por la necesidad de tener que colocarlo en distintas posibilidades. Hemos estado muchos años con él, no de un forma constante. Hemos intercalado otros trabajos, porque si no nos hubiéramos muerto de hambre.

¿Tenía claras las tres actrices?

-La ultima que entró fue Nathalie Poza, pero Emma Suárez y Adriana Ozores estaban en el proyecto desde hace años cuando era piloto para una serie. Hemos estado años, tanto las actrices como Antonio Mercero y yo. Hay proyectos que se cuecen a fuego muy lento, y este ha sido uno de ellos, y otros que salen de una manera muy rápida. Para Ola de crímenes, por ejemplo, me dijeron 'tengo este guión, ¿quieres hacer la película?', estaba financiada, no había problema de nada y se hizo. Esta era mucho más pequeña pero también más costosa.

¿Fue un rodaje complicado?

-Sí fue complicado. Medir el parque, saber cada día cuál era su caminar, el racord de las luces de entre las 9 y las 10 de la mañana, cuando rodábamos. Estábamos vendidos al tiempo, a la luz que cambia. Pero el parque de Cáceres era muy adecuado a la película, nos lo conocimos palmo a palmo y nos dejaron trabajar con mucha tranquilidad. Estuvimos como si fuera un decorado para nosotros.

¿Cómo ha afectado la pandemia a Invisibles

-La película arrancó muy bien cuando se estrenó el 6 de marzo, pero en una semana llegó la pandemia y el confinamiento. Eso no se recupera económicamente. Cuando volvió a los cines la gente no estaba preparada para ir al cine. Aun ahora las salas no se han recuperado. La película se ha estado vendiendo fuera a HBO USA y Latinoamérica. Va haciendo su recorrido y como es de un coste de 1,2 millones se recuperará el dinero, pero hubiera podido ser un autentico éxito si no hubiera pasado esto, pero que vas a hacer, no te puedes tirar de los pelos todos los días, máxime cuando ha habido gente que ha muerto; esto al final es una película, no tu vida.

Ahora estrena la serie Ana Tramel

-Evidentemente sí. Con las plataformas hay mas posibilidades de trabajar. Otra cosa es que el público ha descubierto las plataformas y eso a día de hoy esta perjudicando a las salas de cine y, para mi, nunca es igual ver una peli o una serie en casa o en el cine, con el silencio, cuando se apagan las luces... Es una experiencia distinta pero es muy difícil competir con el mundo de las plataformas y de la televisión. Mi padre ya lo decía hace mas de 30 años, 'vamos a acabar haciendo todo para la tele'. El tenía mucha más visión de futuro que yo, que era 30 años más joven que él. La tele va a ser el futuro de todo y me temo que eso es ya; que el futuro está aquí.

¿Qué proyectos tiene?

-He terminado Madres, la tercera temporada, donde he hecho unos capítulos, y estoy con una serie de Mandarina para tele 5. Estoy intentando mover un proyecto mío de cine, pero ya veremos cuando sale. Lamentablemente estamos ante un sistema que lo que fomenta son películas que tienen detrás una televisión y si no tienes poca posibilidades de levantar tu historia.

"Si no hubiera habido pandemia ni confinamiento 'Ínvisibles' hubiera podido ser un auténtico éxito; pero al final es una peli y no tu vida"

"Es muy difícil competir con el mundo de las plataformas y de las televisiones; mi padre ya decía que 'la tele va a acabar con todo"