El escenario de La Cava de Olite se convertirá este miércoles en punto de reflexión de la mano de Beatiful Stranger, la producción de La Caja Flotante que protagoniza Ion Iraizoz. La obra de autoficción, que no biográfica, parte de una fiesta de cumpleaños para explorar la identidad de cada uno. O identidades. Porque, dice Iraizoz, "todos somos todos y nadie es solo uno". El espectáculo comenzará a las 22.00 horas, como parte del Festival de Teatro de Olite, y todavía quedan entradas a la venta.

La obra, dirigida por Iraizoz junto a Gloria March y Juan Paños, se estrenó el pasado mes de enero en la Casa de Cultura de Villava y tras una versión on line en el Teatro Gayarre y varios pases en Zizur, Madrid o Bilbao, llega a Olite. "Tengo ganas de volver y poder hacer la función en La Cava, es un sitio muy especial y un festival muy importante para los que somos de aquí", apunta Iraizoz, que de reojo vigila también las predicciones meterológicas: el año pasado la lluvia ya le dejó sin llevar a escena la obra Catástrofe en La Cava. Eso sí, este año parece que las previsiones son buenas.

En Beautiful Stranger el actor navarro toma su propia fiesta de su 40 cumpleaños como punto de partida: en aquella celebración, de la mano de su padre recibió un trabajo que su madre había escrito en la universidad, cuando esaba embarazada de él y donde reflexionaba sobre los motivos para ser madre.

De ahí que decidiese tomar esos dos puntos personales -su nacimiento y su fiesta de cumpleaños-, explorar esos 40 años de vida y alejarse de una obra biográfica para caminar hacia la ficción, con el objetivo de "generar reflexiones en relación a la identidad y a cómo vamos cambiando a lo largo de la vida". Salen así a escena, texo de la obra mediante, la familia, las parejas que uno tiene, el nombre que te ponen... "Aspectos que controlas y otros que no dependen de ti".

Un montaje lúdico

El hecho de tener una fiesta de cumpleaños como hilo conductor marca el carácter lúdico que respira la obra, "muy divertida", y en la que Iraizoz asegura necesitar "la complicidad del público" para reproducir la celebración, se convierta en invitado y le acompañe "en el viaje por momentos de esa fiesta".

La obra sigue, en cierta manera, la estela de su anterior montaje, Catástrofe, y que cuenta con protagonismo audiovisual, apoyado por el uso de la voz en off. Así, aunque sobre las tablas Iraizoz es el único actor, "a lo largo del montaje hemos ido introduciendo diferentes partes de mí con las que diálogo e interactúo y que se van apoderando de esa reconstrucción de la fiesta de cumpleaños". Así lo reza la invitación a esta celebración: "Somos extraños, hermosos, maravillosos, distintos, pintorescos€ Cada vez de una forma, pero siempre los mismos".