El activismo cultural es el motor de Oskarbi, la flamante editorial que ha nacido con Iruñerria como epicentro. La iniciativa, impulsada por un grupo de amigos -entre ellos, varios miembros de la banda Skabidean-, tiene la intención de editar trabajos, tanto escritos como musicales, a la par que informar sobre artistas y apoyar a grupos emergentes. Todo ello con la música, la literatura y la ilustración como pilares. Por el momento ya han publicado el primer número de su revista homónima, donde dan cuenta de ese hambre cultural que se aleja de intereses lucrativos. Eso sí, dicen que esta publicación no es el único objetivo: entre sus próximos proyectos se encuentra editar el nuevo disco de Skabidean y un libro.

La revista es el gran eje de la editorial de cara a sus primeros meses de vida. El pasado mes de junio vio la luz el primer número, de 32 páginas, y publicado únicamente en formato físico, fruto de un equipo que reúne a siete personas: “Siempre nos ha apetecido montar una editorial y poder publicar cosas, trabajar con otra gente, ayudar...”, explica Antonio Iriarte, su director. En esta edición han participado dos colaboradores y en un futuro habrá más.

Portada del primer número de la revista de Oskarbi

La música es el hilo que guía la publicación, cuidada tanto en diseño como en su escritura. “Queremos que la gente sepa de la música con información de primera mano y que sea fidedigna”, señala Nikolas Leonardo, uno de sus redactores. Porque en estos tiempos de Internet, continúa Antonio, “todo el mundo tiene licencia para escribir de cualquier cosa y muchas veces la información que llega está muy lejos de la realidad”. De ahí que todo lo que figure en la revista estará corroborado mediante contacto directo con las bandas. Se recogen recomendaciones de discos, reportajes de grupos tanto de Euskal Herria y de fuera -en este primer numero, con Zetak, Zoo o Roba Estesa como protagonistas-... El contenido es en euskera, si bien de cara a próximas publicaciones está previsto ofrecer una versión en castellano. La revista es bimensual y el segundo número se publicará a finales de agosto. El dinero recaudado será destinado a financiar el proyecto, ya que desde Oskarbi no se marcan objetivos económicos o de lucro.

Disco y libro

Al margen de la revista, en Oskarbi abren su sello a otro tipo de ediciones, como la de libros, como el que se encuentra escribiendo Antonio: “Es la historia de un chaval de Yemen que vino a Pamplona con 17 años tras la guerra de su país y cuenta cómo vivía él antes de la guerra, por qué decidió irse y todo su viaje hasta Pamplona”. Además, el próximo disco de Skabidean - “que esperamos grabar a finales de año”, avanza Nikolas- también saldrá bajo el paraguas de Oskarbi.

Eso sí, no dudan en abrir sus puertas a aquellas bandas o artistas que estén interesados en la editorial: “Si hay gente con ganas de trabajar, intentaremos ayudarles como podamos”, explican. Y como miembros de Skabidean, bien conocen el do it your self: el grupo hace ya tiempo que decidieron gestionar contrataciones y la edición de sus trabajos desde dentro, entre sus propios miembros.

Skabidean, hoy en la ciudadela

Dice Antonio que parte de la puesta en marcha de Oskarbi ha tenido que ver con el confinamiento y el parón de conciertos con Skabidean, pero desde la banda ven cómo, poco a poco, la actividad musical se va reactivando. Tras pasar “una época malísima en cuanto a grupo en lo interpersonal y económico”, destacan que ahora están tocando bastante. Y este viernes, a las 21.30 horas, lo harán en un escenario especial: la Ciudadela. “Va a ser nuestro concierto más numeroso desde el inicio de la pandemia y para uno de Iruña, tocar ahí...”.

Todavía quedan entradas a la venta para la cita, cuyo cartel completan los donostiarras Skakeitan. Por parte de Skabidean, agrupación que reúne a once miembros, avanzan que será “un concierto con buen ambiente ya que creamos buen clima”. Sobre las tablas defenderán su último disco, Izaera, que vio la luz en febrero de 2020 y que la pandemia les dejó sin poder exprimir de gira. Eso sí, fue aquel un parón de conciertos el cual terminó por alumbrar a Oskarbi.