Se cumplen 28 años desde que el artista navarro Tomás Sobrino ofrece cada verano una exposición cargada de sus últimos trabajos. Bajo el título Por amor al arte, se trata de una oportunidad idónea para ver distintos paisajes, fundamentalmente del Valle del Baztan, que mantienen un estrecho contacto con la naturaleza.

En esta ocasión, la exposición se programa en la Casa de Cultura Arizkunenea de Elizondo, desde el pasado domingo 1 de agosto hasta el próximo domingo 5 de septiembre. Concretamente, las obras de arte de Sobrino se podrán disfrutar todos los días, de 18.00 a 21.00 horas; y, sábados y festivos, de 11.30 a 13.30 horas y de 18.00 a 21.00 horas.

SU QUERIDO BAZTAN La pintura de Tomás Sobrino es fruto de su particular forma de mirar el paisaje a lo largo de sus paseos por su querido Baztan, un paisaje privilegiado lleno de matices y luces cambiantes a lo largo de las distintas estaciones del año. El artífice navarro ha puntualizado que la exposición engloba "el trabajo de todo un año". La mayoría de los cuadros engloblan la zona del Baztan, lugar en él vive. A pesar de ellos, los hay que se transladan a paisajes de la Navarra Media, así como zonas próximas al mar.

ACEPTACIÓN POSITIVA No ha transcurrido ni una semana desde que la Casa de Cultura Arizkunenea de Elizondo abriera sus puertas para exhibir las joyas de Sobrino. El pintor ha matizado que "aunque todavía es pronto para adelantar nada, está siendo muy bien recibida por parte del público".

UN FLECHAZO CON LA PINTURA Tomás Sobrino echa la vista atrás y rememora su despegue en el mundo de la pintura. Este ha confesado que "desde que era niño, dibujaba". Era lo primero que hacía recién levantado sobre la mesa de la cocina. No obstante, "pintar, lo que es pintar" no vino hasta tiempo después, ha comentado.

La pintura le producía "mucho respeto", ha reflexionado. Hizo falta que "un señor francés se plantara en Elizondo" para que contemplara sus dibujos y quedara asombrado, ha relatado. Entonces, este le preguntó "por qué no pintaba" y le regaló su primera caja de pinturas. "Tienes que pintar, prueba", fue la frase con la que su amigo francés le empujó a lanzarse a la piscina, detalló el navarro. Y desde ese momento comenzó su andadura por el camino de la pintura, una relación que Sobrino la ha descrito como "si le hubieran presentado a su futura novia".

NATURAL CON TOQUE GEOMÉTRICO A lo largo de su trayectoria profesional, el artífice navarro ha experimentado una evolución en su faceta como pintor. "Sin ser consciente de los cambios, con la práctica de la pintura, uno va reiventándose", ha sostenido Sobrino. El artista ha definido su estilo como "natural y con un toque geométrico", de ahí que haya quienes aseguran que presenta "un trazo más firme y decidido con un punto más abstraído del paisaje", ha asentido.

NO ES PINTAR, POR PINTAR Lo que está claro es que el navarro "necesita apasionarse por el tema", ha enfatizado. Esto último dista bastante del mero acto de "pintar, por pintar: algo que ya sé hacer", ha remarcado Sobrino. Precisamente, que exista "algo" que le atrape acaba convirtiéndose en "el desencadenante del proceso", ha asegurado.

Su involucración en la exposición es curiosa, puesto que le gusta "estar personalmente para poder ver lo que sucede", ha destacado el artista. Incluso, hubo quienes lo llegaron a confundir con un mero espectador: "La gente se sorprende, pero me gusta ser testigo real de lo que ocurre en la sala", ha relatado. El motivo radica en que "uno mismo conoce sus cuadros, pero la mirada del visitante es la que completa la obra", ha concluído.